Miguel dice que el menor estranguló a Marta y que la arrojaron a un contenedor

El principal imputado relata mes y medio después de su confesión que cuando murió la joven estaba acostado tras consumir "sustancias"

Miguel dice que el menor estranguló a Marta y que la arrojaron a un contenedor
J. Muñoz - F. Pérez Ávila / Sevilla

18 de marzo 2009 - 05:03

Treinta y tres días después de confesar que asesinó a Marta del Castillo, Miguel Carcaño Delgado, trató ayer de dar un giro al caso al retractarse de sus anteriores declaraciones y ofrecer cuatro nuevos elementos que introducen todavía más confusión a una ya de por sí enrevesada investigación: Miguel sostiene ahora que él no mató a Marta, atribuye el crimen al menor de 15 años, dice que el arma homicida no es el cenicero, que la joven fue estrangulada y, lo más importante, sostiene que no arrojaron el cuerpo de la adolescente al río, sino a un contenedor de basura próximo a su vivienda de la calle León XIII.

La nueva versión de los hechos del que estaba considerado hasta ahora como asesino confeso surgió el pasado lunes, con motivo de una nueva salida de Miguel Carcaño de prisión al objeto de practicar nuevas diligencias relacionadas con el caso. El juez de Instrucción número 4 de Sevilla, Francisco de Asís Molina, había ordenado que Miguel, de 19 años, fuese conducido hasta la cabina pública de la calle León XIII, con la finalidad de comprobar el lugar desde el que el joven había asegurado que telefoneó a su amigo Samuel Benítez Pérez para pedirle ayuda tras el asesinato.

En el trayecto hacia su barriada, Miguel reclamó a su abogado defensor, Antonio Jiménez, que solicitara al juez que volviese a tomarle declaración en relación con los hechos. Fue entonces cuando saltó la sorpresa. Miguel Carcaño se retractó de las declaraciones que realizó ante la Policía cuando fue detenido, el 13 de febrero, y de las que hizo ante el juez varios días después, en las que había reconocido que la tarde del 24 de enero, tras discutir con Marta, le propinó un golpe con un cenicero y, posteriormente, con la ayuda de Samuel Benítez y el menor, la arrojaron al Guadalquivir sobre las diez y media de la noche.

El principal imputado ha puesto ahora en entredicho su propia secuencia de los hechos, al afirmar que fue el menor de 15 años -que también se desdijo la semana pasada de su implicación en los hechos- quien acabó con la vida de Marta, a la que habría estrangulado por circunstancias no precisadas. Según Miguel Carcaño, él se encontraba acostado en uno de los dormitorios, bajo la influencia de algún tipo de "sustancias", mientras que Marta y el menor estaban en el salón de la vivienda, lugar donde ubica ahora el crimen que achaca directamente al joven de 15 años.

A partir de aquí, su testimonio vuelve a coincidir con la versión inicial, en el sentido de que habría llamado a Samuel Benítez para arrojar el cuerpo a un contenedor de basura que hay en la esquina de la calle León XIII con Jorge de Montemayor. En este nuevo testimonio, cobraría de nuevo fuerza la posible utilización de una silla de ruedas propiedad de su madre para transportar el cuerpo hasta el recipiente de los residuos.

La nueva versión exculpatoria de Miguel Carcaño motivó ayer que el juez ordenase la comparecencia de los cuatro implicados, a los que volvió a tomar declaración, y practicase sendos careos entre el principal sospechoso y sus amigos Samuel Benítez y el menor para tratar de averiguar qué testimonios ofrecen mayor credibilidad y esclarecer, sobre todo, el posible destino del cadáver de la menor de 17 años.

El resultado de las nuevas declaraciones y careos sólo sirvió para reafirmar las posturas previas de los implicados: Miguel insiste en que el crimen lo cometió el menor y éste y Samuel niegan esta nueva versión de lo ocurrido, al reafirmar que no tienen ninguna participación en los hechos. Según el menor, aquel día no estuvo en la casa de León XIII, y Samuel también rechaza que estuviera en la vivienda y colaborara con Miguel a la hora de deshacerse del cuerpo de Marta del Castillo.

La declaración de Miguel Carcaño plantea nuevas dudas, porque de haber sido estrangulada no tiene sentido la mancha de sangre que su novia vio en el pantalón y los restos que también fueron hallados en el forro interior de su chaqueta y que motivaron que se derrumbara y confesara el crimen a la Policía.

Al término de estas nuevas comparecencias y careos judiciales, el instructor del caso ordenó una nueva reconstrucción de los hechos, lo que motivó que Miguel Carcaño y su hermano, Javier Delgado, así como los abogados defensores y el fiscal, se trasladasen a la vivienda de la calle León XIII, a la que también se llevó un maniquí y una silla de ruedas para simular cómo se produjo el supuesto traslado del cuerpo hasta el contenedor de basuras ubicado en las inmediaciones del piso.

De forma paralela, la Delegación del Gobierno en Andalucía convocó ayer tarde una reunión de los responsables del dispositivo de búsqueda en el río para trasladar las pesquisas hasta el vertedero de Montemarta-Cónica, ubicado en el término municipal de Alcalá de Guadaíra y donde son tratados los residuos procedentes de la capital andaluza.

El abogado Fernando María de Pablo Daza, que defiende al menor que ahora ha sido inculpado como presunto responsable del crimen, mostró ayer su indignación ante el cambio de declaración que incrimina al adolescente, un testimonio del que, según dijo, se enteró por los medios de comunicación. El letrado defensor afirmó que, aunque no conoce el contenido de la declaración, el nuevo testimonio de Miguel Carcaño es "una tomadura de pelo" e insistió en la inocencia del menor, de acuerdo con sus últimas declaraciones, en las que éste aseguró que contó lo que la Policía le "refirió" como la realidad de lo ocurrido y porque se "sintió presionado" por los investigadores.

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