La aldaba
Carlos Navarro Antolín
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ANDALUCÍA se ha convertido en el territorio donde se decidirá el gran titular de la noche electoral del 20 de noviembre. Mariano Rajoy, el candidato del PP, concentra aquí buena parte de sus opciones para conseguir una mayoría absoluta, si bien los populares opinan que de lo que cabría hablar es de "la gran mayoría absoluta"; esto es, de un resultado superior al que obtuvo José María Aznar en el año 2000, cuando el ex presidente se apuntó 183 escaños. Ése es el objetivo. Y Alfredo Pérez Rubalcaba, el aspirante socialista, debe conjurar el riesgo de que el gran caladero de votos del PSOE se convierta ahora en justo lo contrario, en el trampolín del PP para volver a gobernar en solitario desde la Moncloa. Se da la circunstancia de que ambos candidatos guardan un vínculo especial con la comunidad autónoma. En el caso del PP, Javier Arenas ha sido durante estos últimos cuatro años el factótum del marianismo, él fue el hombre que evitó la dimisión de Rajoy después de las pasadas elecciones generales, el que lo protegió frente a las ambiciones de Esperanza Aguirre y el que ha marcado las grandes líneas estratégicas de su partido.
Por su parte, Rubalcaba, actual diputado por Cádiz, también tiene aquí algunos de sus mejores aliados, caso de Manuel Chaves, si bien no termina de encontrar el clima propicio para una campaña electoral sin más sobresaltos internos. El episodio de las listas en Cádiz es revelador. Los llamados griñanistas -un conjunto de ex alcaldes apoyados por cargos institucionales de la Junta- se fueron el jueves del comité provincial donde se eligió una lista encabezada por Manuel Chaves, un hecho que no se hubiera producido si la dirección andaluza, con la que guardan una gran sintonía, se lo hubiera impedido. El resultado es una nueva interferencia que acentúa la percepción de que en el PSOE andaluz andan más preocupados por ganar poderes locales internos que en derrotar al PP en las elecciones.
No obstante, los socialistas celebran el próximo fin de semana en Madrid su Conferencia Política, otro de los hitos de la campaña de Rubalcaba. Con el trance de las listas ya pasado, el PSOE confía ahora en recuperar el pulso que había logrado su candidato antes de que Zapatero pactase con Rajoy la reforma de la Constitución, lo que ha supuesto un punto de inflexión en la carrera electoral de Rubalcaba y un varapalo al ánimo de los socialistas. Así lo ha comentado a este medio un dirigente nacional del PSOE. Al día de hoy, los socialistas parecen haber asumido la derrota, y en el PP son conscientes de ello, de ahí que el primer objetivo de su campaña vaya a ser el de no cometer equivocaciones.
Los populares andaluces dan por seguro que obtendrán un diputado más por cada una de las provincias, con posibilidades de que sean diez si las urnas les van bien en Córdoba, Cádiz, Málaga o Sevilla. En ese caso, la subida podría alcanzar los 10 ó 12 escaños, con lo que el PP pasaría de aportar 35 ó 37 desde los 25 actuales. El caso es que Rajoy necesita 23 diputados más respecto a los que consiguió en las elecciones de 2008 para llegar a la mayoría absoluta, y el PP cree que sólo Andalucía le daría la mitad. "Entre ocho y 12 diputados, hay una media posible de que sean 10, y eso por ser prudentes, con lo cual le daríamos una gran mayoría a Rajoy", explicó un dirigente andaluz del PP.
Los populares basan esa confianza en el resultado de las pasadas elecciones municipales. En esa ocasión, y por primera vez en la historia, el PP le sacó siete puntos de ventaja al PSOE en Andalucía, y consiguió la mayoría absoluta en las diputaciones de cinco provincias. Algunos ex dirigentes socialistas andaluces con los que ha hablado este medio también consideran que el PP podría obtener un escaño más por territorio.
Junto a Andalucía, otra comunidad decisiva es Cataluña, aunque en este caso el PP aspira a dejar de ser un partido secundario más que a ganar un número de escaños que resulte decisivo.
Los populares andaluces se sienten en plena sintonía con Mariano Rajoy, y explican que, después de Galicia, ésta es la comunidad donde su candidato se encuentra mejor. No hay mes en que Rajoy no visite Andalucía en tres o cuatro ocasiones. El PP celebrará en Málaga del 6 al 8 de octubre la convención donde se presentará el programa electoral, y aprovechará el momento para lanzar sus candidaturas al Congreso, que esperan cerrar a lo largo de esa primera semana del mes. No obstante, ya hay cabezas de lista confirmados, caso de Granada, Málaga, Huelva, Cádiz y Almería, que recaerán, respectivamente, en Concha de Santa Ana, Celia Villalobos, Fátima Báñez, Teófila Martínez y Rafael Hernando. Una de las sorpresas se espera en la circunscripción de Sevilla, ya que el actual número uno, Soledad Becerril, ha anunciado su retirada de la política. Antes de la conferencia de Málaga se resolverán estas incógnitas, y es posible que se cierre el conjunto de todas las listas. En el PP, son las direcciones de Madrid y Andalucía quienes eligen los primeros puestos, y el resto de los aspirantes sale de una propuesta que las provincias realizan a los comités regional y nacional.
Fruto del apoyo clave que Arenas ha prestado a Rajoy durante estos cuatro años es que ambos han acordado una suerte de hoja de ruta para los primeros tres meses del posible Ejecutivo popular en Madrid, y que sortea los efectos perniciosos que la acción de gobierno pudiera tener sobre la campaña electoral andaluza. Es más, en el PP opinan lo contrario, que antes de las elecciones andaluzas, Rajoy hará bastantes gestos hacia Andalucía para beneficiar a su candidato. "Javier Arenas no ha estado trabajando estos cuatro años para él, sino para tener un Gobierno en Madrid que beneficie a Andalucía, esto no va a ser como en tiempos de Aznar, que casi nos teníamos que agachar", confesó un dirigente del PP andaluz.
En el caso de Rubalcaba cada día parece más claro que su principal peso se llamará José Luis Rodríguez Zapatero. Es un caso similar a lo que le ocurrió a Rajoy en las elecciones de 2004, fue él quien perdió, aunque aquello se interpretó, realmente, como una derrota de Aznar. Los socialistas andaluces dieron por cerradas ayer sus listas con algunos pesos pesados del socialismo andaluz en los primeros puestos, y con algunos procesos donde se han apreciado las tensiones entre la dirección regional y las locales, caso de Cádiz y de Jaén.
Pero para los socialistas andaluces las elecciones generales son aún algo más, son un ensayo de las autonómicas que se celebrarán cinco meses después. Una victoria del PP en las generales en Andalucía consolidaría la tendencia abierta con las locales. Un test sobre un ensayo real.
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