El PSOE andaluz emplaza su crisis al congreso regional

Los socialistas deben celebrar su nuevo cónclave a partir de este otoño, aunque la crisis catalana añade incertidumbre sobre el final de esta legislatura

Los socialistas preparan el relevo de Espadas

Juan Espadas, el pasado lunes en la sede regional del PSOE-A.
Juan Espadas, el pasado lunes en la sede regional del PSOE-A. / Rocío Ruz / Ep

Un aterrizaje sobre la realidad. La reunión de la dirección del PSOE de Andalucía del lunes pasado finalizó algo más tarde de las 11 de la noche. El secretario general, Juan Espadas, que ya había comenzado a ser criticado en las redes por los resultados de las elecciones europeas, repitió ante a los miembros de la Ejecutiva lo que antes había sostenido ante los periodistas, un largo relato pronunciado en un tono grave, casi de enfado, para intentar demostrar que sus datos eran mucho mejores, una tesis que solo comparten él y quienes la defendieron en esa reunión, entre éstos, la gaditana Irene García, el Rafa Márquez y la Sevilla Adela Castaño. Sin entrar a cuestionar al secretario general, otros hicieron una lectura más realista, el PSOE había perdido las europeas frente al PP y eso supone la cuarta derrota del que hasta 2018 fue el partido hegemónico en la comunidad.

Pero ya el viernes, después de verse con los responsables provinciales, éstos y Espadas aprobaron una "resolución" en la que se admitía que "el resultado no era el deseado" y se emplazaba a que "las cuestiones orgánicas que puedan plantearse por algunos compañeros o compañeras se dirimirán en los órganos del partido y cuando correspondan en los respectivos congresos". La resolución destaca que el PSOE obtuvo el 32,2% de los votos, dos puntos por encima de la media nacional, y que fue el partido más votado en el 54% de los municipios andaluces. Es el optimismo de Espadas sobre el que arroja agua fría el dato de que la diferencia entre PP y PSOE fue en Andalucía dos puntos por encima de la media nacional o que el 29% de todos los votos que los socialistas han perdido en estas europeas respecto a las de 2019 proceden de la comunidad andaluza.

El PSOE andaluz ha entrado en crisis, cuatro elecciones perdidas son demasiadas y hay una opinión general de que el relevo de Espadas no ha dado resultado ni mucho menos su portavocía en el Senado como modo de reactivar su candidatura. Tal como ha resumido uno de los dirigentes críticos a este periódico, "todavía no toca ni pedir dimisiones ni primarias, porque ya llegarán de modo obligatorio en su momento". Aunque ha habido algunas voces que han solicitado la dimisión de Espadas, como la del ex presidente del Parlamento Juan Pablo Durán, el ex presidente de la Diputación de Sevilla Luis Navarrete y el alcalde de Alcalá de los Gazules, Javier Pizarro, la mayoría del partido se mantiene a la expectativa de qué ocurrirá con la legislatura nacional.

El Gobierno de Pedro Sánchez debe atravesar en las próximas semanas la parte más estrecha del embudo. ERC y Junts han vuelto a las andadas en el Parlamento catalán, han elegido como presidente a Josep Rull, uno de los hombres de Puigdemont, que se dispone a encargar la sesión de investidura al socialista Salvador Illa para quemarlo -aún no tiene apoyos suficientes- para después llamar al líder huido al otro lado de los Pirineos. El escenario se le ha complicado a Illa después de que Marta Rovira, también huida en Suiza, se haya quedado al mando de ERC. El próximo 25 de junio echa a andar el reloj de la repetición electoral y si ERC no apoya a Illa, los catalanes volverán a las urnas.

De este modo, la política catalana vuelve a dirigir con sus sorpresas de vodevil la legislatura española, porque no se puede descartar un adelanto de las generales si se repiten las elecciones al Parlament. Esto es lo que tiene congelada la crisis del PSOE andaluz. Si la crisis catalana se resuelve de buen término para el Gobierno de Pedro Sánchez, habrá un congreso federal a partir de otoño y ya se comenzará a dirimir la salida de la andaluza con la elección de los miembros que van a ese cónclave. Además, tres semanas después se celebrará el andaluz. Y, después, los provinciales.

"Si hay congreso federal rápido, todo se verá en la elección de la delegación de Andalucía... y si no, veremos cuánto tiempo podemos perder", explica un cargo público del PSOE, que como otros apunta a que la candidatura a las autonómicas de 2026 necesita de una nueva dirección. María Jesús Montero es la preferida por el partido en un camino en el que le podría acompañar el jiennense Juanfran Serrano al mando del partido.

Debilidad provincial

Juan Espadas se apoya en los secretarios provinciales, pero lo cierto es que algunos de ellos están más cuestionados que el propio líder. En Huelva, casi la mitad de la militancia está en el lado crítico contra María Eugenia Limón, y en Málaga se ha firmado un manifiesto de notables contra Dani Pérez, el más cuestionado de todos. Más de 60 ex altos cargos, entre éstos, tres ex presidentes de la diputación y anteriores alcaldes de Ojén, Torremolinos y Antequera, han solicitado la dimisión de Pérez. En Cádiz, que lleva otra dinámica particular, hay ya un cuestionamiento púbico de Juan Carlos Ruiz Boix, que recientemente sufrió un revés del Gobierno al nombrar a una subdelegada, Blanca Flor, que no era su candidata. En Córdoba también hay problemas, y en Almería un claro retroceso de la presencia socialista en toda la provincia, donde el PSOE sólo tuvo un apoyo del 26% en las elecciones europeas.

En toda la semana no ha habido ningún pronunciamiento de Ferraz sobre el futuro de Juan Espadas, lo que también es significativo. Hubo un teletipo de la agencia Efe que se remitía a "fuentes de Ferraz", pero ningún portavoz ha realizado una declaración pública a favor de la continuidad del secretario general y la repetición de éste como candidato en las autonómicas de 2026. Lo que se ha abierto en la dirección federal es una reflexión sobre lo que le está sucediendo al PSOE en comunidades como Andalucía y Madrid, cada una con comportamientos distintos, pero básicas para aspirar a ganar unas elecciones generales.

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