La Junta deja sin residencia oficial el nuevo San Telmo

El edificio se abrirá al público, aunque con restricciones · El espacio que se reservó para acoger la vivienda del presidente de la Junta será ocupado ahora con oficinas

Foto: Manuel Gómez
Foto: Manuel Gómez
Carlos Mármol

07 de mayo 2010 - 07:00

San Telmo, el palacio barroco que a partir de septiembre volverá a acoger la sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía, está por fin terminado y será abierto al público en otoño, aunque de forma restringida. El Gobierno andaluz ha decidido en las últimas semanas, casi se diría que en un ejercicio de improvisación, aceptar la propuesta del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, autor de la remodelación integral del edificio, para que determinados espacios de este singular inmueble puedan ser visitados por los ciudadanos de forma reglada, ya que no permanente. Vázquez Consuegra pretendía con su idea que los sevillanos tengan elementos para formar su propia opinión sobre la reforma y, de paso, conocer un palacio que jamás pudieron ver, ya que el edificio, debido a sus sucesivos usos privativos, siempre ha sido un territorio vedado al ciudadano común.

Así, en principio, iba a seguir siendo. La Junta de Andalucía nunca concibió el nuevo San Telmo como un palacio abierto. No incluyó esta condición en el programa de obras ni el proyecto de reforma incluía tal aspecto. El contexto político, sin embargo, parece haber ayudado: a la petición formal del arquitecto, que en el proceso de rehabilitación ha ido creando por su cuenta y riesgo una serie de espacios expositivos potenciales -una de las naves apeadero de la zona Norte del palacio; la antigua cripta del edificio- se ha sumado la reciente campaña política del PP contra la remodelación del edificio. Los populares, además de censurar el coste de la intervención -bastante moderado si se compara con el presupuesto del tranvía del centro o el Parasol de la plaza de la Encarnación-, han planteado recientemente -también a última hora- la idea de que este edificio se convierta en un museo público, algo totalmente inviable porque la operación de remodelación arquitectónica fue concebida en 2005 para acoger usos administrativos.

Sea de una manera o de otra, la consejera de la Presidencia, Mar Moreno, anunció ayer -aunque de forma muy vaga, muestra de que la decisión ha sido en cierto sentido repentina- que el palacio se abrirá al público a partir de este sábado en unas jornadas de puertas abiertas que durarán más de una semana. Hasta el domingo día 16. A partir de entonces el edificio cerrará temporalmente sus puertas. Presidencia se trasladará en agosto desde la Casa Rosa -que quedará vacía, al igual que las sedes que tiene la Consejería en la plaza de la Contratación y en la avenida de la Borbolla- y a partir de septiembre empiezaría a funcionar como sede institucional. La intención, según Moreno, es que el edificio sea visitable en sus tres cuartas partes durante todo el año. Eso sí, previa cita. Un sistema parecido al del Parlamento que, sin embargo, no era la idea inicial del arquitecto, que buscaba una apertura estable de las áreas con vocación expositiva y de los jardines. La Junta ha asumido su propuesta, pero únicamente a medias.

La presentación de San Telmo, que ayer se oficializó con el presidente Griñán de viaje, estuvo marcada por la sombra de la polémica política. El PP insistió en su campaña para relacionar la rehabilitación del edificio con un hipotético dispendio por parte del PSOE. El Gobierno andaluz intentó dejar sin argumentos a la oposición parlamentaria mediante dos tácticas: insistir en que el edificio no estará cerrado a los sevillanos por su uso administrativo y, sobre todo, confirmar lo que desde hace cinco años era más que previsible, la renuncia a destinar una parte del palacio a albergar la residencia oficial del presidente de la Junta de Andalucía. El proyecto original contemplaba hacer esta vivienda -situada en el ala noreste del palacio-, pero su espacio será ocupado ahora en su totalidad por oficinas. "San Telmo nace sin vivienda", dijo la consejera de Presidencia, que, no obstante, aclaró que esta decisión es reversible por si en el futuro otro presidente piensa lo contrario. "Griñán tiene claro que no va a vivir en San Telmo", explicó Moreno. Su antecesor, Manuel Chaves, decidió lo mismo. Pero no sacó la vivienda del proyecto.

Así pues, según el PSOE ni vivienda ni dispendio. Sobre el coste de la rehabilitación, al menos, los datos son razonables: el coste integral de la reforma ha sido de 46, 6 millones de euros, ocho más del presupuesto de licitación. Una cifra ajustada -el precio del metro cuadrado rehabilitado ha sido de 1.462 euros- si se tiene en cuenta la envergadura del edificio -casi 22.000 metros cuadrados, de los cuales se han reconstruido sus tres cuartas partes- y, sobre todo, si se compara el presupuesto con otros grandes proyectos de Sevilla que, sin impacto patrimonial alguno, han salido más caros. Un ejemplo: el tranvía del centro (80 millones de euros). Otro: el Parasol de la Encarnación, cuyo gasto global se acerca a los 120 millones. Vázquez Consuegra calificó ayer de "lógico" el coste de la rehabilitación. "El edificio estaba en ruinas". Lo mismo hizo la consejera de Presidencia que insistió en que el coste de la remodelación es "razonable". "El trabajo del arquitecto ha sido primoroso y laborioso".

En cualquier caso, preocupación política en la Junta por el hipotético desgaste político de la rehabilitación de San Telmo -gracias a la cual se ha recuperado la capilla barroca del edificio, un inmenso jardín y la cripta del antiguo edificio, entre otros elementos patrimoniales- existe, aunque no se confiese. Las pruebas son tanto la ausencia en la presentación del presidente de la Junta como buena parte de los argumentos que ayer defendió la consejera de Presidencia. Por la mañana, Mar Moreno reiteró que la decisión de remodelar el palacio no es reciente, sino que se tomó en 1989, "cuando presidía la Junta Rodríguez de la Borbolla". También resaltó que en el año 2008 -con Manuel Chaves- casi se había pagado el 80% de la reforma. Asimismo explicó que se dejará sin adquirir parte del mobiliario ornamental. También se notó en el formato de la visita: gráficos y periodistas, por separado. Recorrido guiado para los segundos. Los fotógrafos tuvieron zonas vedadas. Casi todas las puertas estaban cerradas con llave. Nadie dijo ni media del aparcamiento del jardin. Ni del despacho real de Griñán. Tendrá vistas al jardín. Estará al fondo del Salón de los Espejos.

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