Salvamento Marítimo ha rescatado desde 2017 a 7.000 'sin papeles' en aguas de Marruecos
Los rescates en la zona controlada por Rabat provocan tensiones entre Fomento e Interior
Cuando era número dos del Ministerio del Interior (2016-2018), el cordobés José Antonio Nieto llamaba algo irritado “recogidas a domicilio” a las incursiones de Salvamento Marítimo en aguas jurisdiccionales marroquíes para rescatar a inmigrantes irregulares.
Él y todos los demás secretarios de Estado de Seguridad rehusaron, sin embargo, revelar cuantas operaciones se efectuaban en esas aguas alegando que Salvamento Marítimo dependía del Ministerio de Fomento. Éste departamento tampoco contestaba a la pregunta.
El tradicional secretismo de la Administración del Estado ha sido parcialmente roto por la respuesta que el Gobierno acaba de dar a una pregunta del senador vasco Jon Iñarritu (Bildu). A lo largo de 21 meses, entre enero de 2017 y septiembre de 2018, Salvamento Marítimo ha rescatado a 51.961 inmigrantes irregulares, 6.992 de ellos (13,45% del total) en aguas pertenecientes a Marruecos y el resto en aguas internacionales y españolas.
La mayoría de rescates parten de Algeciras y Cádiz
La mayoría de las incursiones en las aguas del país vecino corresponden a los centros de Salvamento Marítimo de Algeciras o Cádiz, mientras que los barcos del de Almería, más alejado de la costa marroquí, apenas han entrado en la zona jurisdiccional de Marruecos.
Eso explica que, junto con la duración de la travesía hasta alcanzar las costas españolas, haya más inmigrantes ahogados en el Mar de Alborán que en el Estrecho de Gibraltar. Hasta principios de este mes han muerto en el Mediterráneo Occidental 631 “sin papeles”, según la Organización Internacional de Migraciones mientras que durante todo el 2017 fueron tan solo 174.
La respuesta parlamentaria del Ejecutivo español no aporta detalles, pero sí recuerda que la zona de salvamento y rescate “asignada a España por los Convenios Internacionales se adentra en aguas territoriales marroquíes”.
Esas operaciones de los barcos de Fomento son, por tanto, legales aunque se desarrollen a tan solo un par de millas de Tánger o de Martil. Incluso las patrulleras de la Guardia Civil se han acercado mucho, en algunas pocas ocasiones, a la costa marroquí para salvar a náufragos.
Los rescates ante las barbas de las autoridades marroquíes han sido siempre un elemento de fricción entre los ministerios de Interior y de Fomento, pero esta se acentuó tras la llegada a La Moncloa de Pedro Sánchez por dos razones, según fuentes gubernamentales.
Primero el número de inmigrantes a rescatar es mayor. Hasta mediados de noviembre habían llegado a España por mar, sobre todo a las costas andaluzas, 49.997 “sin papeles”, un 183% más que durante el mismo periodo del año pasado.
Colaboración fallida con la ONG Open Arms
En segundo lugar el 30 de agosto pasado Fomento alcanzó un acuerdo con la ONG catalana Proactiva Open Arms “para que trabaje de manera coordinada” con Salvamento Marítimo en el Mediterráneo Occidental, según anunció el ministerio en un comunicado.
El ministro José Luis Ábalos se reunió incluso con Óscar Camps, el director de la ONG, y escribió en Twitter sentirse “muy satisfecho” por el acuerdo alcanzado que al final renunció a poner en práctica.
Tampoco ha autorizado a la ONG vasca SMH-Salvamento Marítimo Humanitario a operar en el Estrecho con el pesquero Aita Mari, remodelado con una subvención de 400.000 euros del Gobierno vasco, para reconvertirlo en barco de rescate. No sólo los reparos de Interior, sobre todo de la secretaría de Estado Ana Botella, han incitado a Fomento a parar las iniciativas de ambas ONG.
Las autoridades de Marruecos también habían expresado su malestar. Khalid Zerouali, director de Migraciones del Ministerio del Interior marroquí, se quejaba en octubre, en una entrevista con la agencia Efe, del “efecto llamada” creado por las ONG que “alientan y orientan al emigrante”. Ese mismo “efecto llamada” también lo generan los rescates en las inmediaciones de la costa marroquí en opinión de policías españoles dedicados a la lucha contra la inmigración irregular.
Si a esas aguas cercanas a Marruecos no acude Salvamento Marítimo a auxiliar a los pasajeros de una patera en apuros lo más probable es que nadie les ayude o que la Marina Real y la Gendarmería marroquí lleguen tarde, cuando el naufragio se haya convertido en tragedia.
Rabat no dispone de ninguna herramienta similar a Salvamento Marítimo y sus medios de rescate son escasos comparados con los de España. Para que los active no suele bastar con que la embarcación esté a la deriva sino que corra de verdad el riesgo de hundirse.
Los inmigrantes avisan a Salvamento y no a Rabat
Conscientes de la superioridad de medios españoles y deseosos de ser desembarcados en España, y no en Marruecos, los “sin papeles” no llaman nunca con sus móviles al Centro de Búsqueda y Rescate Marítimo (CRSM, según sus iniciales en francés) de Rabat sino a Salvamento Marítimo.
“Si la llamada parte de aguas marroquíes nos ponemos en contacto con sus autoridades, pero si tenemos indicios de que se requiere una actuación urgente porque hay una vía de agua, porque hay personas en el agua, entonces salimos a por ellos”, explica un trabajador de Salvamento Marítimo de la provincia de Cádiz. Eso sí, aseguran que siempre informan a Rabat.
Interior está ahora ya casi resignado a que continúen los rescates en aguas de Marruecos, aunque sin participación de barcos de ONG, pero aspira a que por lo menos los inmigrantes que sean allí salvados puedan ser desembarcados en puertos marroquíes y no españoles. Así lo ha dejado caer el ministro Fernando Grande-Marlaska ante su homólogo Abdelouafi Laftit, pero éste ha hecho oídos sordos.
Laftit acaba además de reducir a tan solo 15 al día el número de inmigrantes irregulares que pueden ser devueltos de lunes a viernes a través de las fronteras terrestres de Ceuta (10 al día) y de Melilla (5). La proporción de marroquíes entre los “sin papeles” que ponen pie en España ha aumentado recientemente.
El nuevo cupo diario establecido por Rabat no permite, por tanto, expulsarles a todos. En cuanto a los subsaharianos tampoco pueden ser devueltos a Marruecos, si se exceptúan dos recientes excepciones, a pesar de que ambos países suscribieron en 1992 un acuerdo que se incumple.
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