Alivio en el PP andaluz con la candidatura de Soraya
Primarias en el PP
Buena parte de los dirigentes se ponen detrás de la ex vicepresidenta, aunque temen las consecuencias de unas primarias muy ajustadas entre su preferida y Cospedal
Suspiro entre los sorayos, aquellos chicos y chicas que se conjuraron en Moncloa para apoyarse en el perfil técnico de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría frente a las maniobras de Génova, y alivio ente los anticospedalianos, aquellos otros que sin ser de la primera, nunca comprendieron por qué Mariano Rajoy se empeñó en dejar a María Dolores de Cospedal al frente del partido. Entre los primeros y los segundos, numerosos en el sur, el PP andaluz apoyará, en su mayoría, a Soraya Sáenz de Santamaría en las elecciones primarias abiertas, ajustadas y a cara de perro entre dos personalidades que hace tiempo que se dejaron de hablar.
Dos nuevas candidaturas
Soraya Sáenz de Santamaría ha anunciado su candidatura pasada las 10 de la mañana del martes, y Cospedal le ha seguido después, pasadas las 11 desde Toledo. Será un juego de damas, las dos mujeres que han tenido más poder en el PP en los dos ámbitos de poder, la sede de Génova y el Gobierno. Los demás candidatos, caso de Pablo Casado y José Manuel García Margallo, se quedan como gregarios que intentarán pactar ahora con algunos de los dos favoritos.
Pero así como la presentación de la candidatura en la mañana del martes ha aliviado al PP andaluz, para sus dirigentes no deja de ser preocupante cómo se va a solventar la dimisión de Mariano Rajoy. Sin candidato de consenso, con varios y dos de ellos muy igualados y con la posibilidad de dejar roto al partido. El peor escenario, lo único bueno es que todo debe haber pasado cuando llegue el verano. Si algo de bueno tiene el sistema de doble vuelta para elegir al presidente del PP, es que el congreso nacional puede ser el escenario para un acuerdo reparador en torno a las transacciones que se den en torno a la confección de la ejecutiva.
Los andaluces hubiesen preferido un acuerdo entre la ex vicepresidenta y el gallego Alberto Núñez Feijóo, que es hombre de confianza de la vieja y la nueva guardia andaluza.
Moreno, 'sorayo' pata negra
El presidente del PP, Juanma Moreno, es un sorayo de pata negra, amigo de la vicepresidenta y de quien fuese el jefe de gabinete de Mariano Rajoy, Jorge Moragas. Su nombramiento se debió mucho a este entorno. También lo es la onubense Fátima Báñez, ex ministra y amiga personal de la ex vicepresidenta. Sin esos vínculos, también apoyan a Saénz de Santamaría otros dos importantes presidentes provinciales: el malagueño Elías Bendodo y Antonio Sanz, mientras que Huelva se suma a este grupo por Báñez y porque es el único territorio afín, al cien por cien, a Moreno.
En Sevilla se vivió una lucha final entre quienes apoyaban a Cospedal -Juan Ignacio Zoido y su grupo- y quienes, claramente, no estaban con ella. Y ganaron, ganó Virginia Pérez, el candidato al ayuntamiento sevillano, Beltrán Pérez, y Javier Arenas. Zoido; el alcalde de Tomares, José Luis Sanz, Ricardo Tarno y otros se han quedado sin apenas poder en esta provincia, aunque forman una masa crítica para pelear en estas primarias.
Sólo en Córdoba hay claros partidarios de María Dolores de Cospedal. El ex alcalde José Antonio Nieto es un claro partidario de la secretaria general, así como el jiennense Fernández de Moya.
Por tanto, el PP andaluz es claramente sorayo, pero hay destacados partidarios de la secretaria general. Por eso, la batalla de las primarias va a ser muy dura, muy auténtica, lejana a quienes habían creído qie Mariano Rajoy sabría conducir su salida desde las sombras. Nada de eso.
El plazo para presentar las candidaturas se cierra este miércoles, y se entrará en una pequeña campaña electoral que acaba 24 horas antes de la votación, que será el 5 de julio en todas las sedes del PP. Ese día se pondrán dos urnas: una para elegir al presidente del PP y otra, para los compromisarios que van al congreso nacional del 21 y 22 de julio.
En el caso de que haya un apoyo abrumador a uno de los candidatos, éste se proclamará de modo directo y el congreso sólo servirá para encumbrar al electo. Para que esto ocurra, se deben de dar algunas de estas tres condiciones: que obtenga más del 50% de los votos, que saque 15 puntos de ventaja al segundo o que gane con más del 50% en 30 provincias.
Si ninguna obtuviese esta mayoría, serían los compromisarios quienes elegirían entre los candidatos al presidente del PP. Pero al congreso pasarían todos aquellos que obtuviesen el 6 de julio más de un 10% de los votos.
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