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El 'San Medel y Celedón', una nao fantasma en las aguas de El Portil

Salió de Nueva España en 1543 y en las costas de Huelva sufrió un temporal, aunque se denunció que su naufragio pudo ser provocado · El pecio aparecido no es el suyo sino de un barco holandés del siglo XVI

Buscando el amparo de la barrada del Rompido acabó naufragando el barco, al no haberse controlado bien las arenas de la barra.
Eduardo J. Sugrañes / Huelva

21 de agosto 2011 - 05:04

Las aguas de El Portil aún guardan el misterio del San Medel y Celedón, la nao que en 1544 embarrancó en esta zona a causa de la flecha de tierra de la barra. El pecio hallado en esta playa hace algún tiempo y que se presumía podía ser el San Medel y Celedón, es al final un barco holandés del siglo XVII ó XVIII. Los últimos seguimientos arqueológico para el dragado de la entrada de los barcos en la Flecha del Rompido tampoco han detectado la presencia de ningún resto arqueológico. El San Medel y Celedón continúa siendo un misterio, aunque lo cierto es que esto es en cuanto a su paradero, pero no a las causas de su naufragio cuando venía de la Carrera de Indias.

Las costas de Huelva venían siendo testigo de ese ir y venir de las naves que surcaban el Atlántico buscando la orilla de América. En su vuelta, tras dominar la visión del cabo de San Vicente, había que poner rumbo suroeste para buscar la barrada de Sanlúcar y llegar hasta Sevilla. Una travesía que, después de haber surcado las aguas del Atlántico, deparaban más de una sorpresa ya que los fuertes temporales las acercaban en arribadas forzosas a las costas. Aunque no hay que olvidar que otras naves lo hacían para introducir clandestinamente en la península metales preciosos, como el oro y la plata que traían de Indias y otras mercaderías. De esta forma burlaban los aranceles con los que había que responder en la Casa de la Contratación.

El San Medel y Celedón erauna nave de 180 toneladas que había zarpado en noviembre de 1543 del puerto de Veracruz. Pero no tuvo una buena travesía, al menos según los datos que obran en el Archivo de Indias. Fueron varios los temporales que tuvo que sortear y le impidieron hacer la escala que los navíos procedentes de la Nueva España hacían en La Habana para abastecerse de agua y provisiones. Pero ya en las costas de la península otro temporal le llevaría a dar con el cabo Espinel, llegando después al de San Vicente y desde aquí buscó la barra de Sanlúcar, pero una tormenta le desvía a Arenas Gordas. Según cuenta el maestre Juan de Embelza, el temporal le hizo buscar la barra de Huelva: "Sondamos y nos hallamos en 30 brazas y pensando que estamos sobre Cádiz sufrimos su derrota y nos hallamos sobre las Arenas Gordas y tornamos a la mar y siempre nos abatían hacia la costa". Algún pasajero le dijo que el segundo piloto del navío, Juan Álvarez, "que era de aquella costa, metería la nao en la barra de Huelva". Pero Juan Álvarez dijo en el proceso seguido sobre el San Medel y Celedón, que fue el piloto principal, Francisco Fernández, también vecino de Huelva, quien dijo que la barra no se mudaba. Pero Juan Álvarez, subido a la antena del trinquete, aseguró que lo que allí veía no era la costa de Huelva, por lo que se tornaron a dar otra vuelta a la mar hacia el oeste y que "la tormenta que seguía dio al navío al través en El Portil de San Miguel, en término del Marqués de Gibraleón". Asegura que fue el capitán quien le ordenó que estando sobre la costa y ante la situación que les llevaba a perderse , "saltase en el batel, para que como natural de aquella tierra trajese barcas y para que desde tierra hiciese faroles cuando la nao había de dar al través siendo pleamar". No tuvo, al principio, mucha suerte el piloto Juan Álvarez, al que condenaron a tortura y prisión por haber introducido mercancías clandestinamente en aquella arribada, siendo acusado de haber hecho perder el navío premeditadamente. Al final, la suerte le sonrió y en su apelación ante el Consejo de Indias los jueces le reconocieron libre de culpa.

Además del San Medel y Celedón, se encuentran documentados otros navíos hundidos en nuestra costa. En Ayamonte, La Concepción (1595) y San Bruno (1758). En la Barra de Huelva, Tigre (1805). Mazagón, San Diego (1752), Nuestra Señora del Rosario (1758), Hart (1778) y Espíritu Santo (1563). En Matalascañasm Armada de Diego Flores Valdéz (1778) y navíos de la Batalla de Trafalgar (1805).

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