María Jesús Montero, número dos del PSOE como marca andaluza del nuevo Ferraz
La ministra sevillana consuma su poder en el núcleo duro de Pedro Sánchez
El jiennense Juan Francisco Serrano será el adjunto al secretario de Organización
Pedro Sánchez le ha dado la vuelta competa a la dirección del PSOE federal. El último congreso, el de Valencia, ha sido superado por los profundos cambios que el presidente del Gobierno y secretario general ha acometido en la Ejecutiva. Un quiebro que Adriana Lastra no compartía, y que ha acabado con su dimisión como vicesecretaria general. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, será propuesta como sustituta en el segundo puesto en el escalafón del partido el próximo sábado, cuando se reúna el comité federal.
El mal resultado de las pasadas elecciones andaluzas ha terminado por provocar un cambio en Ferraz. El PSOE se enfrenta a las elecciones municipales de mayo de 2023 desde una posición de debilidad frente al PP, y Sánchez ha reaccionado con este giro en la dirección. María Jesús Montero forma parte del núcleo duro del poder de Pedro Sánchez, tanto en el Gobierno como con el PSOE. Por eso no quiso desprenderse de ella cuando Juanma Moreno adelantó las elecciones andaluzas. Prefirió que fuese Juan Espadas, que comparte con Montero ciudad y año de nacimiento, Sevilla, 1966. Lo que Pedro Sánchez hace con el nombramiento de la sevillana como vicesecretaria general es visualizar el poder de una ministra con mucho mando y mantener a Andalucía en un puesto de alto nivel en Ferraz.
La dirección federal no esperaba que el resultado de Juan Espadas en las andaluzas fuese tan bajo. O expresado de otro modo, no creía que Juanma Moreno fuera a obtener una victoria tan contundente. Lo que sí se admite es que Espadas terminó por regalarle algunos escaños al PP al transmitir a un importante porcentaje de votantes socialistas que Moreno era el único capaz de frenar a Vox en Andalucía. Lo hizo de modo involuntario, pero en la última semana de campaña quedó claro que había que elegir entre un Juanma Moreno fuerte o un presidente débil que tendría que gobernar en coalición con Vox. No hay castigo a Espadas con los nuevos nombramientos, pero sí un reajuste del poder dentro del socialismo andaluz.
No es casual tampoco que otro andaluz, un jiennense de Bedmar, el diputado Juan Francisco Serrano, vaya a ser nombrado adjunto al secretario de Organización, Santos Cerdán. Si alguien ha ganado con el cambio que ha supuesto la salida de Lastra es el navarro Cerdán, porque se mantiene en el puesto y porque será uno de los pocos miembros de un nuevo comité del partido que no sea ministro. Es, por tanto, el hombre de Ferraz, y tendrá a Serrano a su lado. Este ex alcalde de Bedmar es una persona de confianza del secretario provincial del PSOE de Jaén, Francisco Reyes.
Con la elevación de Serrano se suple la salida de Felipe Sicilia, también diputador por Jaén, y que deja de ser el portavoz de la Ejecutiva. Sicilia era la persona de confianza de Adriana Lastra, y fue el primer dirigente en plantarle la cara a Susana Díaz, ex presidenta de la Junta. La ministra de Educación, Pilar Alegría, será quien le sustituya.
Uno de los problemas que Pedro Sánchez ha tenido con Ferraz desde que es presidente del Gobierno es los desencuentros entre el Gobierno y la Ejecutiva socialista, que ha intentado solventar en muchas ocasiones sin éxito. Ahora, serán ministros quienes se hagan con el poder de Ferraz, con la única excepción de Santos Cerdán. Habrá un comité de dirección en la Ejecutiva con nueve miembros, de los que cinco son ministros.
Militante desde 2007
Montero es una de las caras visibles de este nuevo Ferraz. La vicesecretaría general no lleva aparejadas más competencias de las que, en el día a día, le ceda el líder; por tanto, la ministra de Hacienda actuará en la dirección como un primer enlace del Gobierno. Montero es militante del PSOE desde 2007, en los primeros años como viceconsejera y, después, como consejera de Manuel Chaves figuró como independiente, pero con Sánchez ha ido escalando puestos en la formación. Guarda excelentes relaciones con Unidas Podemos, entre otras razones porque, antes del PSOE, estuvo más cerca de Izquierda Unida que de los socialistas.
Fue Manuel Chaves quien hizo consejera, por primera vez, en 2006. Licenciada en Medicina, había ocupado puestos de dirección en el SAS, y en 2004 el consejero Francisco Vallejo la nombró viceconsejera de Salud. Ya con Susana Díaz, asumió la dirección de la Consejería de Hacienda.
El giro de Sánchez supone una vuelta a su pasado, no al que se enfrentó en elecciones primarias a Susana Díaz después de ser defenestrado como secretario general el octubre de 2016, sino al componente del trío de José Blanco, ése que formaba junto a Óscar López y Antonio Hernando. Los dos trabajan ahora, desde Moncloa, con el presidente del Gobierno. López formará parte de ese piñón de la nueva dirección socialista, y Hernando puede ser nombrado o ministro en una próxima remodelación o secretario del algún área en Ferraz.
En esa reconciliación se incluye al vasco Patxi López, que será le nuevo portavoz en el Congreso. López compitió con Sánchez y Susana Díaz en las elecciones primarias, había sido lehedakari y es uno de los diputados con más experiencia del grupo. Pilar Alegría, la nueva vocera en la Ejecutiva, apoyó a Susana Díaz.
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