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Nacen 39 cachorros de lince en los centros de cría

Huelva, Jerez y Jaén participan en los programas de conservación que relanzan la población del felino ibérico

Los ejemplares no bajan del millar desde 2020 y se propagan por Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Portugal

El lince ibérico se hibridó en un pasado reciente con el lince euroasiático

El lince ibérico también se contagia de Covid-19

Dos crías de lince nacidos en los centros de cautividad. / M. G.

El 2004 fue el punto de inflexión, el año del antes y el después. Hasta esa fecha, el lince ibérico fue perdiendo población desde la segunda mitad del siglo pasado hasta quedar prácticamente extinguido. La caza furtiva y la repentina escasez de conejos, afectados por la mixomatosis, dejaron al felino más característico de la península en un punto de no retorno. Pero retornó. Las administraciones públicas llevaron a cabo programas de conservación, desarrollando planes de crías en cautividad. El esfuerzo ha surtido efecto. El número de ejemplares no ha dejado de crecer y la cifra no baja del millar desde 2020.

El censo de linces ha sido de 1.668 ejemplares en 2022, distribuyéndose en un número de 261 en Portugal y de 1.407 en Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía, según los datos que figuran en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco). La realidad salta a la vista. La recuperación del felino constituye el ejemplo de un éxito colectivo en el que ha destacado el llamado programa de conservación ex-situ que se reparte en cinco centros de cría, tres de ellos localizados en Andalucía: El Acebuche (Huelva), La Olivilla (Jaén) y el Zoobotánico de Jerez. Los criadores vieron nacer 39 cachorros en 2023. El éxito colectivo sigue contando su historia.

Un ejemplar de lince recién nacido. / M. G.

Es la cifra que recoge el boletín El Acebuche y Zarza, editado por el Miteco, que ofrece los detalles de la cría y los cuidados del lince cuyos pormenores son propios del estudio experimental de un ser sobrenatural. Desde 2012, los linces recién nacidos en estos centros de cría no han sido inferiores a la treintena, salgo en 2014, año en que fueron 23 los cachorros. Así ha obrado el milagro de la multiplicación de lo linces.

Los biólogos y ecólogos que trabajan en estos centros han optado por ocho de estos 39 linces recién nacidos para "mantener una correcta gestión genética del programa de cría". La idoneidad del ADN de estos ocho ejemplares ha determinado su condición de elegidos. Los 31 individuos restantes nacidos en cautividad en 2023, sin embargo, están siendo liberados durante este año para "incrementar o reforzar genéticamente las poblaciones salvajes".

Los 39 cachorros de lince, explica el boletín, han nacido de las 28 parejas elegidas para la reproducción. Aunque los biólogos de la red de centros de cría tienen constancia de que todas las hembras entraron en celo y consumaron la copulación, sólo el 71% quedaron preñadas. El número medio de las camadas nacidas fue de dos cachorros, mientras que la supervivencia a los seis meses de vida fue del 85%, es decir, que casi nueve de cada diez cachorros nacidos no murió en los primeros y complicados meses de vida. Este porcentaje ha sido el segundo mejor dato de supervivencia en los últimos diez años.

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