Juanma Moreno rechaza el riesgo en un Gobierno de hormiguitas del PP
El presidente de la Junta tira de dirigentes del partido para un Ejecutivo a los que no habrá que enseñarles gestión
Composición del nuevo Ejecutivo andaluz
Al presidente de la Junta, Juanma Moreno, le gustan los consejeros muy trabajadores, ordenados y a los que no haya que enseñarles cómo se gestiona. Y así es como ha elaborado su segundo Gobierno, el que arranca esta legislatura nacida de la mayoría absoluta del PP. No ha arriesgado, no ha buscado un Gobierno bonito o no ha podido confeccionarlo, porque como el mismo ha admitido este lunes en una rueda de prensa no es nada fácil saltar de la empresa privada a la política, que está llena de peligros y no está tan bien pagada como la opinión pública cree.
El Gobierno anterior, el que salió del pacto entre el PP y Ciudadanos, corría el riesgo de bicefalia. Además de Juanma Moreno, contaba con Juan Marín, como vicepresidente y líder de los naranjas, y Elías Bendodo, tan leal como ambicioso; ambos formaron una pareja extraordinaria al servicio del presidente, y hay quien sostiene en el PP que se les echará de menos. Habrá que verlo, cada Gobierno tiene su propia dinámica, y éste está configurado para no cometer errores y cuenta con algunos dirigentes que tienen una larga trayectoria en primera línea política, caso de Antonio Sanz, el nuevo consejero de Presidencia, y José Antonio Nieto, de Justicia, Administración Local y Función Pública.
Sanz lo ha sido todo en el PP, desde militante de base de Nuevas Generaciones a secretario general del PP andaluz. Pasó a un segundo plano en el anterior Gobierno, pero era, de facto, quien gestionaba el día a día de la Consejería de Presidencia. En el nuevo organigrama de esta consejería queda definido el espíritu de un Gobierno de mayoría absoluta, donde el único líder es el presidente: es Presidencia quien asume el diálogo con sindicatos y patronal. No es en la Consejería de Empleo, como es habitual, donde Moreno deja a Rocío Blanco, paradigma de consejera trabajadora, ordenada y refractaria a las polémicas. Fue propuesta hace cuatro años por Ciudadanos, pero estuvo más cerca del PP que de los naranjas, aunque es independiente.
Sin bendodos ni vicepresidentes
Sanz fue un eficaz delegado del Gobierno en Andalucía durante los años de Mariano Rajoy, sabe qué es la política y el poder, pero Juanma Moreno aún no ha decidido quién será el portavoz del Ejecutivo. Esto explica bien el cambio, no habrá un Bendodo que acumule tanto poder, Presidencia y portavoz a la vez, casi "vicepresidente" como se le escapó a Juan Marín en una rueda de prensa, sino o un consejero de menos nivel en el escalafón o un periodista. Nieto fue un buen portavoz en el Parlamento andaluz; lo podría ser en el Gobierno, pero quizás sea demasiado para una persona que compitió con Moreno por el liderazgo del PP y que fue leal a Pablo Casado hasta el final.
Para portavoz valen Sanz, Nieto o Marifrán Carazo, la granadina que sigue al frente de la Consejería de Fomento. Pero Moreno aún no le ha puesto nombre al vocero.
Moreno no es rencoroso, lo ha demostrado con el nombramiento de este cordobés. Tampoco con el de Carolina España, la nueva consejera de Economía y Hacienda, a quien hasta ayer había gente en el PP que le recordaba su apoyo a Juan Ignacio Zoido en batallas pasadas. España puede ser tan dura en su dialéctica como la que más; es, como Sanz y Nieto, puro PP. O como Loles López, la nueva titular de Integración Social, que dejará la secretaría general del PP andaluz en los próximos días para ser sustituida, en esta función, por Antonio Repullo. Esta cantado cuando en el congreso del partido en Granada lo hicieron coordinador general.
Si hay un cargo que resume esta conjunción de experiencia y partido que ha buscado Moreno es el de la nueva consejera de Salud, Catalina García. Enfermera y dirigente del PP en Jaén, ha sido la viceconsejera de Jesús Aguirre, que tenía otro perfil, venía del Sindicato Médico, del mundo de los colegios y a quien su locuacidad le salvó en muchas ocasiones de errores en la gestión. Moreno podía haber escogido a Miguel Ángel Guzmán, el gerente del SAS, médico y con amplia experiencia en gestión sanitaria, pero ha optado por alguien del partido. Lo de Aguirre, ahora en la Presidencia del Parlamento andaluz, ha sido un premio y una salida de oro.
Más partido: Patricia del Pozo, histórica del PP sevillano, persona de confianza de Javier Arenas y excelente trabajadora. Recibe la Consejería de Educación, palabras mayores, el departamento de mayor riesgo junto al de Salud. Es significativo que Juanma Moreno haya creado una Consejería de Universidades, y que al frente de ésta haya colocado a un ex rector, de la Universidad de Córdoba, y ex presidente de la Conferencia de Rectores de España, tal era el incendio que Rogelio Velasco había dejado en este sector. José Carlos Gómez es uno de los cuatro independientes que están en el Gobierno, siempre que a Rocío Blanco se le quiera dar esta condición.
Del Pozo había sido consejera de Cultura, que es un área a la que el PP andaluz tampoco dedica muchos esfuerzos. En su discurso de investidura, Juanma Moreno sólo subrayó de este departamento que había ayudado al arte cofrade y había defendido expresiones culturales como la tauromaquia. De hecho, el presidente fusiona Turismo con Cultura, lo que en Andalucía es un buen binomio, pero pone al frente a un experto en el desarrollo turístico: Arturo Bernal.
Juanma Moreno ha optado, finalmente, por crear la Consejería de Medio Ambiente, como no podía ser menos para un presidente que presume de que él promoverá una "revolución verde" en Andalucía, pero le quita la gestión de aguas, que deja en la Consejería de Agricultura. Sin aguas ni ordenación del territorio, que sigue en la Consejería de Fomento, habrá que ver si el nuevo titular de Medio Ambiente, Ramón Fernández-Pacheco, actual alcalde de Almería, hace de este departamento algo más que un Parques y Jardines a nivel autonómico. Otra almeriense, Carmen Crespo, sigue al frente de Agricultura.
Jorge Paradela, consejero de Industria, es la guinda del Gobierno. Es posible que a Moreno le hubiera gustado contar con otros ejecutivos como Paradela, con un brillante currículum en la empresa privada, pero la política es dura, ingrata y peligrosa.
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