Tribuna
Andalucía y el socialismo andaluz
En la tarde de ayer se pudo escuchar en la sala de vistas de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial el testimonio del cabo de la Guardia Civil destinado en el Servicio Marítimo que acudió al rescate del cuerpo de Mari Luz Cortés. El agente relató cómo la tripulación de la zodiac del Instituto Armado, conformada por él y otros dos guardias, rescató el cuerpo de la menor en las cercanías del puente sobre el río Tinto.
El 7 de marzo de 2008 la marea era más grande de lo habitual, estaba bajando y la corriente "era fuerte, lo que desplazaba el cuerpo bastante rápido". Con un cabo, lograron sujetarlo por uno de los tobillos y lo subieron a la embarcación.
El testigo declaró que le llamó la atención que "tuviera la ropa intacta: leotardos, faldita vaquera y botas de media caña". Sobre todo teniendo en cuenta que, según su experiencia, "de las primeras cosas que se pierden en el agua son los zapatos". Pero lo que más le sorprendió, sin duda, es que "tenía la suela de las botas totalmente blancas, como si hubiera pisado algo". El cuerpo estaba "aparentemente intacto". De no haberlo rescatado, "hubiera salido a la mar".
El abogado de Rosa del Valle, Manuel Domínguez, le preguntó al respecto que si tenía constancia de que hubiera algo en el Estero del Rincón que pudiera haberle teñido las suelas de ese col or. La respuesta del agente fue clara: "Lo único blanco que hay en la zona es el fosfoyeso, que sé que está también en la ribera".
Manuel Domínguez pidió al guardia civil que realizara un cálculo del tiempo que podría llevar el cuerpo sin vida de la niña en el agua. Al indicar éste que no lo recordaba, solicitó al presidente del tribunal que leyera su declaración de 2008: "Podría llevar una semana porque el estado de descomposición no era tan avanzado".
El agente apoyó ayer esta opinión en su apreciación personal -a lo largo de siete años de experiencia- de que los cuerpos sumergidos en agua durante más tiempo "se han deteriorado más en el momento del rescate", opinión que compartió entonces con otros funcionarios del cuerpo. No obstante, dejó claro que "nosotros no somos forenses". De hecho, tanto los forenses del Instituto de Medicina Legal que realizaron la autopsia a Mari Luz como el prestigioso Luis Frontela, sitúan el momento de la muerte en el mismo 13 de enero de 2008, fatídica jornada en que la chiquilla desapareció.
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