El PSOE-A reclama dimisiones en vez de un congreso exprés

Madrid/Después de nueve meses sin Gobierno y tras ver que el electorado no le responde ni en Galicia ni en el País Vasco, donde cosechó el domingo sendos fracasos, el líder de los socialistas, Pedro Sánchez, ha optado por una solución propia de su empecinamiento: intentar convocar un congreso federal a primeros diciembre y convocar elecciones primarias internas para elegir un secretario general el 23 de octubre, a tan sólo siete días de que se cumpla el plazo para repetir, otra vez, los comicios generales. De este modo, Sánchez desafía a los críticos y a los seis de los siete presidentes autonómicos socialistas, contrarios a este congreso y a la propuesta de su líder de gobernar con el apoyo de Podemos y los independentistas. El PSOE ha entrado en crisis, y la resolución se producirá este sábado, cuando los críticos intenten rechazar el congreso en el Comité Federal, o en las primarias del 23 de octubre si los barones no cuentan con mayoría suficiente.

El PSOE andaluz descalificó ayer esta estrategia como "una huida hacia adelante", "una trampa" o "una cortina de humo". Su número dos, Juan Cornejo, fue claro: "No es tiempo de congresos, sino de asumir responsabilidades por los resultados electorales. Creo que he sido claro, se me entiende", añadió el hombre de confianza de Susana Díaz en el partido, antes de citar los ejemplos de Joaquín Almunia y de Alfredo Pérez Rubalcaba, secretarios generales que dimitieron después de obtener malos resultados electorales.

El PSOE-A se opondrá el próximo sábado a la celebración del congreso exprés con el que Sánchez ha contestado al fracaso electoral en el norte y a las críticas de sus barones, que desde junio llevan solicitando a su partido que pasen a la posición y se deje gobernar al PP. Es cierto que ninguno de ellos ha solicitado, de un modo claro, explícito y sin ambigüedades, que algunos diputados socialistas se abstengan para dejar gobernar a Rajoy, pero todos se oponen a la única alternativa, que sería la del PSOE con Podemos y los independentistas. Sánchez les pidió ayer claridad después de mantener una dura reunión de su Ejecutiva que se prolongó durante cinco horas. Cornejo, que hizo de portavoz de los críticos, explicó que ahora es el tiempo de solucionar la crisis de ingobernabilidad de España, no el asunto interno del PSOE. Recordó, precisamente, que fue Sánchez quien defendió esto en el mes de enero, que el congreso ordinario se debía retrasar y, por ello, el comité federal decidió el pasado 2 de abril. Lo que ese día aprobó el órgano encargado de convocarlo es que el congreso se celebraría después de que España tuviese un Gobierno. Ante eso, el PSOE andaluz sostuvo que "peleará" en el Comité de este sábado seguir con ese orden: primero un Gobierno, después un congreso.

Profundamente enfadado por los pasos de Ferraz, Cornejo explicó de este modo por qué cree que el congreso es una trampa: "Pongamos que celebramos el congreso, pongamos que hay nuevas elecciones, ¿qué hacemos si el resultado electoral es malo? ¿Otro congreso? No, los congresos se hacen después de que haya un Gobierno". Las fechas propuestas por Sánchez pondrían al PSOE en una situación de debate interno cuando España debe decidir si tiene Gobierno (las primarias se celebrarían el 23 de octubre, a siete días de acabar el plazo para las elecciones) o cuál es su nueva distribución política (el congreso se celebraría a primeros de diciembre, a escasos días del inicio de la campaña). La tesis defendida por Sánchez es que el PSOE debe resolver sus crisis ahora en un congreso y decidir si se abstienen ante el PP.

Como ya se demostró en la reunión del núcleo duro de la Ejecutiva, el PSOE está roto, quebrado por la mitad, y este sábado se verá quién es mayoritario, si los críticos, que se opondrán al congreso, o los pedristas. La propuesta se someterá a votación si antes no ocurre otro desenlace, como la petición formal de una dimisión al secretario general. Pero si se decide que haya primarias en octubre, los socialistas volverían a dirimir quién tiene la mayoría. Susana Díaz es al día de hoy la líder visible de los críticos, aunque la presidenta de la Junta no ha confesado nunca su hoja de ruta personal. Al ser preguntado por si Díaz presentaría esa candidatura en unas hipotéticas primarias, Cornejo aseguró: "No sé lo que ella hará". Es una posibilidad. Fuentes consultadas dijeron que podía ser que Díaz diera ahora ese paso adelante, aunque también era posible que se dejase solo a Sánchez con su estrategia, que fuera el único candidato y que asumiese el "marrón".

En lo que ahora están los críticos es impedir el congreso y modificar la posición de su partido sobre la investidura de Rajoy. "Siempre, siempre, hemos dicho que, bajo ningún concepto, queríamos unas terceras elecciones", subrayó Cornejo. En su opinión, los socialistas deben pasar a la oposición y celebrar, con tiempo, un congreso que llamó "de refundación".

Las dos derrotas electorales de Sánchez y el fracaso en Galicia y el País Vasco han dejado al PSOE en mínimos históricos, no levanta cabeza, y por eso los andaluces creen que ha llegado el momento de ir hacia una refundación. Desde la dimisión de Felipe González en la Transición, cuando propuso el abandono ideológico del marxismo, el PSOE no vive una crisis interna similar. También en 1979 fallaron unas elecciones generales, pero de ningún modo se situaban por debajo de los 90 escaños.

Cornejo no se atrevió a hablar de riesgo de ruptura, pero la formación está enfrascada en un momento crítico, donde decidirá su futuro en uno u otro sentido. "No he visto una cosa así en mi vida", se quejó Cornejo. "Vamos para atrás, como los cangrejos, derrota tras derrota, la única elección que ha ganado esta dirección es la de Susana Díaz en las autonómicas andaluzas", recordó.

En la rueda de prensa posterior a la Ejecutiva, Sánchez pasó por alto los resultados del domingo. Sí se refirió a ellos Cornejo: "Hemos tenido unos pésimos resultados, ni es para tirar cohetes ni para poner paños calientes, ha habido un adelantamiento de Podemos y En Marea al PSOE. Sólo hemos ganado en un municipio en el País Vasco y en ocho en Galicia. Por no hablar de Cataluña, donde tenemos una situación similar. Es difícil ser creíble, así, como alternativa de Gobierno".