PSOE y Ciudadanos recortan distancias e inician el desbloqueo de la investidura
Los socialistas andaluces se desmarcan de las instrucciones de la dirección federal y se muestran dispuestos a hablar con el PP de una rebaja fiscal y sobre un acuerdo por la economía.
El PSOE andaluz y Ciudadanos dieron este viernes el que puede ser el paso clave para iniciar el desbloqueo de la investidura de Susana Díaz. Aunque se trata de un acuerdo de mínimos, la aceptación por parte de los socialistas del llamado decálogo contra la corrupción esgrimido por el partido de Albert Rivera como condición para sentarse a negociar ha hecho saltar el cerrojo. Al filo de las diez de la noche de este viernes, el líder de Ciudadanos en Andalucía, Juan Marín, emitió un comunicado en el que confirmó que el PSOE "acepta" los puntos de ese decálogo, lo que supone que "se abre un espacio de diálogo donde Ciudadanos planteará sus propuestas y proyectos sobre acuerdos puntuales que afecten a la reactivación económica, políticas sociales, sanidad, educación y regeneración democrática, entre los principales asuntos".
Este cambio de rumbo ya lo había alumbrado horas antes el PSOE. Los socialistas confirmaban la aceptación de esos diez puntos, dejando fuera aquellos puntos que se refieren a competencias que no son autonómicas, pero a la vez proponen otra decena de medidas. "Aceptamos el 90% de lo que proponen", se insistió desde el PSOE. Los negociadores de ambas formaciones dan forma hoy mismo a este acercamiento con una reunión que se considera crucial y a la que sin embargo la delegación de C's acude esgrimiendo la tesis del primer día. En su comunicado, Marín destacó que "de momento nada ha cambiado con respecto a nuestro voto negativo a la investidura de la candidata a la presidencia de la Junta para la próxima semana, somos un partido serio que cumple sus compromisos y que estamos demostrando que pueden cambiar las cosas si ponemos por delante los intereses de los ciudadanos a los de los partidos políticos".
También hubo censura a la estrategia socialista por parte de la portavoz parlamentaria de Ciudadanos, Irene Rivera, quien aseguró que el presidente de su formación, Albert Rivera, estaría "en la primera línea" de las negociaciones si se diera el caso de que ganara las elecciones generales y pudiera ser investido presidente del Gobierno, una actitud que contrasta, en su opinión, con la que mantiene la ganadora de las elecciones en Andalucía candidata a ser investida como presidenta de la Junta.
En declaraciones a Europa Press, Rivera se pronunció así después de que los populares hayan pedido a la presidenta de la Junta en funciones y secretaria general del PSOE que "baje al mundo de diálogo, abandone el Palacio de San Telmo y lidere las negociaciones" con el resto de grupos políticos de cara a la investidura. La dirigente de Ciudadanos aseguró que en su partido están convencidos de que en un proceso de estas características deberían involucrarse "desde el primero hasta el último". No obstante, Albert Rivera ha dicho respetar las decisiones autónomas que se tomen en el seno de cada formación.
Entre tanto, los socialistas andaluces no comparten el criterio de Ferraz de dejar aislado al PP en su política de diálogo para componer acuerdos. Así se lo transmitió el jueves pasado el portavoz socialista, Mario Jiménez, a su homólogo popular, Carlos Rojas. Los andaluces no están ni por "las líneas rojas" ni por "el aislamiento" ni por "los cordones sanitarios". En las horas previas a la sesión de investidura de Susana Díaz, el PSOE ha redoblado sus esfuerzos para forjar un acuerdo que contemple a todos los partidos de la oposición, incluido el PP de Juan Manuel Moreno. La dirección federal del PSOE de Pedro Sánchez ha establecido que el único partido con el que no negociarán para formar gobiernos en las comunidades autónomas y los ayuntamientos es Bildu, heredera de Batasuna, y en menor medida el PP, por ser su contrincante ideológico.
Sin embargo, los andaluces de Susana Díaz han vuelto a distanciarse de la dirección de Ferraz; al PP lo hicieron partícipe de sus planteamientos desde el primer momento y no hay marcha atrás. La dirección del PSOE está molesta, por el contrario, con los populares andaluces porque del mismo modo que muestran su enfado por la comparación de Madrid con Bildu, no quieren sentarse a negociar con los socialistas. En su opinión, el PP se está aislando frente a la negociación que sí tienen abierta con Ciudadanos y Podemos. Mario Jiménez transmitió a Rojas que en el momento que deseen, el PSOE puede comenzar a hablar al mayor nivel. A pesar de esta conversación, Juan Manuel Moreno realizó horas después unas declaraciones en las que solicitaba una explicación por parte de los de Susana Díaz.
El PP cuenta con 33 escaños en el Parlamento, y bastaría su abstención para que Díaz saliese investida presidenta esta semana próxima. El PSOE ha ofrecido un diálogo amplio al principal partido de la oposición que pasa por una reducción fiscal del IRPF y del impuesto de donaciones y sucesiones, así como un paquete de ayudas para los autónomos enmarcado en un plan de reactivación de la economía coincidiendo con el inicio de la recuperación. Del mismo modo, ofrece un consenso institucional para componer los otros organismos que dependen de la Cámara, tales como las comisiones sectoriales. A pesar de ello, el PP sigue sin mover ficha mientras que Podemos y Ciudadanos sí parecen dispuestos a hablar con el PSOE y obtener de ellos algunas concesiones. Por ejemplo, estas formaciones emergentes han conseguido lo que los populares nunca soñaron: las dimisiones anticipadas de los ex presidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán como diputado y senador por el caso de los ERE.
Sánchez pide a todos los partidos que permitan el Gobierno de Díaz
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, repitió una vez más su letanía sobre el apoyo del resto de partidos andaluces a Susana Díaz, aunque con algún cambio en el discurso. El político madrileño estuvo este viernes en la manifestación por el Día Internacional de los Trabajadores que se celebró en Valencia y fue cuestionado sobre la gobernabilidad de Andalucía, como viene ocurriendo desde el 22 de marzo. En esta ocasión, ademas de aludir a las nuevos partidos que han entrado en el Parlamento, se refirió a las cinco fuerzas con representación en la Cámara autonómica. Pedro Sánchez aseguró que espera que "no solamente Podemos o Ciudadanos, sino que todas las formaciones que han perdido las elecciones dejen que se pueda formar un Gobierno en Andalucía" porque "lo importante es que se garantice la gobernabilidad". El secretario general de los socialistas aseguró que "los andaluces han sido claros en su veredicto en las urnas, quieren que gobierne el PSOE"; y se mostró esperanzado respecto a que las negociaciones finalicen la próxima semana, antes de que comience la campaña de las elecciones municipales del 24 de mayo. "Espero que Susana Díaz sea la próxima presidenta de la Junta porque es lo que quieren los andaluces", sentenció.
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