"Los centros educativos no pueden ser espacios para la revancha ideológica"
Entrevista a Javier Imbroda, consejero de Educación
El consejero pretende dejar la educación al margen de la lucha política tras un año en el que se ha enfrentado a las reivindicaciones de los profesionales y al 'pin parental'
"La deriva de Sánchez la vamos a pagar todos"
–¿Dirigir la consejería con el segundo presupuesto más alto de la Junta es motivo de ansiedad?
–Es motivo de responsabilidad. La educación es la herramienta transformadora de la sociedad. Estoy entrenado en la presión y asumo la responsabilidad como un estímulo.
–Anda visitando los centros educativos de toda Andalucía. ¿Algo le ha sorprendido?
–La necesidad de los profesores de comunicarse con la Consejería y hacerlo sin temor. Como representantes tenemos que escuchar lo que la comunidad educativa nos dice, aunque a veces no sólo quiera que se la escuche sino que se haga lo que quiere. Eso a veces no tiene encaje en el consenso de todos.
–¿En qué consiste ese gran pacto social por la educación que tanto cita?
–Permítame el símil: si nos encargaran hacer una selección de baloncesto, que son doce jugadores, todos los aficionados coincidiríamos en ocho o nueve: Pau y Marc Gasol, Ricky, Claver... Probablemente discutiríamos del décimo al duodécimo, pero no son los decisivos. En el pacto social por la educación tenemos que coincidir en lo verdaderamente importante, sobre todo por nuestros niños.
–¿Sobre todo?
–Es otra de las cosas que he descubierto este año, que pocas veces aparece la palabra niño en las conversaciones con los colectivos. Aparecen cuestiones particulares de los derechos, de sus historias... ¿Pero quién piensa en los niños?
–¿Hay que potenciar la enseñanza tecnológica?
–Las tecnologías no tienen sentido sin una base humanística. Son herramientas que ayudan a mejorar la salud, la educación... Pero no son un fin en sí mismas.
–¿Aparte del refuerzo estival, qué medidas propondrán para reducir el abandono y el fracaso escolar?
–Ese programa, que tantas críticas recibió y que va a seguir andando, formará parte de un plan integral de refuerzo que ya está en marcha en algunas zonas pero que se implantará por completo en el curso 2020-2021. Lo que queremos es que ningún niño se nos quede atrás. Tenemos unas de las tasas más altas de Europa. Me gustaría centrar ahí el foco y no perdernos en debates estériles.
–Se reunió recientemente con la ministra. ¿Qué tal fue?
–Fue una reunión muy cordial en la que coincidimos sobre los grandes temas de la educación, en esos ocho o nueve jugadores a los que nos referíamos antes.
–¿Algún compromiso?
–Me transmitió que también apuesta por la etapa infantil de los cero a los tres años, como nosotros Ahora hay que pensar en cómo dotarlo. Estamos expectantes, a ver cómo lo desarrollan.
–No es partidaria la ministra de financiar la educación segregada entre niños y niñas.
–De eso no hablamos. Eso va del jugador número diez al doce. A mí, personalmente, no me agrada esa educación, pero la respeto. Aunque piense que eso no representa a la sociedad, creo en la libertad de conciencia de las familias.
–Tampoco es afín a la libre elección de los centros y hay colectivos que piensan que eso favorece a los centros concertados.
–Hay gente que se apropia de la palabra comunidad educativa. No, refiérase a usted o a alguien que piensa como usted. Dicho esto, creo que la educación pública tiene que mirarse más a sí misma. No puedo pretender crecer arrinconando a la concertada. ¿Por qué temen a la concertada? Hay que convivir para que las familias puedan elegir libremente adónde enviar a sus hijos. Cuando alguien piensa en los otros se gasta energía en detrimento de lo tuyo.
–El Consejo de Gobierno aprueba mañana el nuevo mapa de escolarización.
–No habrá una revolución. Lo que queremos es hacer unos ajustes que faciliten las demandas de las familias, como reagrupar a los hermanos o dar facilidades a los deportistas de alto rendimiento. Hay municipios con cinco colegios públicos y uno concertado. Pues bien, todas las familias tendrán la oportunidad de ir al concertado, con una baremación por tramos de rentas. Habrá mayor acceso para las familias de clase media.
–Los docentes y los técnicos de FP le piden subidas salariales.
–Entiendo esa demanda y la comparto. No es fácil. Los recursos públicos son finitos. Muchas veces nos confundimos y nos comparamos con el País Vasco o Navarra, donde tienen un régimen fiscal totalmente diferente y juegan con ventaja. Por eso es justo elaborar una hoja de ruta para ir equiparando salarios de un modo progresivo. Próximamente lo trataremos en las mesas sectoriales, pero no se puede mentir ni tener una actitud de inacción.
–Los técnicos de integración social y de lenguaje de signos han convocado una huelga. ¿Son las protestas de los profesionales un quebradero de cabeza?
–Esos técnicos me dijeron que he sido el primer consejero que los ha recibido. Nadie antes les había hecho caso pese a vivir en una alarmante precariedad laboral. No sé cuántas veces nos hemos reunido para ver su situación. Y nos hemos preguntado cómo es posible que nuestros alumnos más vulnerables estén siendo atendidos por un colectivo con tal precariedad durante más de veinte años. No tiene nombre. Pero me llama la atención que afloren ahora esos temores y esas movilizaciones y no durante los veinte años previos.
–Hay docentes que se quejan de tener que ejercer más como trabajadores sociales que como profesores.
–Es imposible que un proyecto educativo pueda tener continuidad sin estabilidad en el profesorado. El 40% de los ciento y pico mil docentes de la red pública se movilizan de centro cada curso. Es imposible que así cuaje un proyecto educativo.
–¿Y cómo se resuelve?
–Estabilizando al personal. En un año y medio vamos a sacar más de diez mil plazas. La movilidad es algo que se acentúa en las 99 zonas desfavorecidas. Tenemos que racionalizar la movilidad, distinguiendo la justificada de la que no.
–También se quejan de ocupar más tiempo rellenando documentos que preparando clases.
–Y yo me he preguntado por qué ocurre eso. Es absurdo. Se ha creado una maraña normativa-administrativa que ha ido cargando el trabajo de los docentes, que deberían centrarse en su formación y en la docencia. Trabajamos para que la burocratización se reduzca.
–Otra queja es la de verse obligados por las directivas para inflar las notas.
–A ver, como consejero, yo eso no lo puedo contemplar.
–Ha expresado preocupación por la abstención en la FP.
–Tenemos un 35% de absentismo en el grado medio y un 25% en los ciclos formativos superiores. ¿Por qué? Pues porque la FP ha vivido con un estigma de ser de segunda o tercera categoría. Y no es así. Los jóvenes tienen que mentalizarse de que la FP es una etapa más en su formación permanente. La empleabilidad es muy alta.
–¿Y qué pasa entonces?
–Al llegar nos encontramos con que casi 20.000 jóvenes se quedaban sin plaza de FP cada curso y un 45% de paro juvenil. Uno se pregunta qué ha pasado. Pues sencillamente se han ido haciendo las cosas sin estar convencidos, con la salvedad de la lucha solitaria de los profesores.
–¿Qué hacer?
–Lo primero que hay es creer en la FP, estar convencido de su importancia. Hay que ajustar los ciclos formativos a las necesidades empresariales de los territorios y sin perder de vista a las pyme, que es la principal red empresarial. Y allá donde estén las necesidades llevaremos la formación. Es el mejor modo de crear empleo.
–¿Le molesta que le recuerden que, antes de entrar en la Consejería, formó parte de una empresa dedicada a la FP Dual y que por tanto tenga conflicto de intereses?
–No. Me molestaría más no tener pasado. Pero hay que comer y mantener una familia. Pero fíjese cómo están las cosas que, para dar el paso a la política, tuve que vender mis participaciones de la empresa. Y lo hice antes de saber que iba a ser diputado y mucho menos consejero, pues sabía que me metía en un mundo donde esas cuestiones no se perdonan. Hay gente que quizá no haya tenido una vida satisfactoria y vive de descargar sus frustraciones sobre los demás.
–Ha repetido que lo pueden acusar de muchas cosas menor de mentir. ¿Es su signo de distinción con respecto a los demás?
–Como consejero me puedo equivocar, pero no mentir. Y lo que he visto en este tiempo es que la mentira se ha convertido para algunos en su herramienta de trabajo, algo que provoca el descrédito de las instituciones y de los representantes políticos. Está haciendo un daño enorme.
–Ha reiterado también que pretende mantener la ideología al margen de la educación. ¿No cree que no tener ideología es ya una ideología?
–Esto no va de semántica. Los centros educativos no pueden ser espacios de revancha ideológica. Dejen a nuestros niños tranquilos y concentrémonos en su formación y en la de los docentes. La educación es algo vivo que debe ir al ritmo de las demandas sociales.
–¿Y el pin parental?
–Es un debate superado. Mejoraremos la información a las familias sobre los proyectos educativos, aunque sea algo que ya conocen los consejos escolares de los centros, en los que están representados los padres. Lo que quizá ocurra es que los padres no se enteran. Oye, dirán, yo tengo confianza en el centro y sigo con mi trabajo, cosa por cierto que tiene que seguir así. Puede ser que a algún padre no le haga gracia una actividad, pero es el centro educativo el foro donde se debe manifestar. Y, luego, si hay algún problema, están las delegaciones territoriales.
–¿Le constan incidentes en los centros con esas actividades?
–En un año hemos tenido constancia de dos incidentes sin importancia. [El viernes, después de esta entrevista, se informó de una más en Almería]. Fueron dos actividades que se quitaron. Es verdad que podemos mejorar la información. Le daremos más visibilidad con una web o una aplicación, en las que los padres puedan consultar las actividades. Es un debate que hizo mucho ruido, pero que no nos llevaba a ningún sitio.
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