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Perfil: Nacido para presidir el Sevilla

José María del Nido inició su aventura como abogado en Marbella para tener el patrimonio necesario para dirigir al club sevillista. El deseo vital tal vez fuera el origen de su perdición.

Perfil: Nacido para presidir el Sevilla
Francisco José Ortega Sevilla

06 de diciembre 2013 - 05:03

El abogado José María del Nido Benavente (Sevilla, 1957) nació para ser presidente del Sevilla y tal vez ese objetivo ineludible en su vida lo haya conducido finalmente a ser condenado con siete años de cárcel por el llamado caso Minutas. Aunque la condena no tiene absolutamente nada que ver con el fútbol y sí con su trabajo como letrado, la relación causa-efecto entre una cosa y otra tal vez existe. Tal vez sea complicada de hallar esa conexión de no ser por tantas y tantas conversaciones telefónicas cuando el abogado se trasladó a Marbella para unirse al equipo que aún comandaba Jesús Gil. Del Nido, entonces, ni siquiera tenía una afinidad de criterios con el fallecido dueño del Atlético de Madrid, pero pensó que aquella era la única fuente de ingresos posible para comprar el mayor número de acciones de su Sevilla Fútbol Club. Así podría llegar al sillón de Ramón Sánchez-Pizjuán, para el que estaba predestinado en su triple condición de sevillista antes de nacer, hijo de directivo y discípulo de presidentes.

Eran tiempos en los que la entidad nervionense vivía inmersa en un verdadero maremoto con noticias todos los días respecto al paquete accionarial que manejaba el grupo Antena 3 y con la presencia de Francisco Escobar, José María González de Caldas y posteriormente Rafael Carrión en la presidencia del consejo de administración. José María del Nido era, entonces, casi un proscrito en su Sevilla después de que se le cargara con la responsabilidad de haber conducido a la entidad al descenso administrativo a Segunda B. Pero desde su exilio voluntario en Marbella ejercía de fiscal implacable contras los desmanes en la gestión de la entidad sevillista.

El problema, para Del Nido, fue que los clubes ya no eran clubes sino sociedades anónimas deportivas y la única manera para llegar hasta el poder era mediante la compra de las acciones necesarias para ejercer el control. Aquello ya había dejado de decidirse a través de elecciones por parte de los socios, como fueron nombrados en su momento sus maestros José Ramón Cisneros Palacios y Luis Cuervas Vilches. Por ello, tal vez, inició esa aventura en Marbella que casi veinte años después lo va a conducir en las próximas fechas al ingreso en prisión por formar parte de la trama que saqueó el Ayuntamiento de Marbella.

La noticia, ya confirmada por el Tribunal Supremo mediante la correspondiente sentencia que considera probados los delitos que se le adjudicaban al abogado sevillano, contrasta con la seguridad que siempre mostró Del Nido respecto a su inocencia dentro de este caso Minutas. Aún perdura en el recuerdo de un puñado de enviados especiales sus explicaciones en uno de los aviones que conducían al equipo en aquellos numerosos, y exitosos, partidos de la Copa de la UEFA disputados por el Sevilla de Juande Ramos. En aquellos vuelos que parecían no acabar jamás, el presidente sevillista explicaba con naturalidad a los periodistas desplazados las bases de la defensa que, según él, lo eximían de cualquier delito. Y para ello aseguraba que tenía todo tipo de pruebas para exponerlas ante los tribunales correspondientes, algo que, finalmente, no le sirvió para ser exculpado hasta el punto de ser condenado, en sentencia firme ya, a siete años de prisión.

Una pena que José María del Nido ya se temía desde que, en primera instancia, fuera sentenciado a medio año más incluso, pero a pesar de ello jamás se bajó de un mensaje absolutamente convencido sobre su inocencia. Por medio, en ese calvario que dice haber vivido desde que arrancara la instrucción del caso, sí alcanzó su sueño de ser presidente del Sevilla, cargo que ha ocupado durante los últimos 11 años y que abandonará definitivamente el próximo lunes cuando presente formalmente su dimisión ante el consejo de administración. Y no sólo se limitó al cumplimiento de esa obligación vital, sino que por el camino se entretuvo en ganar dos copas de la UEFA, dos copas del Rey, una Supercopa de Europa y una Supercopa de España, convirtiéndose en el mejor presidente de la centenaria historia de la entidad radicada en el barrio de Nervión. A José María del Nido, lógicamente, le gustará ser recordado siempre como el presidente del Sevilla durante estos 11 años de glorias en lo futbolístico, pero desde ahora cargará con la mancha del abogado condenado a siete años de cárcel. Tal vez por su autoimposición de presidir al Sevilla.

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