El PER, ¿solución o problema?
Los fondos del programa, 215 millones de euros para ocho CCAA, 147,7 para Andalucía, subvencionan la contratación por parte de los ayuntamientos de trabajadores eventuales agrarios en desempleo en obras de interés general y social.
Jaén/Criticado y defendido con vehemencia en función del territorio en el que se pregunte por él, el antiguo Plan de Empleo Rural (PER) -las siglas de su sustituto, el Profea, no han calado entre la población- se convierte en ocasiones, para los perceptores del subsidio agrario, en la única vía para acceder a él. Los fondos del Programa de Fomento de Empleo Agrario (Profea) ascienden en 2013 a 215 millones de euros para ocho comunidades autónomas -147,7 en Andalucía- y están destinados a subvencionar la contratación por parte de los ayuntamientos de trabajadores eventuales agrarios en desempleo en obras de interés general y social para los municipios.
Cuando por algún motivo la cosecha se desploma -en Jaén la producción de aceituna ha descendido este año un 80 por ciento a causa de la sequía-, las peonadas generadas en esas obras son las únicas que pueden ayudar a completar el cupo necesario para tener acceso al subsidio de 426 euros. La provincia jienense cuenta con 80.845 trabajadores eventuales agrarios por cuenta ajena, un 10 por ciento del total nacional. Hoy en día deben reunir 20 jornales para solicitar el subsidio, gracias a la rebaja que el Gobierno central aprobó el pasado mes de enero y que estará en vigor hasta julio, cuando volverán a ser 35.
Paqui tiene 51 años, vive en Jódar -localidad jienense de unos 12.000 habitantes- y este año ha reunido cinco peonadas barriendo calles y limpiando colegios cuando la ha llamado el Ayuntamiento. "No he podido salir a la aceituna. Me toca pedir el subsidio a finales de abril y no tengo los jornales. Yo dependo de eso totalmente", se desespera, mientras Cati (46 años) se siente "engañada" por la ministra de Empleo, Fátima Báñez, que aseguró que ningún jornalero se quedaría sin prestación.
José Luis Hidalgo (PSOE), alcalde de Jódar, recorrió hace unos meses a pie la distancia entre su pueblo y el Palacio de la Moncloa como medida "desesperada". "Somos los alcaldes los que escuchamos los llantos de los vecinos y tenemos la obligación de trasladárselos al Gobierno. La respuesta fue protocolaria y el resultado, ninguno", lamenta Hidalgo, que se consuela con que su caminata al menos sirviera para "sensibilizar" sobre la situación de los jornaleros allá por donde pasaba. En Sabiote, unas 200 personas han trabajado en la construcción con fondos del PER de una residencia de personas mayores y una guardería municipal que van a dar lugar a la creación de 24 empleos. Su alcalde, Luis Miguel López, ve "fundamental que los vecinos puedan trabajar en su propio pueblo y que la riqueza se quede aquí".
Los alcaldes de estos municipios, encabezados por el presidente de la Diputación de Jaén, el socialista Francisco Reyes, se desgañitan estos días pidiendo un Plan de Empleo Rural Extraordinario y animando a los jornaleros a que soliciten el subsidio aunque no reúnan las 20 peonadas. "Sin la existencia del PER muchos ciudadanos se habrían visto obligados a hacer la maleta", explica Reyes, que fue alcalde de Bedmar, donde en los años 90 se empezó a implantar el cultivo de espárragos, alcachofas y pimiento del piquillo para evitar que los trabajadores se marcharan a Navarra a participar en estas campañas.
Hoy son unas 250 las personas que trabajan tanto en la recogida del espárrago -la primera remesa se destina a la exportación, principalmente a Alemania- como en su posterior envasado para conserva, todo ello a escasos metros de la sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Sierra Mágina, cuyo entorno también se ha mejorado en pavimentación y saneamiento con el Profea. "De Despeñaperros hacia arriba políticos de todo el arco parlamentario desconocen el sistema del PER", se lamenta Reyes, convencido de que "cambiarían de opinión si tuvieran la oportunidad de venir a conocerlo".
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