La Junta del PP-Cs ya tiene un plan para la financiación pública de las universidades

Enseñanza Superior

La Consejería convoca a los rectores de las nueve universidades públicas andaluzas el 10 de diciembre para presentarles un borrador del nuevo programa económico

Rogelio Velasco, consejero de Economía, Conocimiento, Empresa y Universidad
Rogelio Velasco, consejero de Economía, Conocimiento, Empresa y Universidad / Juan Carlos Vázquez

Llegó el día. La Junta de Andalucía ha convocado para el 10 de diciembre a los rectores de las nueve universidades públicas andaluzas para darles a conocer el borrador del nuevo modelo de financiación. Se trata de un primer paso, un plan sobre el que trabajar después de ocho año de incertidumbre.

Las universidades andaluzas llevan años reclamando un nuevo programa financiero para las instituciones andaluzas que dé estabilidad económica al modelo pública de enseñanza superior. El último se firmó en 2007.

Entre los aspectos claves que articularán el futuro sistema de financiación destaca el incremento de los recursos disponibles, la eficiencia y la excelencia de los resultados. Se acabó el café para todos. La nueva propuesta de la consejería reflejará una apuesta por la investigación y, aunque ésta no será la única variable explicativa que oriente la aportación del dinero a las universidades, constituirá una de las variables más relevantes.

A diferencia de los modelos anteriores, la Junta no fija en esta ocasión un periodo de vigencia, sino que busca que el nuevo modelo se prolongue en el tiempo.

El reparto de los fondos, cómo se distribuye, siempre ha sido uno de los principales escollo para llegar al consenso, especialmente entre los rectores. El sistema universitario público andaluz cuenta con dos instituciones de grandes dimensiones, la Universidad de Sevilla y la de Granada, que supera los 70.000 alumnos; y otras tres cuyo número de estudiantes no llega a los 13.000, la Universidad Pablo de Olavide, la Universidad de Huelva y la de Almería. Son estas tres, las de menor tamaño y las más jóvenes, las más perjudicadas en el reparto de fondos hasta ahora.

"La colaboración y el consenso con los rectores de las universidades públicas andaluzas van a ser primordiales para la aprobación de un nuevo modelo de financiación, que pretende establecer un marco estable", apuntan desde la Consejería de Economía, Conocimiento, Empresa y Universidad.

"La financiación de las universidades en Andalucía se ha vinculado de facto mucho más a la cantidad que a la calidad. En cambio, vemos cómo hay países de nuestro entorno con modelos de financiación que han evolucionado hacia fórmulas que operan sobre variables de escala (cantidad) y de rendimiento (calidad) y que pueden incorporar criterios de cumplimientos de objetivos específicos. Estamos convencidos de que debemos nutrir de una mayor coherencia al modelo andaluz para hacerlo más transparente y dar más peso a los resultados, a través de un sistema basado, como no puede ser de otra manera, en los principios de suficiencia, equidad y eficiencia", indica el ejecutivo andaluz, dirigido por el PP en coalición con C's.

El compromiso del departamento que lidera Rogelio Velasco (C's) es "conseguir un marco estable de financiación a través, sobre todo, de un uso más eficiente de los recursos orientándolos a los resultados". Por ello, el nuevo modelo de financiación tendrá en cuenta no sólo las necesidades de estas instituciones, sino que también se valorará el rendimiento, siempre sobre la base de la objetividad, la transparencia y la corresponsabilidad", según confirman desde la Consejería.

Tras un primer plan, que estuvo vigente de 2002 a 2006 y que permitió duplicar durante este periodo la aportación pública, los socialistas aprobaron en 2007 un segundo plan que, supuestamente, debía actualizarse en 2011, algo que no ocurrió. Este segundo modelo planteó una financiación con mayor vinculación a resultados y con el horizonte puesto en el 1,5% del PIB regional, objetivo que no se cumplió en el plazo acordado.

La incertidumbre económica acaecida a nivel nacional, y agravada al final de su periodo de vigencia, obligó a la Junta, gobernada entonces por el PSOE, a prorrogar hasta en tres ocasiones esta programación económica (2011, 2014, 2016), con la excusa de "asegurar los fondos públicos comprometidos y paliar la merma de recursos propios y privados como consecuencia de la crisis económica". Desde entonces, las universidades andaluzas carecen de un modelo de financiación.

El anterior gobierno de Susana Díaz se comprometió con las universidades a aprobar un nuevo modelo de financiación en 2017 con vigencia hasta 2021. Se presentó un borrador y se trabajó sobre él, pero no alcanzó el consenso suficiente y, a pesar de estar bastante avanzado, se paralizó.

En el caso de las universidades sevillanas, tanto la Hispalense como la Pablo de Olavide reclaman desde hace años que se tenga en cuenta la excelencia investigadora y sus resultados a la hora de repartir los fondos. En el caso particular de la Universidad de Sevilla, además, pide incluir en el nuevo modelo de financiación un plan plurianual de inversiones para infraestructuras.

Para el rector de la Universidad de Sevilla, Miguel Ángel Castro, hay dos tipos de necesidades fundamentales en las universidades públicas en el ámbito de las infraestructuras. Una de ellas es conservar un patrimonio de siglos, como le ocurre a la Universidad de Granada o a la propia Hispalense. "Si no se hace, no sólo las instalaciones se deterioran. Sin inversión, nuestra historia, nuestro patrimonio cultural y lo que eso significa en términos de riqueza para la región corren el riesgo de desaparecer". La segunda necesidad está relacionada con el crecimiento natural de las instalaciones y su remozamiento.

La Pablo de Olavide también reclama financiación para mejorar su campus, ya que la Universidad cuenta con edificios que no se han rehabilitado desde 1982, cuando ésta era la Universidad Laboral y se produzco la trasferencia de competencias del Estado a la Junta.

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