La ventana
Luis Carlos Peris
Reventa y colas para la traca final
Andalucía saca adelante sus cuentas
Tras un maratoniano debate, el Parlamento de Andalucía ha aprobado este jueves el proyecto de ley de Presupuestos de la Junta para 2020. Los votos de PP, Ciudadanos y Vox han permitido al Gobierno de Juanma Moreno ser el primer Ejecutivo autonómico con cuentas aprobadas para el próximo ejercicio. Se trata del segundo Presupuesto aprobado por populares y naranjas en menos de cinco meses, lo que demuestra que la buena salud de la mayoría que permitió, hace casi un año, el desalojo del PSOE de San Telmo.
El titular de Hacienda, Juan Bravo, se ha congratulado tras la aprobación definitiva por lograr unas cuentas que, en su opinión, "refuerzan la imagen de Andalucía". También ha tenido palabras para PSOE y Adelante Andalucía por su negociación y la inclusión de enmiendas en el trámite de los últimos meses. En total han sido "casi 70" modificaciones, aunque la mayoría llevan la firma de PP, Ciudadanos y Vox.
El presidente de la Junta ha mostrado su satisfacción por el éxito de sus segundos Presupuestos de los que ha destacado su "moderación" y que, en su opinión, dotan a Andalucía de "estabilidad económica y política". Tras agradece a su "socio extraparlamentario" el destacar el "diálogo" con el resto de fuerzas, ha defendido que el principal objetivo de estas cuentas es la "creación de empleo", sin mención alguna a las rebajas fiscales por las que abogaba hace sólo un año.
El resultado es un proyecto de cuentas de 38.549 millones de euros, el mayor d la historia autonómica. El gasto social sigue siendo el más importante, como se encargan de recordar los dirigentes de PP y Ciudadanos cada vez que pueden. En este sentido, la línea es la misma que la que llevaba el PSOE antes de abandonar la Junta, como han recordado los expertos del Observatorio Económico de Andalucía (OEA). Las principales diferencias están en la leve rebaja fiscal, por la cual el Gobierno se ha llevado un tirón de orejas de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, y en el inicio de un plan para reducir la Administración paralela que todavía está en fase embrionaria.
El autodenominado Gobierno del cambio despeja hoy su horizonte, como mínimo, hasta 2021, puesto que Juanma Moreno tiene la posibilidad de prorrogar estas cuentas en caso de que vea peligrar la entente que lo sostiene al frente del Ejecutivo. El trámite presupuestario finaliza, como suele ocurrir, en diciembre, pero antes de lo previsto, puesto que el equipo de Juan Bravo, titular de Hacienda, aceleró las negociaciones para evitar su coincidencia con la campaña de las elecciones del 10 de noviembre pasado.
El objetivo era evitar posibles fricciones en las relaciones entre los socios del Ejecutivo que comparten mesa en los consejos de Gobierno, pero, sobre todo, con la formación que, desde el Parlamento, permite a PP y Ciudadanos llevar a cabo sus políticas. La precaución era lógica si se tiene en cuenta el precedente de la negociación del Presupuesto vigente, el de 2019, que se aprobó en julio.
En plenas negociaciones para la conformación de los gobiernos autonómicos, Vox hizo valer su peso y estuvo a punto de hacer caer el primer proyecto de cuentas no socialistas de Andalucía. La formación de extrema derecha presentó un veto que mantuvo hasta horas antes del debate de totalidad. Sólo levantó la enmienda cuando Ciudadanos se avino a firmar, por primera vez, un pacto donde también estuviera Vox, a diferencia que en el proceso de investidura de Juanma Moreno.
En el segundo asalto presupuestario del año no hizo falta que presentaran el veto, tras llegar a un segundo acuerdo que abunda en el firmado el pasado junio. Iván Espinosa de los Monteros, que hace unos meses advirtió que la negociación del Presupuesto de 2020 no iba a ser un camino de rosas, ensalzó el pacto andaluz como ejemplo de lo que debe ser un acuerdo entre PP, Ciudadanos y Vox.
No obstante, la formación que comanda Alejandro Hernández -con un Francisco Serrano dedicado a otras labores- ha recordado en la recta final del debate estará "permanentemente vigilante" con el cumplimento de los acuerdos firmados o "dilación" en la puesta en marcha de determinadas medidas prioritarias para el la formación de Santiago Abascal, como el control de la administración paralela.
"Tener a Vox de forma hostil durante un año será sumamente incómodo", ha asegurado el diputado almeriense Rodrigo Alonso antes de aclarar que sería, eso sí, una "hostilidad democrática". "No entiendan esto como una amenaza", ha matizado después el portavoz del partido en materia de hacienda.
La duda que planea sobre el resto de la legislatura es qué puede ocurrir en caso de que Vox ejerza esas hostilidades. La pinza entre extremos ideológicos que se practicó en el Parlamento a mediados de los 90 para erosionar al PSOE de Manuel Chaves es una quimera. Vox y la oposición de izquierdas son como el agua y el aceite. A todo ello hay que sumar que en las bancadas que comparten PSOE y Adelante Andalucia tampoco hay demasiadas coincidencias.
Y a la aritmética del salón de plenos del antiguo Hospital de las Cinco Llagas hay que sumar la debilidad de un PSOE que se tambalea desde las elecciones del pasado 2 de diciembre con el liderazgo de Susana Díaz cuestionado. Tampoco facilita las cosas para los socialistas que los ecos de la sentencia de los ERE y la polémica de las "cajas fuertes" hayan monopolizado el debate de Presupuestos.
Al contrario que en julio, cuando fue el ex portavoz socialista Mario Jiménez quien valoró las cuentas recién aprobadas, la líder del PSOE andaluz ha calificado el presupuesto de "irreal" en su apartado económico. También ha asegurado que "no vienen a resolver los problemas de los andaluces", con una sanidad "en llamas" y problemas en Educación.
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