El PP cierra filas en torno a Rajoy para conjurar las dudas internas
XIII Congreso Regional PP
Zoido se estrena con el mensaje de que el PP ya ha ganado, y que ahora debe gobernar.
La fecha quiso que el mismo día que el PP andaluz abría el congreso de la sucesión de Javier Arenas el Consejo de Ministros aprobase la subida del IVA para el 1 de septiembre, a la vez que sonaban los ecos del miércoles pasado, cuando Rajoy anunciaba mayores recortes; entre ellos, la supresión de la paga de Navidad para todos los empleados públicos. Algo inédito en España. Y eso se nota en la calle. En pocas ocasiones, el PP andaluz ha comenzado un congreso del mismo modo que el de este fin de semana: con decenas de policías, bomberos, sanitarios y empleados de Justicia protestando a las puertas del recinto granadino. Un centenar de personas cuyos gritos, silbidos y tamboradas no pasaron desapercibidos dentro del Palacio de Congresos, aunque el alcalde anfitrión, el granadino José Torres, aseguró de ellos: "Ésos que ahora dan voces estaban antes callados".
Pero en el congreso de la sucesión -la de Javier Arenas por el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido- son conscientes del impacto que, en la opinión pública, están alcanzando tales medidas, y por eso sus dirigentes solicitaron a los suyos un cierre de filas en torno a las reformas de Rajoy. Se trata de un congreso emotivo para el PP por la marcha de Arenas, a quien acompaña su esposa durante estos días en Granada y donde ayer se vieron bastantes ojos lagrimosos, pero también para armarse contra las críticas, y con un mismo mensaje: lo que hacemos no nos gusta, ni siquiera lo dijimos en campaña, pero nos vemos obligado a hacerlo "por responsabilidad" y, en especial, "por la herencia recibida". Un congreso, por tanto, dual, donde Zoido anunció un PP andaluz que no sólo ganará las elecciones, como ocurrió con las autonómicas, sino que vencerá para poder gobernar, pero también que anuncia otro tiempo más difícil para su partido. Quizás por ello, Zoido, que sorprendió en las últimas elecciones locales en Sevilla con una campaña certera y muy meditada, lanzó ayer su primer vídeo como presidente del PP andaluz. Su lema: Nada es imposible.
Hubo un llamamiento general a resistir las críticas ante los recortes. Lo hizo Juan Ignacio Zoido por la mañana; más tarde, le tocó el turno a Javier Arenas y, minutos después, a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que aseguró que éstos "no son tiempos de melancolía, sino de dar la cara e ir con la cabeza bien alta". Y algo en común entre los tres: las medidas que el Ejecutivo de Madrid lleva tomando desde que su presidente se instaló en la Moncloa se debe a la herencia recibida. Y repetida. Son medidas, como la subida de impuestos, que al PP no le gusta, pero Rajoy necesita ahora el apoyo de todos sus militantes. Y ése fue el aviso unánime: cierre de filas para conjurar las dudas, porque, ciertamente, las hay.
Zoido, que esta tarde será elegido nuevo presidente del PP andaluz, vino a expresar su apoyo a Rajoy poco antes de inaugurar el congreso, y manifestó que "ya está bien de culpar a los que no tienen más remedio" que adoptar medidas que ni "las queremos ni estaban en nuestro programa", pero que, a su juicio, son indispensables después de que Rodríguez Zapatero llevara el país a la "ruina". No estaba previsto que Arenas interviniese ante el plenario, pero lo hizo. Visiblemente emocionado ante el cónclave de un partido al que ha dirigido durante 19 años, Arenas también se refirió a lo mismo: "Os pido, desde el fondo de mi corazón, que apoyemos a Mariano Rajoy sin ningún tipo de complejos, porque se trata de la herencia recibida, porque ese camino sacará a Andalucía y a España de la crisis, no tengo la más mínima duda".
En Andalucía sólo se ha escuchado la voz crítica del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que por la mañana dudó de la efectividad de la reducción del número de concejales en los ayuntamientos. "En Málaga están todos ocupados, no sobran", aseguró De la Torre, que se suma a algunas disidencias, aún suaves, como las mostradas por los representantes de las comunidades de Extremadura y de Castilla-León, que se abstuvieron el jueves en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.
Pero sobre todo fue María Dolores de Cospedal quien más se extendió sobre esta suerte de confesión general del PP. Según la también presidenta manchega, Winston Churchill no pasó a la historia por ganar la Segunda Guerra Mundial, sino "por sus frases" y, como se suponía, citó el famoso "sangre, sudor y lágrimas", aunque añadió que, además de ello, hace falta "trabajo y esfuerzo", dos conceptos que, según ella, también esgrimió el mandatario británico; líder, por cierto, que además de frases, escribió unos cuantos libros que le valieron el Premio Nobel de Literatura. En el mismo sentido, Cospedal culpó a los otros de las medidas propias: "Quienes más gritan ahora contra el Gobierno son quienes más hicieron por llegar a donde hemos llegado".
Así comenzó este congreso del PP andaluz. Más que tratar de limar divisiones internas, que de momento han quedado disueltas después de que Juan Ignacio Zoido firmase la pax andaluza con la construcción del eje Sevilla-Málaga, se trataría de evitar las dudas que pudieran surgir entre los dirigentes locales y los militantes del PP ante las reformas del Gobierno. Zoido contará con el alcalde de Tomares, José Luis Sanz, como su número dos, su secretario general, también de Sevilla, pero ha creado, para guardar esos equilibrios territoriales que todos parecen tratar de no citar para no agravarlos, un consejo de alcaldes de ciudades de más de 100.000 habitantes que estará presidido por el malagueño Elías Bendodo. El eje Sevilla-Málaga.
Dual, casi como la propia marcha de Arenas, que se va después de ganar tres elecciones consecutivas. Después de que ayer, ante el plenario, pidiera perdón por sus errores, porque, como dijo, los fallos son propios, pero los éxitos compartidos.
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