Marruecos, entre amenaza y oportunidad

Agricultura La apertura de nuevos mercados

Negocia con la UE la hoja de ruta para la liberalización del comercio agrícola · Andalucía observa con temor e interés

Una mujer marroquí recoge fresa en Huelva.
Una mujer marroquí recoge fresa en Huelva.
Antonio Navarro Amuedo / Rabat

13 de diciembre 2009 - 05:04

El caso de Aminatu Haidar ha logrado eclipsar el relieve de las diferentes negociaciones que han mantenido en las últimas semanas los representantes de la Unión Europea y Marruecos a propósito del llamado Acuerdo de Asociación, un paso más conducente a la liberalización de los intercambios comerciales entre ambos socios. Desde octubre de 2008, el país magrebí presume de contar con un Estatuto Avanzado en sus relaciones con Bruselas: el objetivo de dicho marco bilateral es contribuir a una progresiva integración de Marruecos en el mercado común europeo. El país magrebí es, además, el primer Estado que se beneficia de un acuerdo de este tipo con la U E.

A lo largo de diferentes encuentros, las negociaciones mantenidas en las últimas semanas entre Marruecos y la UE han establecido la hoja de ruta para los próximos años en materia agrícola así como en la profundización del proceso de liberalización del comercio de servicios y derechos de establecimiento. A través del Acuerdo de Asociación, que aún no ha sido firmado ni hecho público, la UE se ha propuesto liberalizar por completo el mercado de frutas y hortalizas marroquíes y mantener los cupos de productos agroalimentarios para ciertos productos sensibles -como el tomate, calabacín, pepino, ajo, clementina y fresa-, que irán incrementándose progresivamente, así como los precios de entrada.

Las exportaciones marroquíes de productos agroalimentarios hacia la UE constituyen quizá el elemento más sensible para los intereses andaluces. Los representantes de los productores agrícolas de nuestra comunidad han vuelto a denunciar que el acuerdo de asociación con Marruecos "inunda" el mercado comunitario con productos más baratos que los elaborados al otro lado del Estrecho y la amenaza que ello representa. Lo cierto es que frecuentemente Marruecos no cubre los cupos establecidos para las exportaciones de ciertos productos. El pasado año la producción de cítricos procedente de este país alcanzó las toneladas permitidas por las autoridades de la UE.

Sin embargo, un representante regional de Asaja aseguraba esta semana que el nuevo acuerdo provocaría la desaparición del 70% de la producción española de cítricos. El tomate, por su parte, escribe estos días un nuevo capítulo de la ya denominada guerra por esta verdura: las asociaciones agrarias españolas -en esa línea se manifestaron recientemente los productores franceses-, que denuncian que Marruecos logra hacer pasar por las aduanas comunitarias más volumen del contigente permitido, asisten con preocupación al progresivo aumento acordado de las cuotas.

Una parte de las exportaciones marroquíes se debe, sin embargo, a capital y conocimiento de inversores de nuestra comunidad autónoma; de ahí que los agentes y autoridades económicas españolas en el país vecino animen a perseverar en esta línea. La región de Agadir, al sur, ya cuenta con medio centenar de empresarios españoles del sector agrícola instalados, varios de ellos andaluces, que aprovechan los bajos costes de producción y un clima idóneo. En esta línea se expresa la directora de Extenda Marrruecos, Hanan Yakoubi, quien asegura que "por cada sector que muchos consideran amenazado podría citar una oportunidad para los empresarios de Andalucía aquí. Tienen la situación idónea para vender tecnología agrícola a Marruecos".

No en vano, Marruecos prepara un ambicioso programa de modernización de su producción agrícola -el llamado Plan Maroc Vert- a través del que pretende invertir 13.000 millones de euros y a cuyas oportunidades ya han acudido varias empresas de nuestra comunidad, teniendo en cuenta, por ejemplo, el déficit hídrico del país norteafricano. Precisamente, este fin de semana Agadir celebra la séptima edición del Salón Internacional de las Frutas y las Verduras (Sifel), en el que participan nueve empresas andaluzas -más de un tercio de la representación nacional-. No en vano, Andalucía es la tercera comunidad autónoma que más productos de la industria auxiliar de la agricultura exporta a Marruecos, ventas que crecieron en un 34,6% en 2008.

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