El PP andaluz aprieta a Casado en su lucha con Díaz Ayuso
Ante el fracaso de una negociación entre los contendientes, los barones regionales presionan a Génova
En política no hay amigos, sino circunstancias en las que los intereses coinciden, y eso es lo que explica la neutralidad de Juanma Moreno
El PP andaluz se ha alineado con el resto de baronías regionales, excepto la de Murcia, para presionar a Pablo Casado en su batalla contra Isabel Díaz Ayuso. Como el gallego Alberto Núñez Feijóo, el presidente de la Junta quiere un acuerdo rápido entre ambos, lo que es casi imposible después del intento frustrado que se produjo el viernes por la noche, cuando ambos se vieron en la sede de Génova. No ha posicionamientos públicos, pero Casado está a punto de perder la guerra interna.
Acudamos a Juan Marín, que es el líder de Ciudadanos, pero oráculo más fiable de San Telmo. Del vicepresidente de la Junta, leal aliado del PP andaluz, brota la opinión general del Gobierno andaluz y de Juanma Moreno. En una entrevista en Onda Cero, Marín ha culpado a Pablo Casado y, en especial, a su número dos, Teodoro García Egea, de "cargarse" las gobiernos de coalición de Murcia, de Madrid y de Castilla y León. Y porque no pudo con el de Andalucía, a pesar de que Fran Hervías, el alto dirigente de Ciudadanos que se pasó al PP y ahora tiene despacho en la sede de Génova, ha intentado dinamitar el partido naranja en varias ocasiones.
Marín ya le acusó de estar detrás de las filtraciones en las que el vicepresidente renegaba de un acuerdo presupuestario, una operación que acabó con la posibilidad de que el PSOE respaldase las cuentas y que colocó a Juanma Moreno al borde de apretar el botón de las elecciones adelantadas.
Esta opinión de Marín, expresada en la entrevista radiofónica, es la de casi todo el Gobierno andaluz. Desde luego, la de la dirección del PP de Andalucía, que sin ser ayusista, tampoco estaba contento ni con Casado ni, en especial, con García Egea. Por eso, fuentes del PP de Juanma Moreno han explicado que los dirigentes sureños están por el acuerdo. Por un acuerdo que no suponga la salida de Díaz Ayuso del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Para los de Moreno, lo mejor sería que Casado siguiera con el expediente abierto con Díaz Ayuso, y la exonerase después de intervenir en el contrato de su hermano con la Comunidad de Madrid.
De este modo, Moreno se alinea con lo ya expresado, pero de un modo un poco más claro, si eso es posible, con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. O hay acuerdo entre ambos, o el gallego amaga con provocar un congreso extraordinario del PP nacional. En teoría, este cónclave debe celebrarse en junio, pero eso es demasiado tarde, tanto para el conjunto del PP, cuyos militantes asisten atónitos al nivel de enfrentamiento, como para Juanma Moreno, que tiene unas elecciones que convocar.
La crisis abierta en el PP no puede venirle peor a Moreno, necesita cerrar esta guerra que si a alguien beneficia es a Vox. El presidente de la Junta, no obstante, tiene tiempo hasta finales de noviembre para fechar las elecciones, y es posible que lo haga. El líder socialista, Juan Espadas, ha hecho un análisis certero de este aprieto, y ha comenzado a girar hacia la posición de Vox de solicitara elecciones en Andalucía. El bloqueo en el Parlamento sí puede desatarse a partir de ahora.
La posición del PP andaluz es general. En el Gobierno sólo hay un consejero afín a Casado, Juan Bravo, el titular de Hacienda, y las direcciones provinciales del PP tampoco son beligerantes con su líder nacional. Ello es fruto de la batalla que Génova dio en cada congreso provincial andaluz, lo que evidenció, por entonces, la pugna entre San Telmo y García Egea. El caso más sonado fue el de la provincia de Sevilla, donde la candidata casadista, Virginia Pérez, se impuso al candidato buscado por Juanma Moreno, el alcalde de Carmona. Que se hiciese público, por parte de Génova, ese pulso al presidente de la Junta da buena cuenta de la dureza con la que se maneja la dirección nacional.
Sin embargo, las acusaciones que Pablo Casado ha vertido sobre Isabel Díaz Ayuso son tan graves que complican mucho el futuro político de la presidenta, aunque ésta goce de una alta popularidad en el partido. En una entrevista concedida Carlos Herrera en la Cope, lanzaba este ataque mortal: "La cuestión es si entendible que el 1 de abril, cuando morían en España 700 personas, se pueda contratar con tu hermana y recibir 300.000 euros de beneficio por vender mascarillas". De este modo, la acusaba, como poco, de comportamiento poco ético, pero es que, además, daba por hecho que los partidos de la oposición llevarían el asunto a la Fiscalía, como horas después sucedió.
Es Casado el que afirma que el hermano de Díaz Ayuso cobró 286.000 euros en comisiones de una empresa que vendió mascarillas al hospital de urgencia de Ifema y que, además, es propiedad de una familia amiga de la presidenta madrileña. Ayuso admitió horas después que su hermano había percibido 55.850 euros más IVA, en total, 67.785, pero no como comisión, sino con trabajos de gestión porque fue Tomás Díaz Ayuso quien se encargó de buscar ese material en China. En el comunicado, Ayuso da cuenta de que hay otras facturas, pero sostiene que no están relacionadas con la comunidad.
Una fuente de los populares andaluces explica que, ese mes de mayo de 2020, todas las administraciones públicas pagaban lo que fuese por conseguir mascarillas y respiradores, y que además se hacía por un procedimiento de urgencia, sin necesidad de convocar concurso público. Se adquirió material en unas condiciones tan irregulares en un mercado acaparado por un sólo país que hasta se compró material defectuoso sin saberlo. Este es el argumento exculpatorio que esgrimen quienes defienden a Ayuso. Su hermano es trabajador de una empresa de aparatos luminosos para hospitales que se sitúa en el conglomerado de uno de los empresarios chinos más importantes de España.
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