Proyecto Riotinto y la restauración ambiental de las aguas difusas
Contenido ofrecido por Atalaya Riotinto Minera
La reanudación de la actividad ha mejorado los parámetros ambientales de los cauces de los ríos Tinto y Odiel, afectados por la minería histórica.
Hace siete años, la Mina de Riotinto recuperó su actividad tras más de una década de abandono. Para la reanudación de la explotación, Atalaya Mining, junto a la Administración, establecieron más de 300 condiciones ambientales como guía para la reapertura, operación y ejecución de los trabajos que devolverían la actividad productiva a la mina de Riotinto, esta vez con parámetros de calidad ambiental propios del siglo XXI. Un compromiso con la sostenibilidad que es prioridad para Atalaya, y que incluía la recuperación ambiental del entorno degradado por la minería histórica.
La calidad de las aguas era uno de los principales marcadores cuya mejora debía acometerse, frenando los drenajes que recibían las cuencas de los ríos Tinto y Odiel desde la superficie minada históricamente. Y es que la explotación heredaba un inmenso pasivo ambiental: una larga historia minera, que se remonta al tercer milenio antes de nuestra era -especialmente intensa la segunda mitad del s. XIX y la primera del XX-, había depositado en su entorno gran cantidad de residuos.
Por ello, desde el inicio de las operaciones en 2015, el Departamento de Medio Ambiente de Atalaya realiza el control periódico de los drenajes de toda la superficie alterada históricamente y ha implantado diversas medidas correctoras, incluyendo actuaciones en canales de recogida de aguas pluviales, que han permitido la reducción de aportaciones hacia la cuenca del Odiel, así como la mejora en los canales de gestión de escorrentías. También se ha trabajado en el mantenimiento de los resguardos en las cortas, reutilizando el agua en el proceso de metalúrgico.
Por otra parte, se ha acometido una gestión integral de las aguas de drenaje de las instalaciones de almacenamiento de estériles con mejoras en las infraestructuras asociadas (balsas, bombeos, drenajes de fondo), y se han cerrado túneles históricos que aportaban caudal al medio receptor.
“Gracias a las actuaciones que Atalaya está realizando se ha conseguido mejorar año a año la calidad de las aguas del entorno” ha destacado Emilio Sanjuán, responsable de Medio Ambiente de la compañía.
El caso de Riotinto es, por tanto, una muestra más de cómo una industria responsable y solvente técnica y económicamente, es capaz de revertir un problema ambiental histórico en una oportunidad para la mejora de su entorno, no solo en el plano social y económico, sino en la calidad de sus espacios naturales y los recursos con los que cuenta el territorio.
Con la garantía de la Universidad de Huelva
Las mejoras registradas en los parámetros ambientales han sido comprobada en un estudio del grupo de Mineralogía y Geoquímica Ambiental (Dpto. de Ciencias de la Tierra, Universidad de Huelva) dirigido por el doctor José Miguel Nieto Liñán. El análisis abarca desde la reapertura en 2015 hasta 2021, y su principal conclusión es que las actuaciones realizadas por el Proyecto Riotinto han supuesto un cambio radical en el comportamiento hidrológico de la cuenca, en especial en su respuesta a los eventos de precipitación intensa, concluyendo que se han reducido de manera significativa sus drenajes desde el reinicio de la actividad minera. Antes de desarrollar estas actuaciones, la cuenca vertiente de estos ríos presentaba una respuesta hidrológica casi inmediata a las precipitaciones intensas que provocaban un aumento de caudal y carga metálica en los vertidos.
Restauración ambiental de antiguas escombreras en Riotinto
Atalaya, dentro de su compromiso de responsabilidad ambiental, prepara además un nuevo proyecto de restauración de unas escombreras históricas presentes en el entorno, gracias al cual se dará otro paso más hacia su naturalización. Según afirma Emilio Sanjuan, responsable de Medio Ambiente de la empresa, este proyecto “aplica las Mejores Técnicas Disponibles en cuanto al remodelado geomorfológico de instalaciones históricas, y redundará también en una mejora en la calidad de las aguas. El objetivo es la integración y la recuperación ambiental y paisajística tanto de la zona en cuestión como del entorno, con un novedoso enfoque de naturalización”.
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