La ventana
Luis Carlos Peris
Reventa y colas para la traca final
El general de brigada Luis Ortega Carmona tomó posesión este lunes de su cargo como jefe de la IV Zona de la Guardia Civil, una demarcación que comprende toda Andalucía, Ceuta y Melilla. No fue el primer acto de Ortega al frente del instituto armado en el acuartelamiento sevillano de Eritaña, pues ya en el pasado Día de la Virgen del Pilar presidió los actos de celebración en el mismo escenario. Allí destacó su arenga a la tropa haciendo referencias al creador de Apple, Steve Jobs,Steve Jobs, y su famoso discurso de la Universidad de Stanford.
En esta ocasión, el general apostó por hacer una declaración de intenciones de lo que espera que sea su mandato al frente del instituto armado en Andalucía. Un decálogo aunque no sean diez sus preceptos, sino ocho. Ocho mandamientos que la benemérita institución ya lleva a gala desde hace casi 180 años, pero que el general aboga por reforzar y que serán la clave de bóveda del trabajo policial en el 85% del territorio, en el que está presente la Guardia Civil.
El primero de estos preceptos, como no puede ser de otra manera tratándose de un cuerpo de seguridad, es el de "descender las cotas de delincuencia en la demarcación". El general se enfrenta a un tiempo en el que la criminalidad va en aumento en casi todas sus formas, con una ciberdelincuencia disparada y con un narcotráfico que sigue dando quebraderos de cabeza por muchos golpes policiales que se le aseste. En la provincia de Sevilla, la criminalidad subió un 11% en los primeros seis meses del año.
A esta regla número uno le siguen varias que se pueden agrupar en una misma, pues supone "continuar con la estrecha colaboración y coordinación" que la Guardia Civil tiene con "jueces, fiscales, abogados y demás operadores jurídicos", así como con los "cuerpos hermanos de la Policía Nacional, la unidad adscrita a la junta y todas las policíaslocales de Andalucía, para un mejor aprovechamiento de nuestros recursos humanos y medios materiales". No es baladí esta coletilla, pues siempre surgen cuestiones territoriales que aclarar y zonas en las que están ambos cuerpos. El general citó también la necesidad de seguir estrechando relaciones con todas las administraciones, ayuntamientos, medios de comunicación, empresas y organizaciones agrícolas y ganaderas.
"Pretendo profundizar en la mejora de la formación profesional de todos los componentes de esta unidad, reafirmando en ellos la importancia y orgullo de las misiones que desempeñan", añadió el general Ortega, que se detuvo sobre todo a la hora de citar su "deseo de contribuir de manera eficaz a la protección de los colectivos más desprotegidos". Serán las víctimas, dijo, su "eje de actuación, mejorando la asistencia y atención a las víctimas de maltrato familiar, colaborando con la consecución de entornos seguros en los espacios de educación, ocio y diversión de los jóvenes, perseguir la corrupción de menores y la pornografía infantil, mejorar la prevención y la seguridad de las personas mayores y constituirnos en baluarte en la lucha contra la trata de seres humanos".
Todo este proyecto debe venir acompañado de la mejorade los acuertelamientos para "atender adecuadamente a los ciudadanos que acuden a ellos". Apuntó el general que su despacho siempre tendrá las puertas abiertas para los guardias civiles, "principal activo" del cuerpo. "Siempre me tendrán a su lado para impulsar las mejores condiciones y calidad de vida y buscar el logro de que la comunicación interpersonal entre todos los componentes de la unidad circule con la mayor fluidez por todos los canales posibles", dijo Ortega, que añadió con un reconocimiento a las familias de sus agentes. "No es posible conocer plenamente a un guardia civil sin su familia", apuntó el general, que habló de la suya, "parte de la cual está en esa atalaya privilegiada que es el cielo", antes de concluir su discurso reafirmando la responsabilidad que tiene entre manos y agradeciendo su apoyo a todos los presentes.
Presidió el acto el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, quien citó a Machado y comparó el escenario del evento con aquel patio de la infancia del poeta. No había limonero madurando en el huerto, pero sí unas hojas de laurel en la corona con la que la Guardia Civil recuerda siempre a los caídos por España en todos sus actos oficiales. Destacó Pérez el papel importante de la Benemérita en un "escenario de incertidumbre internacional". Como si el nacional fuera una balsa de aceite. Eso sí, ni una sola referencia, ni siquiera velada, a la agitación política actual derivada del pacto entre el PSOE y Junts para la investidura de Pedro Sánchez, y la ley de amnistía que éste incluye.
El acto concluyó con el tradicional desfile de distintas unidades de la Guardia Civil, en el que siempre destaca la vistosidad del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS). También desfilaron las motos de Tráfico y del Seprona, los guías caninos, los buzos del GEAS, agentes de Fronteras y del grupo de Helicópteros con sus boinas azules.
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