“Miguel carece de autodominio y actuó por impulso”, dicen los expertos
Los psicólogos atribuyen el crimen a los graves problemas de conducta del presunto asesino, al que definen como “violento y con un ‘yo’ inatacable”
¿Qué llevó a Miguel Carcaño, de 20 años, a matar a golpes a Marta del Castillo, de 17? ¿Cuál fue el motivo por el qué discutieron para llegar a este trágico desenlace? ¿Por qué actuó tan fríamente?... Éstas y otras muchas cuestiones pasan por la cabeza de cientos de ciudadanos consternados por lo acontecido. Preguntas que, al menos por ahora, no tienen respuesta.
“Una pérdida de control y de dominio de sí mismo”, esto es lo que, según Felicidad Loscertales, catedrática de Psicología Social de la Universidad Hispalense, le pudo pasar al presunto asesino de la joven. “Si uno no controla las emociones, si no ha habido un aprendizaje emocional previo, uno no se controla a sí mismo. En este caso concreto Miguel no se controló”, explica Loscertales, quien, sin embargo, dice que no se puede hablar por hablar porque “ni se conoce el por qué, ni hay un diagnóstico, claro de los hechos”. Una cosa sí está clara y es que la emoción y el coraje por algo le llevó a actuar sin pensar, manifiesta la psicóloga.
No cabe duda de la existencia de un problema de conducta grave. Así, el psicólogo de la Fiscalía de Menores de Madrid, Javier Urra, atribuye el crimen de la joven a la “incontinencia conductual grave del presunto asesino que parece tener unos impulsos muy complicados”. Una opinión que también comparte Loscertales.
Urra señala que, en base a los casos observados tras 30 años de experiencia, el joven parece carecer de autodominio y contar con “un yo hipertrofiado e inatacable, con una reacción muy violenta, inmediata e impulsiva cuando se siente agredido”. Urra subraya como un posible motivo de la reacción que derivó en la muerte de Marta por un golpe en la cabeza a que “podría haberse dañado u ofendido y no lo soportó, porque esta clase de personas no admite una crítica”.
Loscertales explica que este tipo de personas “pasan al acto con mucha facilidad”, pues los adultos discuten pero saben controlar y aparcan las cosas para cuando no se esté en caliente, y sin embargo, si se confirma lo sucedido, “este chico habría actuado de forma impulsiva y violenta, de la cual puede arrepentirse dos minutos después”, piensan los expertos. Al parecer el presunto agresor ha tenido una vida difícil. Muchos se preguntarán si eso le ha llevado a ser violento. Loscertales declara que “las experiencias influyen en la vida de las personas, en este caso ha sido un cúmulo de estímulos negativos, pero también este joven podría haber mirado por él mismo”.
Los dos psicólogos coinciden en que “la forma de ser de cada uno y sus propios actos se conforman mucho con la educación”. “Hoy día el camino de la educación está abierto a todos”, concluye Loscertales.
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