Primera respuesta judicial a la corrupción política a gran escala en España
El fallo operará como precedente en todas las causas similares que han surgido después
Este es el juicio de mayor magnitud jamás celebrado en España. Nunca ha habido tantos acusados en un banquillo, tantos abogados en un estrado, tantas sesiones, tantos meses de vista oral ni tantos folios de documentación. Tan solo la sentencia ocupa 5.700 páginas. Sin embargo, la atención en torno a esta causa va más allá de su tamaño. Tiene que ver con su capacidad para probar si el sistema es capaz de afrontar la corrupción.
El caso Malaya es primer macroproceso contra la corrupción política a gran escala en España. Según la Fiscalía Anticorrupción la Marbella del gilismo ensayó entre 1991 y 2006 un modelo de gestión urbanístico política, de extorsión a empresarios y de sobresueldos en negro a concejales que después se extendió por todo el país sin detenerse ante ningún escalón, animado por el auge inmobiliario.
Jesús Gil llegó a una Marbella exhausta que no conseguía recuperar el esplendor de los años de la jet set y los petrodólares. El discurso populista y la megalomanía del que era presidente del Atlético de Madrid caló. El Grupo Independiente y Liberal (GIL) ganó por mayoría absoluta tantas veces como se presentó, incluso cuando Gil, inhabilitado por el caso Camisetas, dio paso a Julián Muñoz.
Todos los ojos están puestos ahora en el fallo del tribunal porque permitirá analizar la capacidad de los operadores judiciales para investigar estas conductas, seguir el rastro del dinero y depurar responsabilidades en conductas de cuello blanco.
En definitiva, esta sentencia y la gestión de esta causa serán precedentes para todo lo que vendrá después.
No obstante, el simple hecho de que se haya celebrado el juicio y se haya dictado sentencia ya se interpreta como un éxito. La vista oral comenzó el 27 de septiembre de 2010 y concluyó el 30 de julio de 2012. Se han celebrado 199 sesiones y ni una sola ha tenido que suspenderse por la ausencia imprevista de un procesado.
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