Juanma Moreno medita si contará con un vicepresidente en su nuevo Gobierno
En San Telmo diseñan estos días la estructura del Ejecutivo, donde habrá un referente político y otro económico
La política medioambiental tendrá mayor peso, aunque Agricultura siga unida con Medio Ambiente
Juanma Moreno ha desbloqueado casi el único escollo que ponía en riesgo su hoja de ruta para contar con un nuevo Gobierno antes del mes de agosto. De acuerdo con el resto de los grupos políticos, el consejero de Presidencia saliente, Elías Bendodo, ha conseguido poner fecha al debate de investidura los días 20 y 21 de julio.
Para que tome posesión al día siguiente, el Parlamento deberá comunicar el Rey la elección ese mismo día. El fin de semana lo dedicará a llamar a los futuros consejeros, de modo que el lunes 25 estén nombrados y el martes se celebre el primer Consejo de Gobierno. Resuelto el encaje de los tiempos, en lo que el presidente de la Junta está centrado ahora es en reordenar la estructura del Gobierno. Los nombres vendrán después, aunque algunos ya están en el cuaderno, pero lo que el equipo de San Telmo decide en estos momentos es si habrá una vicepresidencia, si ésta será económica o medioambiental, y cómo reagrupará departamentos que ahora sólo están unidos a causa de la coalición anterior entre PP y Ciudadanos. Es el caso de las consejerías de Justicia y Turismo.
Juan Marín, líder de Ciudadanos, terminó por asumir una vicepresidencia, y consejerías tan dispares como las de la administración de justicia, la promoción turística y la cooperación con los ayuntamientos. El número de consejerías se establece en 13, aunque habrá una redistribución de los carteras. La escisión de Medio Ambiente y Agricultura, que parecía cantada, pierde ahora fuerza.
El presidente de la Junta se tomará unos días de descanso la semana próxima, no mucho más de un fin de semana largo, y será a la vuelta cuando termine de ponerle nombres al nuevo Gobierno, así como a su estructural final. El cambio será profundo por dos motivos: porque ya no será de coalición y porque sale Elías Bendodo, titular de Presidencia y portavoz. Bendodo es una de las personas de mayor confianza de Moreno, por lo que, de un modo u otro, participará en el diseño del Ejecutivo. El presidente señalará dos personas de peso en el Ejecutivo, uno político y otro personal.
Fuentes cercanas a Moreno señalan que la principal preocupación es encontrar un buen sustituto a Juan Bravo al frente de la Consejería de Hacienda. La prisa que el presidente ha impreso a su investidura está relacionada con la aprobación del Presupuesto de 2023, que debe enviarse al Parlamento en el mes de octubre. No hay decisiones adoptadas y, en último término sólo corresponden a Moreno, pero uno de los posibles sustitutos de Bravo es Rafael Carmona, actual presidente de la Autoridad Portuaria de Sevilla y funcionario de la Cámara de Cuentas.
Sí hay un pequeño grupo de consejeros cuya continuidad se da por seguro. Marifrán Carazo, que seguirá en Fomento, aunque es posible que en 2023 lo deje para presentarse a la Alcaldía de Granada; Jesús Aguirre, titular de Salud, y Carmen Crespo, que aún no tiene asegurado que Agricultura y Medio Ambiente seguirán unidas. En los últimos días hay sectores profesionales que han solicitado que permanezcan de este modo, porque se considera que las competencias sobre agua deben seguir ligadas a agricultura.
Es una visión muy alejada del ecologismo que pregona Juanma Moreno, pero es posible que las mantenga juntas. No obstante, el presidente ha expresado su voluntad, durante la campaña, que ésta será la legislatura del agua, por lo que cobra importancia Juan Manuel Muñoz, que es el comisionado para el Cambio Climático en Andalucía. Hasta ahora, la proclamada "revolución verde" de Juanma Moreno no va más allá de anunciar el derribo -no ejecutado- del Algarrobico.
La elección del consejero de Presidencia no conlleva muchas dificultades. Moreno cuenta en San Telmo con personas que, a lo largo de la pasada legislatura, le han dado muestras de poder llevar la coordinación del Gobierno. Una de ellas es Antonio Sanz, viceconsejero de Presidencia, y el hombre que, de facto, ha llevado la gestión diaria de este departamento. La otra es Tomás Burgos, secretario general de Presidencia y ex secretario de Estado de Seguridad Social. El equipo nuclear de Moreno en San Telmo no cambiará; en cualquier caso, habrá algunas incorporaciones.
Otra persona que suena estos días es la ex ministra Fátima Báñez, aunque su nombre ya se ha convertido en un habitual del PP cada vez que se prevén grandes cambios. Sucedió cuando Alberto Núñez Feijóo eligió su dirección tras el congreso de Sevilla, y ocurre ahora con la mayoría absoluta del PP andaluz.
La idea confesa de Moreno es que no haya cuotas provinciales a la hora de fijar el Ejecutivo, pero esto es algo que siempre se acaba imponiendo. Si Patricia del Pozo dejase Cultura -ella o Loles López pueden ser presidentas del Parlamento-, el delegado del Gobierno en Sevilla, Ricardo Sánchez, podría entrar en el Ejecutivo. La onubense Loles López pasará a tener un puesto de responsabilidad institucional, por lo que dejaría que el cordobés Antonio Repullo pasase a ocupar la primera línea en el PP.
Queda por resolver si el presidente rescatará algunos de los consejeros de Ciudadanos. Durante la campaña, dio a entender que seguirá con Rocío Blanco en Empleo, aunque otros tres -Rocío Ruiz, Manuel Alejandro Cardenete y Rogelio Velasco- tienen interés en mantenerse en el nuevo Gobierno. Hay que considerar que el PP andaluz también querrá hacerse valer, tampoco permitirá que Juanma Moreno, aunque sea un líder indiscutido, le regale medio Ejecutivo al anterior aliado.
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