OBITUARIO
Muere Teresa Barrio, madre de Alberto Jiménez Becerril

La Policía amplía el dispositivo y recrea los días de la desaparición

El Grupo Especial de Actividades Subacuáticas rastrea el tramo del río entre Alcolea y el casco urbano. Las pruebas descartan que los restos biológicos hallados en una hoguera en la parcela sean humanos.

Á. Robles / G. N. Jiménez

11 de octubre 2011 - 11:17

Paso a paso, el Cuerpo Nacional de Policía recreó ayer el viaje que hicieron los dos hermanos de 2 y 6 años, José y Ruth -desaparecidos en Córdoba el sábado- desde que su padre los recogió en Huelva el viernes a la salida del colegio hasta su llegada a la capital cordobesa esa misma tarde, así como qué pasó el día siguiente. Fuentes cercanas a la investigación informaron de que el padre de los menores, José Breton, que está en proceso de separación de la madre, colabora con los agentes en todo momento en calidad de denunciante y nunca de imputado. Al cierre de la edición, no se habían producido detenciones.

José Breton recogió el viernes a los dos pequeños del colegio onubense Federico García Lorca con el consentimiento de la madre para pasar el fin de semana con la familia paterna. Los testigos sitúan a los hermanos esa noche en la casa de los abuelos paternos, en la calle Don Carlos Romero -junto a la avenida Jesús Rescatado- y, ya a la mañana siguiente, el padre se los habría llevado a mediodía. Lo que pasó entre ese instante y momento en que el hombre denunció la desaparición de los menores -en torno a las 18:40- en los jardines del Parque Cruz Conde es aún una incógnita. Y de ahí la exhaustiva recreación de todos los movimientos que realizaron los menores en compañía de su progenitor. Lo que sí fue confirmado por fuentes de la investigación es que ningún testimonio sitúa a los pequeños en el circuito deportivo donde, según mantiene el padre, los perdió de vista.

El Cuerpo Nacional de Policía amplió ayer el dispositivo para dar con el paradero de los desaparecidos, según informaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno, pues cada minuto que pasa sin pistas juega en contra de la propia investigación. Ayer trascendió que una de las líneas abiertas por la Policía Científica -el hallazgo de restos óseos en una hoguera en la parcela familiar situada en Las Quemadillas- no ha dado frutos. Fuentes próximas a la investigación confirmaron que los hallazgos biológicos pertenecen a animales y no a humanos. El Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), por otra parte, empezó a rastrear en una zodiac el cauce del Guadalquivir, que pasa próximo a la citada parcelación, sin que tampoco se encontraran indicios. Los buzos, en concreto, inspeccionaron el tramo del río que transcurre entre el casco urbano y la barriada de Alcolea. Durante todo el día, además, a la investigación se sumaron un helicóptero y guías caninos especializados en la búsqueda de personas.

Conforme avanzó la jornada, el despliegue volvió a centrarse en la parcela de Las Quemadillas, que estuvo un día más bajo custodia policial. Y los medios de comunicación permanecieron apostados durante horas ante las puertas de la vivienda, cuyo acceso fue acordonado. Las novedades no llegaron. El trasiego de vehículos policiales fue continuo, y en torno a las 19:20 llegó a la casa el comisario de la Policía Judicial de Sevilla, Manuel Piedrabuena, quien tiene en su currículum el caso de Marta del Castillo. El experto evitó hacer declaraciones sobre los resultados de las pesquisas. Algunos vecinos de la zona situaron en el interior de la vivienda al padre de los pequeños, aunque los medios de comunicación no pudieron tomar testimonio gráfico y el Cuerpo Nacional de Policía, que se mantiene en un absoluto mutismo, no lo confirmó. Los mismos vecinos afirmaron que el sábado por la tarde escucharon discutir a los abuelos con el padre de los niños. A las 21:00, el comisario Piedrabuena abandonó la vivienda en compañía de los últimos agentes.

Las dependencias policiales de Campo Madre de Dios se convirtieron en el otro foco informativo. Salvo uno de los tíos de los pequeños -al que se le vio entrar y salir de las dependencias acompañado de agentes en coches camuflados-, no se vio a otros familiares. Entre todos los vehículos que entraron y salieron de la comisaría, llamó la atención que a las 13:05 entró un Opel azul en cuyo asiento trasero viajaba una persona con el rostro oculto bajo un sombrero y un pasamontañas. La misma figura volvió a salir de la Comisaría a las 05:10 para volver 20 minutos más tarde, acompañado en todo momento por agentes.

Entre los curiosos que se acercaron a Campo Madre de Dios alarmados por el despliegue de medios de comunicación, estuvo Erika Revello, quien dijo ser amiga de la familia. La mujer relató ante los micrófonos que los dos pequeños y el matrimonio estuvieron en un cumpleaños en una vivienda de la barriada periférica de El Higuerón hace un mes. "Aparentemente eran una pareja normal", dijo, extrañada por el devenir de la historia. Revello recordó a Ruth como a una niña "tímida", pendiente en todo momento de su hermano pequeño. Dijo, además, que en un momento dado el padre habría preguntado en una conversación cómo se iniciaba una separación.

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