Mitos y verdades de la viruela del mono

Ciencia

El catedrático en Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Córdoba, Antonio Arenas, responde a siete preguntas para intentar aclarar lo que la ciencia sabe hoy del monkeypox

"El riesgo de que se produzca un brote importante es bajo, pero es pronto"

La viruela del mono: sin alarmas pero con precaución

Imagen de las lesiones en la piel provocadas por la viruela  del  mono , durante un estudio llevado a cabo en la República Democrática del  Congo.
Imagen de las lesiones en la piel provocadas por la viruela del mono , durante un estudio llevado a cabo en la República Democrática del Congo. / EFE

En medio de la pandemia por Covid-19, otro dolor de cabeza se suma a la salud mundial. Aunque sin llegar a hablar de brote, en palabras de las propias autoridades sanitarias andaluzas, la viruela del mono, originaria de África y contenida por décadas en la zona, coge fuerza en la comunidad donde son ya 12 los casos en estudio, de los que siete están localizados en la provincia de Málaga y uno en las de Sevilla, Córdoba y Cádiz, más otros dos de los que no se ha especificado su procedencia. La situación no es de alarma pero sí mantiene atentos a los especialistas y autoridades sanitarias en vigilia de su evolución.

Fiebre, dolores musculares, decaimiento, y erupciones cutáneas son parte de los síntomas de esta enfermedad zoonótica, traspasada de animales a humanos. Para que una persona contagie a otra, se requiere el contacto muy estrecho con fluidos, secreciones, saliva y/o heridas del infectado. No obstante, está claro que el Covid-19 nos ha enseñado que una enfermedad vírica transmitida desde animales a humanos (zoonosis) puede resultar catastrófica para la humanidad. Por eso no es de extrañar que ahora se vuelvan a disparar las alarmas.

Pero, ¿qué hay de cierto en todo lo que se está hablando de esta enfermedad emergente en los últimos días? ¿Es una enfermedad de alto riesgo? El catedrático de enfermedades infecciosas de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba, Antonio Arenas, explica las verdades y mitos en torno a la enfermedad.

Es una enfermedad nueva

Falso. La viruela del mono se conoce como tal desde los años 50. De nueva no tiene nada. Sí es verdad que es una enfermedad emergente, que es una cosa muy distinta. Por poner un ejemplo, una enfermedad nueva es el Covid-19 que nació en 2019. En el caso actual, la enfermedad se conoce desde hace muchísimos años y convivió en el tiempo con la propia viruela que sí se erradicó.

La viruela del mono no tiene vacuna

Verdadero. Pero hay que hacer esa afirmación con una cierta cautela. No hay vacuna específica frente a la viruela del mono, pero sí existe una vacuna actualmente, que es la vacuna contra la viruela humana. Se estima que da entre un 85% y 90% de protección frente a la viruela del mono. Pero es el virus vacunal de la viruela humana tradicional no una vacuna específica.

Las medidas preventivas contra el Covid-19 sirven contra la viruela del mono

Verdadero. Teniendo en cuenta que la forma de presentación en España no está siendo la tradicional de aquellas zonas en las que es endémica, que es casi siempre consecuencia del contacto con animales reservorios de la infección, y que aquí está siendo una transmisión persona a persona bien, por un contacto íntimo, de cualquier tipo, sexual o no, o en el cara a cara, por inhalación entre personas que están muy cerca unas de las otras, el uso de mascarillas y el distanciamiento social son importantes al momento de disminuir la posibilidad de adquirir esta infección. El autocuidado debe estar presente siempre, no sólo para evadir el Covid-19.

Es una nueva pandemia

Falso. No es probable porque este virus no está adaptado a las personas, somos huéspedes accidentales. Aparte, son virus ADN, es decir, un virus muy estable, es el mismo, sin variantes, del que actualmente está actuando en África occidental. También es un virus muy lento en su capacidad de mutación. No hay que preocuparse en ese sentido. Lo que sí es cierto es que hay una actividad anómala actualmente entre las personas como consecuencia, me atrevería a decir, del aumento de las relaciones después de los dos últimos años de de restricciones. Digamos que el contagio está más relacionado con la actividad humana que con el propio virus.

Es necesaria una vacunación masiva

Falso. No porque no esperamos que haya una actividad importante del virus. Sí es verdad que se podría hacer una vacunación postexposición, es decir, una persona que ha tenido contacto estrecho con un enfermo ya diagnosticado, quizás sí se le puede vacunar a ella y su entorno porque de alguna manera se evitaría la transmisión de la enfermedad. Es una vacuna que sí es efectiva para evitar contagios.

Las personas con síntomas deben aislarse

Verdadero. Aunque con matices, sí, evidentemente. Las personas que se aprecie algún síntoma clínico inicial de la enfermedad, aunque son muy frecuentes, del tipo dolor de cabeza, cansancio o dolores musculares, y, sobre todo, si empiezan a aparecer signos más característicos, como la erupción cutánea, entonces sí hay que sospechar que puede estar detrás una infección.

Puede convertirse en una enfermedad endémica

Falso. Esta enfermedad tiene una zona endémica que es el centro de África, que es donde más casos se dan. Ese es su origen y ahí debe volver porque lo que hay fuera, las experiencias que tenemos hasta ahora, son casos esporádicos, un brote, y en el momento que desaparece el brote desaparecen los casos. Otro tema es que, quizás, no se sabe es el de las mascotas, hay que tener cuidado y alejarse de ellas porque aunque no son muy buenos transmisores de la enfermedad, o no la sufren, sí podrían actuar como vectores.

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