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Michelle se deja seducir

Las medidas de seguridad fueron más fuertes en la visita de la primera dama de EEUU y su séquito a Granada, donde la belleza de la Alhambra deslumbró a la esposa de Obama

Michelle se deja seducir
Elena Llompart

05 de agosto 2010 - 19:24

"Micaela" para los malagueños o "la Señora" para los granadinos, en cualquiera de los casos, la descripción que hacen de Michelle Obama quienes han coincidido con ella desde su llegada a España el pasado miércoles deja claro que tanto los malagueños como los granadinos se han rendido a la primera dama de Estados Unidos, pese a los asfixiantes controles de seguridad. A bordo de uno de los diez rápidos automóviles de la comitiva, Michelle y Sasha Obama recorrieron ayer los 180 kilómetros que separan de la ciudad de Granada el lujoso hotel cercano a Marbella en el que se hospedan. La Catedral, un espectáculo flamenco en una cueva del Sacromonte y la Alhambra las esperaban.

"¡Guapa! ¡Guapa!", le gritan por las calles, mientras aplauden a su paso. Ella, con o sin sus enormes gafas de sol, no deja de recibir todo tipo de halagos: aunque quienes los profesen no puedan acercarse a más de 200 metros siempre destacan que ella es "muy llana" y que tiene "una elegancia poco ostentosa". Michelle cae bien a los andaluces. "Es simpática, estupenda, sencilla. Vamos, extraordinaria", celebraba ayer una de las camareras de la heladería Los Italianos, donde paró a tomarse un refrigerio. El calor, sin embargo, no fue obstáculo para que muchos granadinos se congregasen junto a la Catedral para poder verla a su llegada.

Tras la visita a la Capilla Real y la Catedral, donde se interesó por la historia de los Reyes Católicos, la cita fue en el Sacromonte, la cuna del flamenco gitano en Granada donde las esperaba una zambra, el espectáculo flamenco de cante y baile con Curro Albaicín y Juan Andrés Maya. Lo que finalmente no vio Michelle fue el barrio del Albaicín. No constaba en la agenda visita alguna al mirador de San Nicolás, desde donde el anterior presidente demócrata de Estados Unidos, Bill Clinton, dijera en 1997 haber visto "la puesta de sol más bella del mundo".

Al atardecer la delegación de la primera dama estadounidense y de su hija acudían al parador de Granada, donde hicieron una cena ligera, previa su paseo por la Alhambra, y donde fueron protagonistas las quisquillas motrileñas y el plato típico local, el remojón. Una vez en el recinto de la Alhambra, y tras entrar por una puerta inaccesible a los medios de comunicación (a los que despistó el dispositivo de seguridad), Michelle disfrutó de la visita con los cinco sentidos y se dejó sorprender por la "maravillosa ubicación" de la Alhambra. Además se mostró muy agradecida con los libros y jabones con aroma de arrayán (planta que no conocía) que le entregó el Patronato. Michelle y Sasha Obama eligieron la ciudad de Granada para pasar el segundo día de sus vacaciones españolas y por los comentarios no salieron defraudadas de lo que tenían en mente.

La historia y la brillantez monumental de Andalucía han seducido a la primera dama estadounidense, que en su visita por ejemplo a la Capilla Real, se interesó vivamente por las figuras de los Reyes Católicos, que reposan en este recinto granadino. Una visita de una larga tarde que fue bien aprovechada por toda la delegación, ya que no faltó el flamenco, la gastronomía andaluza y una panorámica de algunos de sus mejores testimonios patrimoniales: un magnífico spot promocional que está llegando a Estados Unidos y otros muchos países, a través de las vivencias de la primera dama, que aún tiene mucho que disfrutar en su estancia en Andalucía, hasta la mañana del domingo, cuando se traslade a Palma para visitar a los Reyes.

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