La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La generación del pico y la pala
Las necesidades de liquidez de la Junta le están llevando a rebajar el nivel de confrontación y convertirlo en una suerte de entendimiento con el Gobierno central. El próximo 4 de octubre tiene que hacer frente a 600 millones de euros de vencimiento de sus intereses de deuda, y sólo tiene dos mecanismos a su disposición. Los dos están en manos de Moncloa: el anticipo de 1.000 millones que ha solicitado y el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA). Del anticipo se está aún a la espera de una respuesta favorable, y del fondo aún no se ha despejado la fecha exacta a la que corresponde ese " finales de septiembre o principios de octubre" en el que se ha anunciado que se activará. Sea como fuere, el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, confirmó ayer, durante un desayuno informativo con la Asociación de Periodistas Parlamentarios de Andalucía (PEPA), que en sus fluidas conversaciones con el presidente Mariano Rajoy y la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, así como con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, estos le han dejado claro que Andalucía "no tendrá problemas" para afrontar esos vencimientos.
En cuanto a la cantidad con la que la comunidad acudirá a este fondo de rescate, ese término que ninguno de los dos gobiernos quieren utilizar, el Ejecutivo autonómico sigue sin atreverse a ofrecer una cifra concreta. Ni siquiera una horquilla. Tampoco parece que se trate de una estrategia de negociación, en la que mejor pedir de más ante la posibilidad de que el Gobierno central acabe quedándose corto ante las pretensiones de Andalucía. En ese juego no parece estar Griñán, y todo apunta a que los números cuadrarán con esas necesidades que se tienen que cubrir de vencimiento de deuda y con el techo de endeudamiento, contra el que la Junta sigue manteniendo una postura beligerante al verse perjudicada por tener menos margen, pese a ser una de las comunidades menos endeudadas. Eso se traduce en unos 3.000 ó 4.000 millones, un cálculo resultante de sumar los 1.525 millones de deuda que tiene por emitir -colocó 1.097 millones de los 2.622 millones que tiene autorizados para este año- y los 1.609 millones que vencen en este segundo semestre de 2012 de deuda antigua. Estos sumandos arrojan un saldo de 3.134 millones, a los que se podría añadir un colchón extra que le es necesario de liquidez para afrontar otras obligaciones como, por ejemplo, los pagos de facturas pendientes a proveedores, fin para el que FLA también estará disponible, como ayer confirmó el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta. "Este mecanismo va a contribuir a garantizar la devolución de la deuda pública que no pueda refinanciarse por sí misma y contribuir a que no haya ese embalsamiento de pago a proveedores", dijo.
Si la petición andaluza se queda dentro de esos márgenes de 3.000 ó 4.000 millones, estaría por debajo del grupo de cabeza en esta carrera por los 18.000 millones con los que estará dotado FLA, en el que Cataluña ya se ha apuntado a pedir 5.000 millones, seguida por Madrid, con 4.500, quedando por detrás Murcia, con 300.
Sobre si el FLA o si el dato del déficit andaluz del primer semestre, un 1,27% de este 1,5% fijado por el Gobierno, acabarán suponiendo nuevos ajustes, Griñán aseguró que estos deberán seguir haciéndose de forma "permanente". En cuanto al déficit, que supone que ya se ha agotado el 85% de lo permitido, le restó importancia al verlo como "un dato a tener en cuenta", anticipando que será en este segundo semestre donde se notarán los efectos de los ajustes puestos en marcha.
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