Manuel Alejandro Cardenete: "La inteligencia artificial facilitará que ese pueblo pequeñito rinda cuentas"
Entrevista
El presidente de la Cámara de Cuentas de Andalucía no lleva 100 días en el cargo y ya ha lanzado la nueva imagen de la institución, que tiene que ser "más conocida" por los ciudadanos
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El pasado mes de abril Manuel Alejandro Cardenete (Sevilla, 1971) tomó posesión como presidente de la Cámara de Cuentas, un organismo de extracción parlamentaria que quiere relanzar para que sea conocido por los ciudadanos y visto por las instituciones como una "ayuda" y no como los "hombres de negro". Llegó a ser consejero Educación del Gabinete de Moreno en la anterior legislatura, pero descarta volver a la primera línea política.
–Le imagino orgulloso por la unanimidad que despertó su nombramiento en la Cámara.
–Cuando el presidente me comenta la propuesta, sabíamos que aritméticamente no iba a haber problemas. La sorpresa vino cuando Por Andalucía me apoyó. Recuerdo comentarlo con la consejera. Le di las gracias por el apoyo y me respondió que había preguntado y la respuesta fue que "contra Cardenete no tenemos nada". Y es la realidad. Mi trayectoria está ahí. Soy una persona de consenso, pero a pesar de todo para mí ha sido una gran ilusión que sea así.
–¿Qué hace un académico como usted en un mundo como este?
–Al igual que en mi paso por la política, la vocación de servicio público. La he tenido toda mi vida. Y cuando digo servicio público, no es sólo como funcionario público, que lo soy, sino como docente. Considero que mi docencia también es servicio público porque estás trabajando para los estudiantes, para la sociedad en general. Y eso siempre lo he tenido muy presente. Siempre tuve la inquietud de pasar una época de mi vida en primera línea de política. Fue en la legislatura anterior y cuando se acabó di por hecho que eso ya había pasado.
–¿Descarta volver?
–Ya ha pasado. Ahora estoy en una etapa diferente en la Cámara de Cuentas. Es un organismo de extracción parlamentaria, independiente, mucho más técnico. Reconozco que me lo pensé, no es ningún secreto. Después de valorarlo, tomé la decisión de hacerlo. Entre otras cosas, para mí es muy importante que sea compatible con la universidad a tiempo parcial . El presidente me dijo que era compatible con la universidad antes de que yo le contestara.
–¿Era innegociable?
–Sí, estoy aquí muy a gusto. Ya tengo 52 años y, si estoy mis seis años de consejero, me planto en 58. Y todavía me queda una bala extra para volver a la universidad a seguir haciendo cosas.
–Entró en la política de la mano de Ciudadanos. ¿Cómo ha visto los últimos resultados?
–No hay que ser un gran analista para ver que los resultados son malos. Parece que a todos los partidos minoritarios en España les está pasando lo mismo, aunque algunos todavía aguantan. Pero el recorrido que están teniendo apunta a que pueden acabar todos exactamente igual. Mi impresión es que al final España sigue siendo bipartidista. Pensé que estos partidos venían para quedarse y se ve que no.
–Desde su entrada –no llega aún a los 100 días– en la Cámara de Cuentas se nota un cambio en la intención de hacer más visible la institución.
–Hay tres pilares sobre los que estoy trabajando en esta primera fase de arranque y que quiero que marquen estos tres años de legislatura. Uno es el desarrollo del incremento de la actividad de la Cámara a nivel de informes y fiscalización. Para ello no puedo solamente con la plantilla que tenemos de 121 funcionarios, ni con el incremento de hasta 145 que podemos hacer. Dependen de nosotros 1.672 instituciones. Por eso mi apuesta es la inteligencia artificial, para poder llegar a todo. Estamos trabajando ya en esa licitación para introducirla.
–¿Sería un gran avance?
–Nos permitiría obtener un mayor volumen de fiscalización y con mayor profundidad, etc. La segunda pata es la visibilidad para dar a conocer a la sociedad qué hacemos en la Cámara. De ahí ese incremento de actividad mediática por parte de la Cámara para explicar qué es lo que hacemos. Y hay una tercera pata que es la movilidad de la Cámara fuera de las paredes y muros del Hospital de Las Cinco Llagas. Ya hemos hecho un pleno en Granada y eso permitió que me reuniera con la Diputación e incluso con los habilitados e interventores que hacen las cosas que nosotros les pedimos. Ahora vamos a ir a Jaén a finales de junio. A la vuelta de verano tendremos un Pleno en Almería. Mi idea es sacar el Pleno fuera y aprovechar para visitar a los rectores de la universidad pública, que están también bajo mi paraguas, visitar a los presidentes de las diputaciones y alcaldes de las capitales, de forma que incluso esa política de apertura también sea un apoyo para lo que más me preocupa, que es el incremento en la rendición de cuentas, porque en el caso de los más de 700 ayuntamientos andaluces tenemos el nivel de rendición de cuentas más bajo de España.
–¿Será su caballo de batalla?
–Estamos bien tanto a nivel de Junta de Andalucía como en universidades y diputaciones, con su empresas públicas, pero estamos muy mal en la parte local. Hay que analizar qué está pasando porque no todo es solamente que no se quiera, ni mucho menos, sino que hay que entender que tenemos pueblos muy chiquititos, son habilitados que comparten a tiempo parcial el trabajo en ese ayuntamiento, y les pedimos muchos papeles. Los dos consejeros encargados de entes locales tienen ya la instrucción de analizar qué está pasando. Otras comunidades tienen el nivel de rendición más elevado con pueblos chiquititos sin que haya sanciones. Yo no quiero venir con sanciones en el sentido de que si usted no declara, no recibe la subvención. Hay comunidades que lo tienen establecido así. Pero nosotros lo que queremos es ayudar.
–¿Para qué está un órgano fiscalizador como la Cámara de Cuentas si no tiene un poder sancionador?
–Esa política de poder no sancionador es común a todos los órganos fiscalizadores, desde el Tribunal Europeo de Cámara de Cuentas hasta las autonómicas. La labor de la Cámara de Cuentas es de tipo moral. Ponemos negro sobre blanco qué se hace con cada euro que entra en el sector público andaluz. Ese documento, ese trabajo, lo hacemos para los ciudadanos, para que sepa cada ciudadano qué pasa con su dinero, o qué no pasa. A partir del informe empieza ya un camino que a nosotros se nos escapa. Pueden actuar la Oficina Antifraude y otros organismos judiciales...
–¿La Cámara de Cuentas no es un ogro?
–Venimos a ayudar. Entiendo que cuando recibe una carta con membrete de la Cámara de Cuentas ya dicen "algo ha pasado". Y no, no se tiene que ver así. En el año 24 vamos a ver la gestión de los trasplantes de órganos en Andalucía. Ahí no estamos hablando de nada básicamente contable. Veremos si estamos haciendo bien la gestión de algo tan sensible como eso. Eso es ayudar, no es fiscalizar en negativo.
–¿Un Tribunal de Cuentas centralizado como demandan algunos es un error?
–Es que sería inviable. De hecho el Tribunal de Cuentas hace algunas de las intervenciones en colaboración con las autonómicas. Andalucía tiene 1.672 instituciones. Imaginemos que multiplicamos una media de 500, porque Andalucía es muy grande, por 17… No sería viable. Hay Cámaras de Cuentas autonómicas en toda Europa. Es que no se podría llegar. Es así y cuesta.
–¿La gestión del Covid tiene que ser vigilada con especial celo?
–Ni más ni menos que el resto de todas las actuaciones de fondos europeos, fondos Feder, PAC… El tema Covid fue financiado básicamente con dinero que venía a Bruselas. Lo que sí es cierto es que la sensibilidad es mayor. De todas formas, en este tema que no se nos olvide lo que estábamos gestionando en ese momento. De marzo a mayo murieron 48.000 andaluces en el año 20. Y 152.000 españoles, según el INE. En principio por el Covid, porque ni siquiera se sabe. Era imposible realizar autopsias a todos porque el contexto era ese. Ahora lo vemos de otra forma. Dicho esto, los informes Covid están siendo mirados escrupulosamente. Ya hemos evacuado, no quiero equivocarme, el de los contratos de emergencia de personal sanitario, salió sin problemas con alguna salvedad; el de las residencias mayores, que lo presenté el jueves en la Cámara, y el de las ayudas al sector cultural. Aquí en Andalucía parece que todo ha ido por buen camino.
–¿Y el de los contratos de emergencia para cuándo?
–Ya tenemos las alegaciones. Esperamos antes del verano poder tenerlo terminado, porque nuestros auditores tienen que revisar las alegaciones antes de que haya un informe que se eleve a Pleno como definitivo.
–¿Y si un informe perjudica al Gobierno actual o al pasado?
–El trabajo primero lo hacen los auditores, que son funcionarios, y nosotros como consejeros, que somos independientes nombrados por el Parlamento. Y el informe pondrá lo que ponga. Y frente a lo que dice el informe, si hay algo que se ha hecho mal, se ha hecho mal. Hay que tener en cuenta que los niveles de control y filtros hoy son enormes y debe ser así. Lo normal es que todo vaya bien y para eso existe la burocracia. La burocracia nació para que todo vaya en tiempo, forma y orden. Luego la Cámara puede recomendar procedimientos mucho más ágiles dentro de un contexto de garantías.
–Garantías y eficiencia.
–La robotización ha venido para quedarse. La inteligencia artificial está dentro de mis prioridades para incrementar ese grado de eficiencia y de eficacia en nuestros informes. Eso se tiene que desarrollar a todos los niveles para que casen burocracia y protección de cada euro que entra en el sistema público. Al final, que no se nos olvide, trabajamos para el ciudadano. El informe final va para el ciudadano.
–Tiene usted 121 personas a su cargo. ¿Son pocos?
–La Relación de Puestos de Trabajo me permitiría crecer hasta 145. Son 20 más. Para intentar llegar a gestionar la fiscalización en cualquiera de las tres formas de las 1.672 instituciones no se podría generar a base de crecimiento de plantilla. Lo que tenemos que hacer con los recursos que tenemos es maximizarlos y para eso el uso de la inteligencia artificial es fundamental. A partir de ahí, ¿se puede incrementar plantilla? Sería deseable, pero no va a ser una correlación entre incremento de plantilla y lo que se puede hacer a día de hoy. La inteligencia artificial ha venido para quedarse y lo que tenemos que hacer utilizarla. Ahora estamos emanando entre 30 ó 40 informes anuales. Tenemos que incrementar esta cifra y no puede ser sólo a base de más personal. Vamos a incrementar la actividad de la Cámara y para eso tenemos que dar un salto que va a venir de un cambio de nuestra propia página web, que tiene 13 años, no solamente la parte estética visual, sino la parte interna para el manejo de información y toda la información que nos llega por nuestra plataforma de los organismos que fiscalizamos. La IA va a hacer que incluso este pueblo pequeñito rinda cuentas de una forma más fácil.
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