La Policía registra otra casa de los abuelos paternos de Ruth y José
Córdoba
Los agentes revisan las imágenes tomadas por las cámaras de la zona de la Ciudad de los Niños. Levantan el precinto de la finca de Las Quemadillas y cesa la búsqueda en el río.
Córdoba/Las incógnitas sobre la desaparición de los niños Ruth y José Breton, de seis y dos años, continuaban abiertas anoche al cierre de esta edición después de cinco días de enigmas, angustia y una tensión que va en aumento. La investigación policial, que por ahora no ha arrojado claridad al caso, dio ayer un nuevo giro y se centró en la casa que los abuelos paternos de los pequeños tienen en Córdoba capital, situada en la calle Don Carlos Romero, en pleno barrio de La Viñuela.
Los agentes, que durante los dos últimos días habían registrado a fondo la finca que la familia paterna de los chicos tiene en Las Quemadillas, cerca del polígono de Las Quemadas, se trasladaron por la tarde a este inmueble y por espacio de más de hora y media estuvieron trabajando en su interior. Allí se encontraba también el padre de los niños, José Breton, que, a última hora de ayer, seguía colaborando en la investigación como denunciante y en ningún caso como detenido. El hecho de que las pesquisas policiales se mantengan en el entorno familiar del progenitor -antes en la casa de campo y ahora en la casa de la ciudad- da a entender sin embargo que la Policía Nacional sigue teniendo serias dudas de la versión que Breton sostiene desde que denunciase la tarde del pasado sábado que sus hijos se le habían extraviado mientras paseaban por el Parque Cruz Conde en dirección a la Ciudad de los Niños. El padre, que había iniciado quince días antes un conflictivo proceso de separación de su esposa, Ruth Ortiz, con la que antes residía en Huelva, ha mantenido siempre esta versión.
La Policía Nacional desplazó hasta la casa de La Viñuela a un total de ocho agentes vestidos de paisano y que portaban un documento, lo que hacía presumir que se trataba de una orden de registro, algo que no se pudo confirmar ya que se ayer se mantuvo el mutismo oficial absoluto sobre las investigaciones. Los policías, que portaban varias cajas y guantes, llegaron en torno a las seis de la tarde y en apenas unos minutos se comenzó a arremolinar frente a la vivienda un amplio número de reporteros y también de vecinos. Pasadas las 19.15 salieron por la puerta principal cinco de ellos, uno de los cuales cogió uno de los dos turismos con los que habían llegado y volvió a entrar a la casa por la puerta del parking, que da a la calle Joaquín Altolaguirre.
El vehículo salió de nuevo pasados quince minutos ocupado por el agente que conducía y los otros tres que se habían quedado antes en el interior. La salida del coche provocó a su alrededor una nube de periodistas y de curiosos y dio lugar al momento más tenso de la jornada, pues existían dudas sobre si José Breton iba en el interior del coche y sobre si estaba detenido, suposiciones que luego quedaron descartadas. Algunos vecinos, de hecho, no contuvieron la angustia que se padece en el barrio y en la ciudad en general por la desaparición de los dos chicos y se escucharon algunos insultos aislados hacia el padre de los menores. "Si los tienes, suéltalos", gritó alguien.
Las pesquisas en el domicilio de La Viñuela no fueron sin embargo las únicas que durante la jornada de ayer trascendieron. De hecho, desde primera hora de la mañana diversos medios nacionales, y en especial Televisión Española, estuvieron informando en sus conexiones de que la Policía había visionado unas imágenes tomadas por las cámaras de la Ciudad de los Niños. Según estas informaciones, tal grabación confirmaba que el padre había llegado allí solo en torno a las 17:45 y, tras moverse por dicho lugar en lo que se entiende que era una búsqueda de los menores, había procedido a hablar con uno de los vigilantes que protegen este centro de ocio infantil, al que se presupone que había informado de los hechos. De ser cierto este relato, que este diario no pudo comprobar ayer por fuentes oficiales de la investigación, quedaría constatado que existen alrededor de cuatro horas de margen desde que los niños salieron de su domicilio familiar en La Viñuela , algo que ya confirmó el martes una vecina del inmueble a este diario, hasta que el padre aparece en dichas imágenes.
La duda se mantiene sin embargo sobre lo que ocurrió en ese espacio de tiempo. Vecinos de la familia han explicado que los niños iban a ir a comer con su padre a casa de la hermana de éste, pero la Policía no ha aportado información alguna sobre este asunto y la hermana no ha realizado tampoco declaraciones públicas. Cabe añadir que, de lo que ha trascendido de las investigaciones, se da por cierto que nadie vio a los niños aquella tarde del sábado en el Parque Cruz Conde, donde se supone que se perdieron según el testimonio paterno, ni en la Ciudad de los Niños. Tampoco existen imágenes que documenten la presencia de los pequeños Ruth y José en dicha zona de ocio de la capital cordobesa ni, obviamente, el momento de la desaparición o la reacción del padre ante la misma.
La Policía, en todo caso, mantiene su indagaciones alrededor del progenitor de los niños y de lo que hizo en las horas previas y posteriores a ese momento, aunque ya ha levantado el precinto que mantenía en la casa de campo que la familia paterna tiene en Las Quemadas. Allí, diversas unidades actuaron durante el lunes desde el alba, el martes y buena parte del miércoles. Entre otras investigaciones, realizaron un vaciado de la piscina, revisaron una fosa séptica y el alcantarillado y otros canales de agua que hay en la zona en busca de indicios. También se revisaron restos de una hoguera reciente, en la que se hallaron huesos de animales, y de un vertido de cenizas que se encontró en una zona aledaña a la parcela. Miembros del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) peinaron las orillas del Guadalquivir a la altura de Las Quemadillas, un dispositivo que continuó durante unas horas y que ayer mismo se dio finalmente por terminado. Nada se pudo averiguar y las dudas persisten y crecen.
Ruth y José siguen desaparecidos seis días después.
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