Maíllo regresa para recomponer las izquierdas
El líder andaluz vence a la ministra Sira Rego y se convertirá en el referente de IU para el Gobierno de Pedro Sánchez
El resultado de las elecciones europeas orientarán cómo se rehace Sumar tras los fracasos gallego y vasco
Maíllo: "Vuelve por la situación del país, para hacer otro tipo de política"
Maíllo obtiene la mayoría absoluta en las primarias de IU
El bar del Partido Comunista de Sanlúcar es uno de los mejores del Barrio Alto de la ciudad del Guadalquivir. Entre raciones de pescaíto frito, manzanilla bien fresca, la suscripción del Diario de Cádiz y las fotografías de la Pasionaria y de Marcelino Camacho, una clientela de todas las ideología comparte local con los viejos comunistas de esta localidad, aquellos camaradas que le enseñaron a Antonio Maíllo la "dignidad" del resistente.
Quien este fin de semana se proclamará nuevo coordinador federal de IU, Antonio Maíllo, nació en Lucena en 1966, guarda una entrañable relación con Aracena, pero su arraigo político parte de Sanlúcar, una de las poblaciones del Bajo Guadalquivir que irrumpieron en la Transición con ayuntamientos comunistas. Ése es el hilo rojo que cose la base territorial del PCE con IU y a partir de ahora con Sumar en un difícil encaje que será el principal reto que el dirigente andaluz asumirá a partir de ahora.
¿Qué busca Maíllo en IU? La formación que fundó Julio Anguita fue una de las tantas que barrió el vendaval de Podemos. A pesar del implante territorial que tenía en Andalucía y de ser la primera fuerza de la izquierda tras el PSOE, el partido morado la engulló en una coalición que después se arruinó y se transformó a la postre en Sumar, un proyecto muy personal de la vicepresidenta Yolanda Díaz que ha nacido mal, que viene de encajar dos fracasos electorales en Galicia y en el País Vasco y que ha dejado fuera de los márgenes de la coalición a los herederos de Pablo Iglesias. La idea de Maíllo pasa por fortalecer a Sumar más allá de la carcasa electoral que es ahora, y donde IU tenga mejor presencia. Al menos, proporcional a su fuerza sobre el territorio.
Lo de Maíllo ha sido una sorpresa plena. Hasta hace un mes, la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, iba a ser la encargada de relevar al malagueño Alberto Garzón al frente de IU, pero el dirigente andaluz, retirado de la primera línea en su clases de Griego y Latín, decidió romper con su aislamiento para intentar fraguar una lista de unidad. No lo logró. Al final, saltaron las diferencias entre Maíllo y Rego, más proclive a mantener a Sumar como una marca contenedora. El andaluz ya gozaba de gran prestigio entre la militancia por su trayectoria en Andalucía, de tal modo que tiró del manual del PCE, colocó a su secretario general, Enrique Santiago, en sus listas y ganó las elecciones de la militancia. Por goleada, con mayoría absoluta y con el doble de votos que la ministra.
IU en el Gobierno de Pedro Sánchez
Este factor desencadenará otros pasos en el futuro. Maíllo le ha ganado a una ministra del Gobierno de España, a quien ha sido hasta ahora la representante de IU en el Ejecutivo y si Sira Rego decide convertirse en oposición interna a la nueva dirección del andaluz, es posible que eso genere cambios en la coalición. Pero Maíllo ya le ha ofrecido entrar en una dirección "coral" y hoy se sabrá cómo queda esa cúpula. Su puesto en el Gobierno estaría cuestionado si no entra en los planes de Maíllo. En cualquiera de los casos, el andaluz se convertirá en el interlocutor de IU con el Gobierno de Pedro Sánchez.
Maíllo respalda la coalición y a la vicepresidenta Yolanda Díaz, de eso no hay dudas, pero tratará que IU gane mayor protagonismo en Sumar y en el Gobierno. El enfado de IU con Sumar ha ido escalando posiciones: no le concedieron una portavocía en el Congreso, tuvieron que pelear bastante el nombramiento de un ministro propio y fueron desplazados a la cuarta posición en la lista de las elecciones europeas.
Maíllo sabe qué es un Gobierno de coalición. IU se integró en el Gobierno de José Antonio Griñán en 2012, cuando el PSOE quedó en segundo lugar en las elecciones andaluzas, pero Susana Díaz lo sucedió al poco y siempre se mostró recelosa de las relaciones que los socios pudieran tener con Podemos, en auge en aquellos momentos. Maíllo se convirtió en coordinador general de IU en Andalucía, y vivió desde la primera línea y con bastante dolor cómo Susana Díaz los expulsaba del Ejecutivo para lanzarse en solitario a unas elecciones adelantadas.
Maíllo aceptó formar después una coalición electoral con Podemos, que lideró Teresa Rodríguez y que, a la postre, terminó por romperse en mitad de la legislatura. Maíllo ya se había retirado de la primera línea de la política por una enfermedad de la que se ha recuperado, pero aquel vendaval morado consumió a todos sus lideres y dejó herido de muerte al partido morado.
Las elecciones europeas del 9 de junio pueden ser un punto de inflexión para la recomposición de las izquierdas. No hay que descartar, incluso, una negociación con los líderes de Podemos para un regreso a Sumar. Todo dependerá de si Irene Montero consigue el puesto de europarlamentaria. Si se quedase fuera, el diálogo sería más fácil para Sumar. Manu Pineda, el malagueño militante de IU que va en cuarto puesto en la listas de las europeas de Sumar, ya ha adelantado que el 10 de junio se abrirá un nuevo escenario donde las divisiones personales deberán acabar.
Fuentes de IU aseguran que ésta es una posibilidad cierta, una recomposición de toda la izquierda en torno a un único objetivo, que no les ocurra como a los viejos, y desaparecidos, partidos comunistas francés e italiano, que en su día fueron los más potentes de la Europa occidental.
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