La Junta reestructurará el gasto público "sin tocar" la política social
Griñán anuncia un plan de estabilización del gasto que reducirá los salarios de todo el sector público y recortará las partidas en infraestructuras y en el gasto farmacéutico.
Porque son "razonables, responsables e imprescindibles", las mismas recetas que va a utilizar el Gobierno central para recuperar la senda de la estabilidad serán aplicables en Andalucía. Así lo anunció ayer en el Parlamento el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, que marcó la revisión a la baja del gasto farmacéutico, la reprogramación de las obras públicas, la revisión salarial del funcionariado o la reestructuración del sector público empresarial como los primeros capítulos con los que el Ejecutivo autonómico hará recortes, sin que en ningún caso lleguen a tocarse las inversiones ni el gasto social.
Éstas fueron las líneas estratégicas que describió Griñán de un plan en el que no profundizó más que para justificar, sin fisuras, la conveniencia de los tijeretazos anunciados el pasado miércoles por José Luis Rodríguez Zapatero. Aparte del elogio, quiso reforzarlos con el argumento de que después de haber tirado del déficit público, ante los primeros indicios de un cambio de tendencia y de una recuperación económica es preciso retornar a la "senda de la estabilidad". Un camino que auguró "no será brusco", porque de manera paralela también está prevista una política de estímulo fiscal.
De este plan de austeridad la oposición no se quedará al margen. Aunque en un principio la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, encargada de marcar sus pautas, no lo daría a conocer hasta después del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) del próximo 22 de junio, acaban de cambiar sus planes. Griñán se comprometió a llevarlo para su debate a una de las sesiones plenarias anteriores a la reunión del CPFF, en un intento por buscar puntos de encuentro con PP e IU.
De poco parece que vaya a servir el ofrecimiento, si se atiende a las intervenciones que desde una y otra bancada se oyeron a sus líderes en el Parlamento. El coordinador regional de IU, Diego Valderas, aprovechó su turno de palabra para atacar a Griñán por el corte "social-liberal" de su tijera que no llegará a los "poderosos", porque no son medidas "solidarias", pero sí un "mazazo" para una mayoría social. La contundencia de Valderas no sólo fue verbal, sino también gráfica. Los seis parlamentarios de IU se levantaron de su escaño, cada uno con una pancarta reinvidicando qué o quiénes deberían pasar por los recortes: desde la guerra de Afganistán pasando por la Casa Real, los banqueros, las grandes fortunas y los especuladores financieros.
Los ataques del presidente del PP-A, Javier Arenas, a la política económica del Gobierno y de la Junta se dirigieron a situar al país y a la comunidad no en la "senda del crecimiento y de la Andalucía sostenible" que preconiza Griñán, sino en el "camino" de Grecia, reprochando el "tiempo precioso" que se ha perdido al no admitirse la crisis ni adoptarse reformas, y que ahora pagarán funcionarios, pensionistas y dependientes.
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