Señales de fin de curso
Ya es primavera en Las Cinco Llagas. La Cámara sitúa el calendario en el 25 de marzo. Ayer empezó oficialmente la campaña electoral en el Parlamento, a gorrazos
LA última sesión de control al Gobierno la aprovechó la oposición para atacar a Griñán por su flanco más débil. Un millón doscientos cuarenta mil parados, precisaba Valderas. Un millón doscientos mil, redondeaba veinte minutos después Arenas. Ya tenemos la letra de la banda sonora de la campaña electoral. Y el tono. Para Valderas, Griñán es un alumno aventajado de Zapatero, que deja un balance de su mandato lleno de incumplimientos, decepcionante, desolador, fracasado, de cero patatero. La gestión más negra de los últimos 32 años. El cronista ignora de dónde sale la cifra: la autonomía cumple los 30 en mayo.
Griñán tampoco se ha quedado corto. Siguiendo su táctica de hacer su primera réplica más didáctica y una segunda más bronca, el presidente también ha sacado su principal eslogan electoral contra IU: "ustedes se llaman Izquierda Unida, pero no practican la unidad de la izquierda, ponen el intermitente a la izquierda para girar a la derecha". El PSOE quiere cerrar la brecha abierta por su izquierda en las generales, metiendo el dedo en la llaga extremeña. Ustedes le hacen el juego sucio a la derecha, le espetó el jefe socialista a Valderas en su segunda intervención, cuando su rival no podía ya contestarle.
Arenas se centró en la pérdida de calidad de vida que ha sufrido Andalucía en los últimos años y puso en suerte la fecha del 25 de marzo como cita electoral. De hecho, sus señorías se han adelantado a El Corte Inglés y han declarado oficialmente que ya era primavera en Las Cinco Llagas. Primavera, antes de la llegada del invierno: todo el mundo vino a la sesión con el garrote electoral en ristre. Griñán mencionó la fecha del 25 de marzo, pero no la confirmó. Así que estamos como estábamos, en cuanto al día, pero con muchas pistas sobre los argumentos que oiremos con creces en los próximos tres meses.
Para el jefe popular el balance del mandato de Griñán es pésimo. Lo tildó de ser el presidente menos dialogante y menos institucional de la historia de la autonomía, aunque un momento antes le había acusado de continuista, porque a su juicio no ha cambiado nada de lo que hicieron sus predecesores en los 30 años de la era socialista.
La lista de cargos de Arenas contra su rival empezaba con el récord de paro de la Unión Europea, y continuaba con el escándalo de los eres, calificado como prevaricación y abuso con el dinero de parados y trabajadores. Después, el reproche de no haber gobernado para todos, de haber abusado del ordeno y mando, y de haber incendiado la función pública. Y más: ha cambiado las reglas de juego unilateralmente, al expulsar a los alcaldes del Parlamento y no deja que presida la FAMP el partido que ganó las elecciones municipales. Arenas tiene un resumen para todo eso: han sido cuatro años de malestar, la autonomía en manos de Griñán ha fracasado.
Griñán aprovechó que el jefe popular le afeó "el acoso" a la juez Alaya, que instruye el caso de los eres falsos, para leerse una réplica contundente, que se había traído escrita de casa. En ese texto se acusaba al PP de estar manipulando a la juez y de llevar un sumario paralelo para hacer conclusiones políticas. Por un momento Griñán se pareció a Camps, despreciando la acusación particular que ejerce el PSOE en el juicio de Valencia, por ser una parte política. De la respuesta, en todo caso, se infiere que la juez saca en los autos lo que el PP pretende: "ustedes enseñan un papel aquí, haciendo trampas, y lo mandan ocho meses después a la jueza, y luego, lo que recoge la jueza en los autos es lo que ustedes dicen; ustedes están jugando con la jueza, la están manipulando".
En la defensa y esgrima de la sesión, también apareció la colaboración futura con el Gobierno. Un mantra repetido por Griñán en la sesión anterior. Pedirá a Rajoy una reunión urgente de presidentes autonómicos y promete en el Congreso una oposición útil: "no nos aliaremos con la crisis contra el Gobierno". El presidente se alegró de que el discurso económico del PP haya perdido arrogancia: "bienvenidos a la crisis, porque la crisis existe". Se despidió de Arenas como si no hubiese más debates en esta legislatura. Pero los servicios de la Cámara ya preparan una sesión extraordinaria de balance para el 25 de enero. Un fin de fiesta, después del fin de curso.
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