La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¿Dónde está el límite de la vergüenza?
El domingo 17 de octubre, cuando acabó el 40 Congreso Federal del PSOE, todas las fuentes consultadas coincidían en señalar las dificultades a las que se enfrentaría Juan Espadas, líder de los socialistas andaluces, en el cónclave regional previsto para los días 6 y 7 de noviembre en Torremolinos. La inestabilidad en las provincias era –y sigue siendo– el principal dolor de cabeza del alcalde de Sevilla a nivel orgánico, pero varios de los conflictos que se atisbaban hace dos semanas comienzan a encauzarse, si es que no lo han hecho ya.
Los congresos provinciales están fijados para diciembre, pero para el dirigente socialista es muy importante salir del regional de este fin de semana con la mayoría de los territorios apaciguados. Después del cónclave de Valencia, sólo Granada tenía despejado su horizonte orgánico. El secretario general y presidente de la Diputación, José Entrena, fue uno de los lídere territoriales que apoyó a Espadas desde el inicio. Eso explica que el alcalde de Maracena, Noel López, que se enfrentó a Entrena en 2017 por el mando del partido, se vaya a convertir este fin de semana en secretario de Organización del PSOE andaluz, por lo que será el número dos de Espadas y la persona que se encargue del trabajo diario en la sede de San Vicente.
Pero Granada ha sido una raya en las aguas turbulentas del PSOE andaluz. La muestra es que en las dos provincias donde Espadas ganó con mayor holgura, Cádiz y Jaén, han vivido un pequeño terremoto en los últimos días. En el caso de Jaén, donde el partido suele moverse siempre al mismo son, ha habido una lucha generacional entre las voces que pedían el relevo de Francisco Reyes, secretario general y presidente de la Diputación, y quienes apostaban por la continuidad del líder, que también apoyó a Espadas en los primeros momentos. Como suele ocurrir, en Jaén han llegado un acuerdo y Reyes seguirá como líder territorial, aunque con un vicesecretario apoyado por los renovadores, muy preocupados por el auge de las formaciones de la España Vaciada, que han anunciado su intención de presentarse a las elecciones bajo la marca Levanta Jaén.
En Cádiz Espadas logró dos tercios de los votos emitidos en las primarias del 13 de junio, pero ese 67% fue la suma de varias familias enfrentadas entre sí que coincidían en la necesidad de apostar por el cambio a nivel regional. Pocos meses después, la mayoría se deshizo y la muestra fue que la provincia eligió a sus representantes en el Congreso Federal en una votación que perdió la secretaria general, Irene García, frente a Juan Carlos Ruiz Boix, alcalde de San Roque. Ambos formaron parte de la mayoría que apostó por Espadas en las elecciones internas.
En medio de esta pugna, se hizo público ayer que García, que también es presidenta de la Diputación, no aspirará a repetir como jefa provincial del partido. El paso al lado de la ex alcaldesa de Sanlúcar de Barrameda debe leerse como un gesto en busca de conciliación entre las diferentes sensibilidades del PSOE de Cádiz. En Sevilla, Verónica Pérez ha hecho un movimiento similar y ha anunciado que no se presentará al cónclave. La diferencia está en que Pérez ha sido una de las personas más cercanas al círculo de Susana Díaz y que, a diferencia de García, fue en el bando perdedor en las primarias de junio. La salida de la dirigente sevillana allana el camino para que las distintas familias que apoyaron a Espadas en primavera en su provincia puedan alcanzar un pacto, aunque esto, por el momento, no ha ocurrido. Sí hay que tener en cuenta que Javier Fernández, alcalde de La Rinconada, ha anunciado que se presentará al congreso provincial, recibiendo después el apoyo de 80 de los algo más de 100 responsables locales del PSOE en Sevilla.
El papel de Espadas en este tipo de movimientos es relevante, pero su entorno asegura que no es decisorio. El alcalde de Sevilla ha apostado por la “neutralidad” en estas pugnas locales, pero siempre rema en favor del acuerdo. Ahí se enmarcan movimientos como el nombramiento de Noel López o la designación de José Luis Ruiz Espejo, líder del PSOE malagueño, como presidente del Congreso regional de Torremolinos. Acto seguido, se conoció que Ruiz Espejo tampoco optará a la reelección en diciembre en otro intento por facilitar un entendimiento entre las distintas facciones. El portavoz socialista en el Ayuntamiento de Málaga, Daniel Pérez, gana enteros para convertirse en secretario general ante un probable acuerdo con el alcalde de Torremolinos, José Bernal, que también tendría un cargo en la Ejecutiva. El alcalde de Ojén, José Antonio Gómez, anunció este fin de semana su candidatura, pero hay dudas sobre si se formalizará.
Hay que recordar que, junto con Málaga, Córdoba y Almería fueron las dos provincias en las que Susana Díaz ganó las primarias. En Córdoba hubo un margen de cuatro puntos, pero la situación de quienes apoyaron a Espadas es mejor que en el resto. La secretaria general del grupo Socialista en el Congreso, Rafi Crespín, se ha postulado ante el paso atrás del susanista Antonio Ruiz, que también preside la Diputación. En Almería, José Luis Sánchez Teruel mantiene la mayoría de casi el 60% que optó por la ex presidenta en junio y pretende seguir liderando el partido en la provincia, donde los que apoyaron a Espadas están divididos, pero en una situación de debilidad que no se da en el resto de provincias, por lo que es probable que el acuerdo beneficie al actual líder, que ya ha tendido la mano para un acuerdo de unidad.
Huelva, por lo tanto, es donde la concordia está más lejos . La presidenta de la Diputación, Maru Limón, pugna con el alcalde de la capital, Gabriel Cruz, pero la división se retrotrae a la salida de Ignacio Caraballo del líderazgo del partido y la jefatura en la Diputación. El PSOE de Huelva está en manos de una gestora desde entonces y el conflicto se ha “enquistado”, cuenta una fuente conocedora del partido, que se muestra pesimista. Falta una semana para que las partes intenten desatascar la pugna y hay que tener en cuenta el papel que puede tener aquí Espadas, que todavía tiene que diseñar una ejecutiva que suele servir para equilibrar este tipo de conflictos. Del éxito que tenga el líder socialista dependerá su margen de maniobra para ejercer la oposición en un momento clave:el inicio de un año electoral.
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