La restauración de Notre Dame de París
Luces y sombras del teletrabajo y su nuevo perfil, el ‘transeúnte digital’
Jornada 'Knowmads y nómadas digitales: Nuevos entornos laborales flexibles'
Diario de Sevilla organiza un foro de debate en el que cuatro expertos analizaron las dos caras de esta fórmula de trabajo que ha llegado para quedarse, y su impacto en el mercado laboral andaluz
La aparición del Covid-19 en 2020 y el auge de la economía digital, ha modificado completamente la manera de entender el trabajo. Las reglas del juego cambiaron y los modelos laborales hasta ahora conocidos han dejado de ser los estándares. La flexibilidad horaria, las jornadas en remoto y las fórmulas semipresenciales o híbridas han llegado para quedarse en los puestos de trabajo. Las empresas andaluzas se han visto obligadas a delegar y valoran cada vez más habilidades como la autonomía o la responsabilidad.
Un alto porcentaje de los trabajadores no quiere volver al marco anterior, está convencido de la efectividad de las nuevas fórmulas y quiere potenciar su productividad gracias al impulso del teletrabajo y las fórmulas híbridas. Las nuevas generaciones buscan mayor flexibilidad y el salario ha dejado de ser su principal motivación. El trabajador de hoy reclama jornadas más elásticas para disponer de libertad para conciliar e, incluso para viajar, cambiando cada cierto tiempo su residencia de trabajo.
En este contexto han surgido con mucha fuerza los llamados nómadas digitales y knowmads (nómadas del conocimiento). Hablamos de aventureros laborales natos: blogueros, youtubers, profesionales del diseño gráfico, redes sociales, copywriters, ciertos ingenieros, técnicos de empresas de servicios y, en general, todas aquellas profesiones que se puedan realizar a través de Internet y que no exigen una permanencia en un espacio determinado.
Se trata de trotamundos, con el portátil debajo del brazo, que han decidido trabajar de otra manera, buscando lugares con mejores condiciones climáticas y con alta calidad de vida. A nivel global, la cifra de nómadas digitales se ha triplicado en los últimos tres años superando los 35 millones de trabajadores, según afirman distintos portales. Entre los países más visitados por ellos se encuentran Estados Unidos (15%), España (5%), Tailandia (5%), Reino Unido (5%) y Alemania (4%).
De ahí que este modelo laboral emergente ha llamado la atención de muchos emprendedores, que han decidido montar sus negocios en torno a estos individuos. Es el caso de algunos de los invitados presentes en la jornada de debate que organizó este miércoles Diario de Sevilla en la Fundación Cajasol, titulada Knowmads y nómadas digitales: nuevos entornos laborales flexibles, que reunió a cuatro expertos y pioneros en esta materia: Alberto Pérez Sola, arquitecto y emprendedor co-fundador de workINcompany; Ana Cristina Jiménez, coordinadora de operaciones de La Fábrica de Sevilla -una iniciativa público-privada para impulsar y promocionar las startups tecnológicas-; Domingo Leal, freelance y nómada digital como consultor de Marketing; y Ana Belén Díaz, project manager de Eviden y también nómada digital.
Tendencia en crecimiento
Se estima que en todo el mundo hay alrededor de 35 millones de nómadas digitales
En el foro, guiado de manera muy estimulante por la asesora de transformación digital de Grupo Joly Magdalena Trillo, los cuatro expertos analizaron, a través de sus experiencias, las dos caras de una fórmula de trabajo que ha llegado para quedarse, y que sin duda ha creado un nuevo perfil de trabajador, definido sabiamente por un asistente del público como ‘un transeúnte digital’. De esta forma, Alberto Pérez, involucrado en una nueva aventura empresarial como es City Center Sevilla (empresa dedicada a la gestión de alojamientos turísticos), destacó que desde su prisma de emprendedor en este sector, “veo que el nómada digital casi siempre va asociado a la palabra freelance y autónomo. Nosotros acogemos mucho a personas así, con unas actitudes flexibles, de mente abierta, muy trabajadora, indudablemente”.
Tanto como Domingo Leal como Ana Belén Díaz aportaron su experiencia personal. “Yo he vivido 10 años en Reino Unido”- explicó Leal- “En 2020 decidí venirme a Sevilla y con los clientes que tenía por las tardes me adentré en el coaching de marketing. Ahora soy autónomo. No me considero nómada digital tal cual porque no voy por toda Europa de Airbnb, pero sí es verdad que como realizamos proyectos con distintos países, me considero más un knowmad. Voy a eventos a diferentes sitios muy a menudo, aunque tengo mi base en Sevilla”.
Lo que para Domingo fue una elección, para Ana Belén fue casi una necesaria. Hace ya 18 años fue la pionera en su empresa, Eviden, en solicitar teletrabajar para poder conciliar y cuidar a su hijo, en su pueblo natal, Almendralejo. “Empecé como una prueba durante 3 meses y ya han pasado 18 años y medio. Mi empresa pudo comprobar que un trabajador en la distancia también podía ser productivo, y hoy son muchos los compañeros que han pedido teletrabajar, sobre todo después del Covid. Creo que hay trabajos que sí dan esa opción, en los que se pueden dirigir proyectos o coordinar equipos sin impedimentos”, explicó.
Pero ¿Qué habilidades a nivel personal debe tener ese trabajador? Para Ana Belén está claro: “Lo primero que se debe tener es compromiso con la empresa y tu cliente, mantener ese compromiso es fundamental. Da igual que estés en tu casa en pijama trabajando”, afirmó.
Sevilla como destino para el nómada digital
Según los estudios realizados en este segmento, Sevilla es, junto con Granada y Málaga, una de las ciudades andaluzas favoritas que los nómadas digitales eligen para trabajar, por su calidad de vida y su clima, y son numerosas las opciones que existen en la ciudad para acoger, formar y guiar a este tipo de trabajadores. Así lo confirmó desde La fábrica de Sevilla, Ana Cristina Jiménez, quien trata directamente con estos perfiles. “Estamos muy centrados en hacer de Sevilla un referente en cuanto a emprendimiento y en atraer talento. Buscamos a gente que quiera emprender aquí en la ciudad, crear tejido empresarial, y ahí juegan un papel importante los nómadas digitales. Trabajamos con estudiantes, con emprendedores, con empresarios...”.
Según la joven, ya están constando que cada vez hay más estudiantes que buscan ser nómadas digitales en Sevilla. “Existe un perfil muy claro de estudiantes de enseñanzas medias, superiores y grados que nos llegan preguntando cómo pueden teletrabajar aquí. Se lo plantean para su empleabilidad. Hablo de chicos y chicas muy jóvenes, de 15 o 16 años que ya lo tienen claro. Y les ayudamos en esa idea”, recalcó.
Esto demuestra que se está produciendo un cambio en el perfil de la gente que quiere ser nómada digital. “Ya no es tanto una necesidad si no casi una condición que los jóvenes buscan, que haya esa opción de flexibilidad horaria, la posibilidad de trasladarse... y se ve cada vez más que es algo que está en los requisitos de un puesto de trabajo”, aseguró Ana Cristina.
Pero ¿hasta que punto Sevilla está ‘haciendo los deberes’ para competir a nivel global con otras ciudades desde el punto de vista del teletrabajo nómada?. En este sentido, Domingo fue un tanto crítico, porque ha estado mucho tiempo fuera. “Creo que Sevilla tiene muchísimo potencial, tiene la oportunidad de darse cuenta que los knowmads son otro tipo de turismo para la ciudad. Hace 10 años no, pero ahora sí hay cafeterías o lugares donde te puedes ir con el ordenador a trabajar, o a mantener una reunión con un compañero tomándote un café. Hace 10-12 años tampoco había espacios de co-working como el de Alberto, y espacios así son positivos para atraer a nómadas digitales, se agradece mucho. Creo que Sevilla puede ponerse a la altura de otras ciudades como Málaga en ese nivel”.
Un modelo de trabajo con luces y sombras
Pero como suele ocurrir con casi todo, el teletrabajo también tiene sus luces y sus sombras. No todo es positivo. Uno de esos claroscuros que apareció en el debate es el aislamiento que quizá implica esta modalidad. El echar de menos la socialización, el trato personal. En esto coincidía Ana Belén. “Siempre digo, que el teletrabajo como opción está genial, pero como obligación a veces es contraproducente porque necesitas ver a gente, echar un café con un compañero. Debes gestionar eso bien y tener bien focalizado y organizado tu trabajo. Pero aún así, existen los días malos, claro”.
Otro de los handicaps es la movilidad que pide el nómada al empleador. ¿Están preparados los empresarios andaluces para este cambio? Alberto admitió que esto se cumple ‘a medias’. “Pienso que hay empresas que siguen siendo tradicionales y otras que sí están cambiando. En los perfiles de nuestros clientes sí se da. Hace poco a uno de mis proveedores le estaban preguntando varias personas que si podían teletrabajar, cuándo y cómo, y cuánto iban a ganar, etc. Me decía que ellos rechazaban a esos candidatos, yo les pregunté el motivo y me decía que es que no les inspiraba confianza. Pero hay empresas que sí son más abiertas de mente, a esta posibilidad”, expuso.
Para Domingo, este factor puede provocar que al empresario no le interese formar durante meses a un trabajador que luego se irá. “Tengo una mala noticia para las empresas más tradicionales y es que igual no les queda otra que contratarlos. Cuando el empleado ya te empieza a demandar cosas, habría que plantearse que, como empleador, quizás tengas que cambiar cosas a nivel de estructura”. Y añadió: “Pienso que el trabajo en remoto no es mas que un vehículo para ir hacia una forme de trabajar mucho más versátil, aunque tiene su parte mala, porque hay proyectos que al final no salen. Es bueno verlo como algo positivo para ir adaptándonos”.
Ana Belén también coincidió en este punto. “Sí, al final ocurre eso, que cuando alguien está empezando a ser productivo se mueve y se va a otro sitio porque le pagan el doble. Creo que éste sí es un tema muy aquejado y demandado”, opinó.
Se hace necesaria una regulación
En el debate, los expertos también pusieron el acento en la necesidad de una regulación que defina al nómada digital, desde una perspectiva laboral, fiscal y según su impacto en el entorno donde trabajan. Esto ocurre, por ejemplo, con el tema de los apartamentos turísticos, muchos de los cuales acogen a estos nómadas.
En la recién aprobada 'Ley de Startups' (o Ley de Fomento del Ecosistema de las Empresas Emergentes) ya se recogen unos primeras referencias a la figura del nómada digital, aunque pero no muy desarrollado todavía. Por ejemplo, se contempla el visado para ciudadanos extracomunitarios, vigente por un plazo máximo de cuatro años, además de distintos incentivos fiscales, según las horquillas de sueldo.
Sobre el controvertido tema de la saturación de apartamentos turísticos en el caso histórico, Ana Cristina opinó que “el enfoque sería tratarlo igual que el tema del turismo, que haya regulaciones. Yo creo que al ser un perfil de personas con alta rotación, los nómadas digitales no llegan a ser tan invasivos como el turismo habitual”, concluyó la joven.
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