Juanma Moreno tiene dos semanas para convocar elecciones
Elecciones en junio
Juanma Moreno teme que Vox siga subiendo en Andalucía, aupado por las tensiones salariales que provocará el alza de los precios
Juan Espadas sostiene que el presidente de la Junta huye de las sorpresas que Vox dé en el Gobierno de Castilla y León
Juan Marín se prepara para una difícil carrera en la que aspira a obtener, al menos, cinco escaños
Semana Santa de aroma electoral. Macarena, el Cerro, el Cristo de los legionarios, el de la Exaltación, Osuna. Juanma Moreno ha ido de templo en templo para anunciar la buena nueva, pero sin confirmarla del todo. Su aliado, su vicepresidente Juan Marín, líder de Ciudadanos, la da por hecho. También el socialista Juan Espadas, que este lunes reúne a su Ejecutiva para poner en marcha la confección de las listas a las elecciones andaluzas. O 12 ó 19 de junio. Si fuera el primer domingo, que es el más probable, Moreno debería disolver el Parlamento el próximo martes. Hay Consejo de Gobierno, y es en Málaga.
Demasiados mensajes para que ahora dé marcha atrás. Demasiadas vueltas que convertirían la indecisión en un elemento de erosión de su credibilidad, porque si alguien ha hablado, y mucho, del adelanto electoral ha sido el propio presidente de la Junta, flanqueado, eso sí, por sus consejeros de Hacienda y de Economía como heraldos del final de la legislatura.
Junto al Cristo de la Exaltación, de las Reales Cofradías Fusionadas de Málaga, sin interrupciones telefónicas. Nueve horas dan para pensar. Juanma Moreno quiso escoger ese escenario, el del trono del Miércoles Santo que él ayuda a portar, para escenificar una meditación final que el socialista Juan Espadas ha calificado como un "postureo". A esas horas, tanto él, como el vicepresidente del Gobierno, Juan Marín, ya daban por hecho que Moreno había decidido adelantar las elecciones a junio, probablemente el 12 de junio. Los otros dos domingos de junio son válidos, pero el día electoral coincidiría con unas oposiciones a la Junta, con el Corpus de muchas ciudades y pueblos o con la primera gran escapada al litoral tras el final del curso escolar.
Tanto Juan Marín como Juan Espadas consideran que se trata de un error de cálculo de Juanma Moreno, al que le ha influido una razón técnica -contar con un Presupuesto de 2023 antes de que finalice el año- y otra estratégica, un temor a que Vox crezca en los próximos meses si la tensión salarial se nota en la calle como consecuencia de la inflación.
Susana Díaz, ex presidenta de la Junta, con la mano demasiado larga para anticipar elecciones, se adelantó en dos ocasiones con un argumento similar: la primera vez temía que Izquierda Unida, de era su socio de Gobierno, se podemizase; la segunda, que Podemos subiese aún más. Tanto miró a su izquierda que se olvidó de la derecha, donde tres partidos iban a rentabilizar unas ganas de cambio que aparecían en las encuestas desde 2008.
El argumento técnico de Moreno es impecable. Con las elecciones en junio, el Gobierno podría negociarse durante el verano y cumpliría con la norma estatutaria de entregar el proyecto de Presupuestos de 2023 en octubre en la nueva Cámara. Es lo que ha defendido el consejero de Hacienda, Juan Bravo, que este año ha tenido que trabajar con una prórroga presupuestaria. El argumento de la inflación es más débil, la Junta apenas cuenta con instrumentos para controlar la subida del IPC. Es más, será un primer problema para el nuevo Gobierno, porque los sindicatos solicitarán una subida de salarios para compensar el alza de los precios.
El PP andaluz ha ido a la baja
La otra razón es la táctica. Vox no ha parado de crecer en los sondeos desde que rompió, de modo formal, con Juanma Moreno. Según los sondeos del Centro de Estudios Andaluces (Centra), el PP contaba en junio de 2021 con una expectativas que iban de 48 a 52 escaños. Después, fue de 47 a 51. De 44 a 46, y la última, del barómetro de marzo, es una horquilla de 43 a 44 parlamentarios. Por el contrario, Vox no baja de 20, con tendencia a llegar a 22.
El PSOE se mantendría en una cifra similar a la última de Susana Díaz, sobre 33 escaños, lo que permitiría a Juanma Moreno apoyarse en Vox para la investidura, pero sin necesidad de nombrar consejeros y vicepresidente del partido de Abascal. Pero las distancias son mínimas.
Todos los demás parámetros son buenos para Juanma Moreno. Es el dirigente preferido para ser presidente y el PP se ha convertido en la formación que la mayoría considera más cercana a sus intereses. Tiene a su favor, además, un amplio malestar de la opinión pública con el Gobierno central.
Lo que ha animado a Juanma Moreno es el efecto de Alberto Núñez Feijóo en las encuestas. El líder gallego, por el momento, ha tirado de cuatro puntos para el PP en el sondeo que el CIS realizó después de ser elegido presidente del PP. Feijóo se implicaría en la que sería su primera campaña, arropado, además, por dos consejeros de la Junta, que forman parte de su dirección, Elías Bendodo y Juan Bravo.
La opinión de Juan Espadas es distinta. Opina que la coalición del PP con Vox en Castilla y León puede evolucionar mal, y convertirse en un mal reflejo para Moreno. Feijóo ha sorprendido, además, al PP andaluz con el rescate de una vieja propuesta de los populares, que se deje gobernar al partido más votado para que Vox no entre en los gobiernos. Sin embargo, en Andalucía esos hubiera supuesto un Gobierno de Susana Díaz, que fue la candidata más votada. Espadas cree que es posible repetir una victoria en votos si Vox mejora sus resultados y resta apoyos al PP.
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