La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La Sevilla fina en la caja de Sánchez-Dalp
El 17 de enero se rompió en Andalucía el techo de la pandemia y, desde entonces, no ha hecho más que sumar plantas al edificio que el Covid empezó a construir el pasado marzo, al menos de forma oficial. Hace ya más de una semana que se superó el pico de incidencia de la segunda ola –573 casos por 100.000 habitantes en 14 días– y ayer esa cifra quedó fijada en 911. Si la evolucion mantiene el ritmo actual, lacomunidad superará la barrera psicológica del millar en los próximos días. Si la comunidad fuera un municipio, la Junta pasaría a decretar el cierre de la actividad no esencial durante todo el día, pero, de momento, el Gobierno andaluz no ha dicho que esa posibilidad esté sobre la mesa. No se descarta ninguna posibilidad cuando el próximo viernes se reuna el comité de expertos.
Ayer se cumplieron dos semanas desde el primer endurecimiento de las restricciones posterior a la Navidad, aunque la Junta tuvo que corregir al alza las limitaciones sólo cuatro días después. El consenso entre los expertos establece que los efectos empiezan a dejarse ver cuando pasan 14 días, que es el periodo máximo de incubación de la enfermedad provocada por el virus. Andalucía está ahora acercandose a ese periodo y hay alguna pista en los datos diarios que puede provocar cierto optimismo. La tasa de incidencia en siete días era ayer justo la mitad que en 14 jornadas. Cuando esa tasa es superior a esa mitad del dato en dos semanas indica que la epidemia se expande, mientras que si es inferior indica un decrecimiento. Al situarse en la mitad, aunque es posible todavía cierta infrarrepresentación, indica una estabilización que, si se mantiene, significa que esta tercera ola ha llegado a la meseta de incidencia previa al descenso.
A la espera de que eso ocurra, los datos de contagios siguen en cifras muy elevadas –4.496 casos ayer y 45 decesos– y la principal consecuencia es el aumento de la presión hospitalaria, que también lleva varios días superando su récord. Ayer había 3.891 pacientes con Covid-19 en los centros andaluces, 278 más que en la jornada previa. 552 de esos enfermos están en unidades de cuidados intensivos, la mayor cifra registrada en las UCIhasta ahora, ya que el pico de la segunda ola se quedó en 528 ingresos.
Esta es la principal preocupación del Gobierno andaluz y para poder atender el aluvión de ingresos que todavía está por llegar la Junta aprobará hoy un plan que contempla un escenario de 7.000 pacientes ingresados por Covid. La portavoz del comité de expertos andaluz, Inmaculada Salcedo, aseguró ayer en una comparecencia que no cree que la capacidad del sistema sanitario esté comprometida, aunque la situación es “francamente grave”. Salcedo hizo suya la petición del consejero Jesús Aguirre, que el pasado jueves reclamó un autoconfinamiento a partir de las 20:00, ya que el Gobierno no permite adelantar el toque de queda.
La doctora coincidió con Juan Marín, que ayer se reunió con los portavoces parlamentarios para abordar la situación de la pandemia. El vicepresidente de la Junta no descartó ninguna posibilidad dentro del abanico de competencias de la Junta, mientras que Salcedo admitió que se baraja el endurecimiento de las medidas. Ayer se decidió el aumento de las restricciones a nivel municipal y se decretó el cierre de la actividad no esencial en un total de 242 municipios –entre ellos Almería, Jerez y Marbella– y se amplió el confinamiento perimetral a 477, lo que significa que seis de cada diez municipios de la comunidad están clausurados, entre ellos, la capital y ciudad más poblada.
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