Sorpresa y estupor en Huelva

Los vecinos muestran su estupor ante la desaparición de los dos pequeños y destacan su convivencia normal en el barrio · Pese a su reciente separación, los padres mantenían una aparente buena sintonía

Varios niños del colegio García Lorca pasan junto a un cartel.
Varios niños del colegio García Lorca pasan junto a un cartel.
J. R. / Huelva

11 de octubre 2011 - 01:00

Sorpresa y estupor. Los vecinos de Huerto Paco, en Huelva, donde residían los dos niños con su madre en la casa de la abuela materna, no salían ayer de su asombro al conocer los detalles de la desaparición de los pequeños en Córdoba. Algunos de ellos, incluso, ni se habían enterado aún por la mañana de que se había producido el suceso. El sentir general en el barrio era de extrañeza y expectación, al tiempo que varias personas relataban la aparente normalidad que rodeaba a la familia.

La noticia de la reciente separación de los padres de los niños fue uno de los detalles que más ha sorprendido en el entorno, donde aseguran que era habitual ver al padre, José Bretón, en el barrio con sus hijos, a los que solía recoger a su salida del cercano colegio Federico García Lorca.

Según cuentan en la calle donde residen actualmente los niños, el matrimonio vivió poco más de un trimestre en un piso de alquiler situado junto a la vivienda de la abuela materna.

Posteriomente se trasladó a El Portil, de donde salió Ruth María Ortiz con sus dos hijos hace unas dos semanas para instalarse de nuevo en la casa de su madre. Este hecho coincidió, al parecer, con el inicio del proceso de separación de la pareja, circunstanciaque los vecinos consultados por este diario desconocían hasta ayer.

"Era una familia normal. Hace meses que venían por aquí con los niños", comenta Justo, propietario de un bar sito en la misma calle. "Ella es veterinaria y trabaja, y él está parado -añadió-, por lo que casi todos los días se encargaba de recoger a los niños del colegio" .

"El jueves pasado estuvo por aquí mientras los niños jugaban con la bicicleta", dijo. Otro vecino lo confirmó. "La niña tiene la misma cara del padre", apuntó.

En el portal de la vivienda había poco movimiento durante la mañana de ayer. El piso de la primera planta conservaba una persiana a medio levantar, desde que la abandonaran madre y abuela la noche del sábado para trasladarse a Córdoba.

Una vecina se mostraba ajena a lo sucedido. No había escuchado nada de la desaparición de los niños, ni siquiera de que algo hubiera ocurrido con los inquilinos del primer piso.

Antonio, residente en el mismo portal, sí estaba al tanto de los acontecimientos por los medios de comunicación, aunque tampoco ocultó su sorpresa por los hechos. "Ella lleva dos semanas viviendo en casa de la madre con los niños", aseguró, aunque dijo desconocer que la pareja se encontrara en proceso de separación. "Todos nos conocemos, pero aquí cada uno tiene su vida y su intimidad".

La buena relación, al menos aparente, entre los padres de los niños parece evidente entre los vecinos. De hecho, uno de ellos cuenta cómo el viernes pasado los niños jugaban ante el portal mientras el padre y la abuela conversaban amistosamente "sentados en un banco" antes de su marcha a Córdoba.

En el bar de enfrente, Justo recuerda que el sábado pasado llegó un coche patrulla de la Policía Nacional a la vivienda de la madre. "Fue sobre las 20:45. A esas horas no hay mucha gente por aquí, y además es raro ver a la Policía en esta calle, así que nos llamó la atención", explicó.

Según confirmó la Policía y la Subdelegación del Gobierno en Huelva, Ruth María Ortiz, acompañada por algunos familiares y amigos, fue posteriormente a la Comisaría Provincial, donde a las 03:00 del domingo interpuso, como adelantó El Día, una denuncia por "vejaciones y presiones" contra su marido y padre de los dos niños, José Bretón, del que inició los trámites de separación hace unos quince días.

Las fuentes policiales precisaron que la denuncia se debe a asuntos "estrictamente matrimoniales", sin que en ningún momento se hiciera alusión en ella a los dos menores. El texto no menciona "malos tratos" físicos, aunque la mujer hizo constar que había sido objeto de "vejaciones y presiones por parte de su marido", con el que las discusiones que se producían eran "frecuentes".

20:45

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