La Policía cree "perfecta" su labor pese a las evidencias de falta de contraste
Desaparición de ruth y josé
El comisario Serafín Castro insiste en que no hay informes erróneos, sino "dispares" y al mismo nivel, y descarta que se haya hablado de depuración de responsabilidades en la UDEV
El jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) y principal responsable de la investigación de la desaparición de los niños Ruth y José, Serafín Castro, tildó ayer de "perfecta" la labor llevada a cabo por sus agentes pese a las evidencias de la falta de contraste del primer informe pericial de los restos hallados en la hoguera, que podría haber resuelto el caso en las primeras semanas. "Puedo decir que ha sido una investigación totalmente perfecta", insistió el comisario Castro, que ayer a mediodía ofreció una breve comparecencia pública para los medios audiovisuales en la Comisaría madrileña de Chamartín. Las declaraciones del responsable de la búsqueda de Ruth y José chocan con otras opiniones surgidas en el seno del Cuerpo Nacional de Policía, como la del Sindicato Unificado de Policía (SUP), que ha insistido en que habría que cambiar los protocolos de actuación para evitar errores.
Castro evitó pronunciar la palabra "error" durante sus comparecencias públicas en los programas matinales. "No se puede hablar de errores, sino de informaciones contradictorias", dijo al ser preguntado por los periodistas, interesados en saber por qué existen dos informes de reputados especialistas que contradicen el primer peritaje policial. "Hay una disparidad", intentó zanjar Castro mientras en la calle y en las redes sociales está cada vez más extendida la opinión de que la Policía erró en las primeras horas de la investigación, decisivas para resolver cualquier caso. El comisario de la UDEV subrayó que será el juez instructor, José Luis Rodríguez Lainz, quien "dilucidará" sobre la validez de los tres informes existentes hasta el momento.
Entre los detalles que se han cuestionado en las últimas horas y que acrecientan la tesis de que la policía falló, está el hecho de que el primer estudio sobre los huesos aparece firmado sólo por una experta -perteneciente a la Policía Científica-, cuando lo habitual es que los peritajes de este tipo cuenten con dos rúbricas. Castro explicó que fue la misma perito la que recogió los restos y los precintó, tal y como queda constancia -dijo- en el acta judicial. Todo ello -insistió- con el "visto bueno" de su superior jerárquico. El comisario abundó en que en las instrucciones judiciales "se admiten informes firmados por un solo perito" y puso como ejemplo los dos análisis que han dado la vuelta al caso: el rubricado por el forense Francisco Etxeberria y el del antropólogo José María Bermúdez de Castro. Cada uno de estos informes sólo está firmado por una sola persona, sin que por ello se resienta su credibilidad, argumentó.
Otro dato que ha acrecentado la opinión de que los investigadores fallaron es que las muestras recogidas el martes en la finca de Las Quemadillas ya habían sido objeto de la investigación, sin que se hubieran obtenido datos concluyentes. La mesa metálica retirada, por ejemplo, fue fotografiada en los primeros días de la instrucción encima de los restos de la hoguera, sin que el imputado, José Bretón, hubiera podido dar una opinión convincente de qué hacía allí. En los informes firmados por Etxeberria y Bermúdez de Castro parece estar la clave: Bretón la pudo haber utilizado para improvisar un horno crematorio donde hacer desaparecer los cadáveres de sus hijos al alcanzar el fuego una temperatura de 800 grados centígrados.
Castro explicó que toda investigación policial sigue dos caminos paralelos. Uno a pie de calle, que en el caso de la búsqueda de los hermanos onubenses estuvo encabezado por él mismo. "Puedo decir que ha sido una investigación totalmente perfecta", insistió. Y un segundo camino, de apoyo, soportado por científicos. El comisario puso como ejemplo de diligencia policial el informe encargado "motu propio" a la Universidad de Valencia sobre las grabaciones que recogen el paso del coche de Bretón por la Ciudad de los Niños. Los científicos, aplicando las leyes de la óptica, concluyeron que con una probabilidad del 98% los niños no iban en el asiento trasero del coche, pese a lo que contaba el progenitor. El resultado de este estudio fue "muy esclarecedor" debido a que corroboraba la tesis principal de que los pequeños no habían salido de la finca de Las Quemadillas, tal y como la Policía sospechaba desde el principio.
"Cualquier actuación nuestra se ha circunscrito a la finca y a las inmediaciones", insistió Castro, que expresó su orgullo por haber encabezado una investigación "tan concienzuda". Y, lejos de asumir las críticas surgidas en el seno del Cuerpo Nacional de Policía, expresadas por los sindicatos, defendió que no sólo no se puede hablar de error policial, sino tampoco "de buscar responsabilidades, ni de depurar ni de nada por el estilo".
El Ministerio de Justicia confirmó que el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses ya ha recibido las muestras óseas objeto de la discordia. Será un equipo mixto de investigadores del propio organismo y de científicos externos los encargados de realizar el nuevo análisis, que terminará de inclinar la balanza de uno de los dos lados: si los huesos pertenecen a pequeños animales, tal y como aseguraba el primer informe de la Policía Científica, o si, por el contrario, son piezas óseas de menores de entre 2 y 6 años, como afirman de manera tajante los dos análisis de expertos externos.
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