Un feliz encuentro para inaugurar la Bienal

Bienal de Flamenco

‘Re-fracción (desde mis ojos)’, un espectáculo de Eva Yerbabuena con dirección de escena de Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola, inaugura el sábado en el Teatro de la Maestranza la XXII edición de La Bienal

Eva y Juan Kruz sonríen satisfechos entre la foto del cartel de la Bienal y la que dio origen al mismo, obra de Colita.
Eva y Juan Kruz sonríen satisfechos entre la foto del cartel de la Bienal y la que dio origen al mismo, obra de Colita. / M.G.

Chema Blanco, director de la XXII Bienal de Flamenco de Sevilla, no podía disimular su satisfacción en la presentación de Re-fracción (desde mis ojos), el espectáculo que dará inicio a una muestra que va a llenar de flamenco la ciudad hasta el próximo día 1 de octubre. “No podía soñar otra inauguración más bonita. Primero por tener a Eva, que ya es un lujo, y luego por haber podido sumar el talento de Juan como director de escena. Es un auténtico sueño”, afirmó.

Eva, como todos ya saben, es la bailaora Eva Yerbabuena y Juan, poco conocido aún en ámbitos flamencos, no es otro que Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola. A ambos los llamó y los puso a trabajar hace unos meses para que el día 10 de septiembre se encargaran de abrir, con todos los honores, la presente edición de la popular muestra.

En la espléndida madurez de la cincuentena, Eva sigue siendo una de las bailaoras más grandes del panorama flamenco actual, pero, además, la artista ha sido y sigue siendo una enamorada de la escena.

Desde sus comienzos, como hemos podido ver Bienal tras Bienal, desde aquellos reveladores Eva y 5 mujeres 5 (en las Bienales de 1998 y 2000 respectivamente) hasta el delicioso Cuentos de azúcar de la Bienal de 2018, la granadina ha tratado de trascender siempre su baile para trasladar al espacio escénico, en cada momento vital, sus poetas o filósofos de cabecera y su complejo mundo interior. Algo para lo que siempre ha buscado alianzas, con mayor o menor fortuna, equivocándose algunas veces, pero arriesgándolo todo en su búsqueda.

En esta ocasión, ella misma define su primera cita con Díaz de Garaio Esnaola como una de las experiencias más enriquecedoras de su vida. Así, tras agradecer la llamada y la confianza de Chema Blanco, Yerbabuena solo tuvo palabras de elogio para el director de esta Re-fracción, coproducida, además de por la Bienal, por el Teatro de Nimes, los teatros del Canal de Madrid y el festival de Biarritz. Pensado en un principio para el sugestivo espacio de las Atarazanas, el retraso en las obras del mismo ha obligado a trasladar el espectáculo que, finalmente, se verá el sábado en el gran escenario del Teatro de la Maestranza.

“Tanto Chema como yo conocimos el trabajo de Juan Kruz gracias al espectáculo Romances, con el que el guipuzcoano obtuvo el Giraldillo a la mejor Dirección Escénica de la Bienal de 2012. El trabajo nos encantó. Ahora, después de estos meses de trabajo, puedo decir que el camino que hemos recorrido juntos ha sido maravilloso, sublime porque los dos nos hemos entregado sin límites. Un día me dijeron algo que no he podido olvidar y es que la vida empieza donde acaban los límites", confesó Eva

Ambos proceden de ámbitos diferentes. El guipuzcoano se tituló en el conservatorio de San Sebastián y se diplomó como contratenor en la Academia de Música de Ámsterdam antes de convertirse en bailarín y comenzar una larga y fructífera etapa en la compañía berlinesa de Sasha Waltzs, con la que visitó en varias ocasiones el Teatro Central.

Romances (con la cia. de Estevez y Paños), su primera inmersión en el flamenco, fue la única producción -y salió adelante gracias a la colaboración del Mercat de les Flors- de una Bienal de 2012 a la que la crisis económica había dejado sin presupuesto.

Más tarde, Díaz de Garaio realizó algunas colaboraciones para el Ballet Flamenco de Andalucía (bajo la dirección de Rafael Estévez) y recientemente ha dirigido el primer espectáculo de Sara Jiménez, Adioses.

“Y aquí estoy con Eva”, declaraba feliz en la citada presentación. “Antes que nada quiero aclarar -prosiguió- que lo me atrajo de la propuesta no fue ni la palabra flamenco, ni Bienal ni inauguración sino, todo lo que venía con Eva… y lo que podía venir. A pesar de las diferencias, ambos compartimos una edad y una trayectoria muy parecidas y ambos nos hacemos las mismas preguntas: sobre nuestra identidad (la de verdad y la que nos atribuyen los demás), lo que debemos llevar en nuestra maleta a estas alturas y lo que debemos soltar porque no es más que lastre… Ha sido muy bonito afrontar juntos esas preguntas, tanto dentro como fuera de la escena”.

Según su director, el espectáculo está inundado de flamenco porque no podía ser de otro modo tratándose de Eva

Ante la manía de poner etiquetas, dado el interés que la bailaora ha demostrado siempre por los lenguajes contemporáneos, Díaz de Garaio aseguró que “durante el proceso no nos hemos planteado nunca términos como fusión o contemporaneidad, y está claro que el espectáculo está inundado de flamenco, como no podía ser de otro modo tratándose de Eva. A mí se me ha llamado y yo he venido con mi experiencia, con mi poesía y también con mis límites y puedo afirmar que el motor de todo nuestro trabajo ha sido el encuentro: Eva y Juan, o Juan y Eva, sin jerarquías. Yo ni he buscado ni tengo ninguna verdad absoluta, ni sobre ella ni sobre mí ni sobre el flamenco. Como director, sencillamente he querido encontrar a Eva, ver si había otras luces que nos la revelaran (incluso a ella misma) de forma distinta, pero en ningún momento he intentado transformarla”.

Respecto a las dificultades que conlleva cualquier proceso creativo, ambos confesaron que, ante cualquier conflicto o disparidad de criterios, la solución no fue nunca buscar un compromiso sino lugares nuevos en los que todos pudieran encontrar satisfacción.

Finalmente, Eva agradeció el trabajo de todo el equipo que los ha acompañado, especialmente el de su marido, el guitarrista y director musical Paco Jarana. Con su baile (porque Juan Kruz también baila) estarán en el escenario el cante de Miguel Ortega, Alfredo Tejada y Antonio Gomez “el Turry”, la viola de gamba de Pilar Almalé, la percusión de Daniel Suárez y el fantástico compás (baile y percusión) de Jose Manuel Oruco.

En la página web de la Bienal, se dice que el espectáculo estará compuesto por escenas o piezas como Brumas, Mi soleá, otra, Ábreme la puerta que vengo cansado… pero lo mejor será olvidarse de los nombres, sentarse en la butaca del Maestranza con los sentidos abiertos… y disfrutar.

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