La Policía toma nuevas muestras de la hoguera que sirvió de crematorio
La investigación del caso Ruth y José Bretón
Los agentes extraen tierra y recogen varios instrumentos como bidones, palos y una mesa metálica. Bretón defiende de nuevo su inocencia y considera una "aberración" que se diga que sus hijos fueron quemados.
La Policía Nacional volvió ayer a la finca de Las Quemadillas con un único fin: recoger todas las muestras posibles de la hoguera que José Bretón usó para construir un crematorio con el que eliminar cualquier pista relacionada con la desaparición de sus hijos Ruth y José. Este material será la base para elaborar dos nuevos estudios que avalen la existencia de restos humanos, tal y como concluyen los informes redactados por dos expertos de prestigio internacional.
La actuación policial se produjo tan sólo 24 horas después de conocerse estos análisis que desacreditan el resultado del estudio elaborado por la Policía sobre los restos encontrados en la hoguera y que concluía con firmeza que los huesos pertenecían a animales. El trabajo policial en la finca comenzó pasadas las 09:30, casi media hora después de que el furgón que trasladó a Bretón desde el centro penitenciario de Alcolea llegase a la parcela. Durante más de dos horas los agentes tomaron muestras de tierra en el lugar en el que supuestamente el padre de los menores encendió la hoguera, y recogieron unos bidones, varios utensilios y una mesa metálica, que se pudo emplear para la fabricación de un horno crematorio que aceleró la combustión. El siguiente paso se centrará en el análisis de estas nuevas muestras para la redacción de dos nuevos pruebas de carácter morfológico encargadas por el juez que instruye el caso, José Luis Rodríguez Lainz. El objetivo se centra en confirmar los informes externos que aseguran la existencia de restos óseos de niños en esa hoguera, elaborados por el forense Francisco Etxeberria y el codirector del yacimiento arqueológico de Atapuerca, José María Bermúdez de Castro.
Los distintos utensilios recogidos ayer en relación con la hoguera de la finca y todos los informes, según informaron ayer fuentes cercanas a la investigación, los analizarán miembros del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), que dirige el investigador Ángel Carracedo. Este centro, según fuentes cercanas, dispone "de tecnología puntera en el ámbito mundial" y ya ha realizado análisis en investigaciones destacadas como la del 11-M y la relacionada con las jóvenes de Alcáser.
El Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (Intcf) también recibió ayer, en su sede de Madrid, un oficio del Juzgado de Instrucción número 4 de Córdoba, en el que se solicita proceder al análisis de muestras. Los resultados de dichos trabajos se remitirán al órgano judicial en "el menor tiempo posible", atendiendo a "la complejidad" de las pruebas.
El padre de los menores estuvo presente una vez más en los trabajos realizados en la finca. Bretón, que no se sometió a preguntas por parte de los agentes, estuvo acompañado por su abogado, José María Sánchez de Puerta, quien al concluir la jornada aseguró a los medios que su cliente está "tranquilo", con el mismo "aplomo" que el primer día y con el deseo de "que esto pase cuanto antes". A pesar del vuelco en la investigación, el letrado insistió en que Bretón "no admite su culpabilidad en los hechos". Le parece "una aberración que se diga que sus hijos fueron quemados".
El letrado evadió en todo momento hacer una valoración sobre la comparecencia del pasado lunes del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en la que confirmó que hay informes que revelan la existencia de restos humanos en la hoguera y se mostró cauto mientras se conocen las conclusiones de los dos estudios encargados por el juez Rodríguez Lainz. Sánchez de Puerta mostró su intención de continuar con la defensa de Bretón hasta el fin del proceso porque, según señaló, así se lo ha pedido su cliente. Asimismo, insistió en que continuará con la misma línea de defensa que ha mantenido hasta ahora, aunque no descartó en tener que replantearla si "se demostrara de manera tangible que los restos encontrados son humanos".
El informe realizado por Francisco Etxebarria es bastante contundente, según señalan distintas fuentes. Dicho estudio deja claro que existen numerosos ejemplos que acreditarían sin ninguna duda la pertenencia de los huesos a seres humanos, puesto que no presentan ninguna forma anatómica que recuerde a animales. Tal y como ya se informó el lunes y además ratificó el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en su comparecencia, el informe de Etxeberria sostiene en concreto que los restos son de dos niños, de 6 y de 2 años. Para extraer esta conclusión el forense analizó unos 200 huesos y nueve dientes.
El experto detalla que los restos recogidos son "óseos petrosos", que se utilizan para establecer el número de cuerpos en enterramientos múltiples, según se explicó en el programa Las Mañanas de Cuatro. En la hoguera se encontraron tres huesos de este tipo. "Se acredita la existencia de dos individuos entre los restos óseos recuperados", señala el experto en el informe. Fuentes cercanas a la investigación detallaron ya el primer día que los cuerpos de dos pequeños fueron quemados sobre el fuego y que para la destrucción por completo de los restos de ambos cuerpos se utilizó una mesa de metal.
El análisis de las piezas óseas además revela que su color -blanquecino y negro- prueba que los cadáveres habrían experimentado temperaturas superiores a entre 650 y 800 grados, lo que demuestra que la hoguera fue de grandes dimensiones y que se mantuvo ardiendo durante horas. Debido a este estado de calcinación, se convierte en casi imposible determinar si el ADN corresponde a Ruth y a José. En cuanto a las piezas dentales, el fuego, tal y como destaca Etxeberria en su informe, provocó la explosión de la mayor parte de las piezas de los menores, aunque los pocos trozos encontrados permiten determinar la posición de uno de los cuerpos. Por todo ello, concluye que la muerte fue de tipo violento homicida desde el punto de vista de su etiología médico legal.
El análisis del científico de Atapuerca, José María Bermúdez de Castro, por su parte, tal y como señaló el ministro del Interior, tiene grandes coincidencias con el análisis de Etxeberria. En concreto, señala que los huesos se identifican coinciden, al menos, con los de un ser humano inmaduro de 6,22 años, precisamente la edad de la pequeña Ruth. El estudio tiene un margen de error de 43 días.
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