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Griñán nunca estuvo aquí

Los socialistas de Alcalá de los Gazules asisten atónitos al final de la leyenda del 'clan' que reinventó el PSOE en Cádiz

Griñán nunca estuvo aquí
P. Ingelmo / Alcalá De Los Gazules

06 de abril 2011 - 07:37

"Probad el corzo con salsa de moras", recomienda Ángel Pizarro, que regenta en Alcalá de los Gazules el restaurante Pizarro, fundado en 1949 por su padre, padre también de Luis Pizarro, el dirigente socialista que con su dimisión como consejero de Gobernación ha cerrado una leyenda socialista, la del clan de Alcalá; el hombre que, para muchos, con su gesto de lealtad a un paisano, Gabriel Almagro, ya ex delegado provincial, ha encendido la mecha que dinamita el PSOE de Andalucía, el PSOE cuyas tripas hizo funcionar desde la fontanería durante treinta años. Corona el establecimiento la Virgen de los Santos, rodeada de imágenes de Alejandro, el sobrino de Ángel y Luis, el hijo de María. Alejandro Sanz, el cantante. Dentro, en el comedor, una foto sitúa a un maduro Felipe González, con cazadora de ante, en la ventana de la cocina, explicando cómo quiere los garbanzos con tagarninas.

"Y por aquí viene mucho Alfredo (Pérez Rubalcaba), lo menos dos veces al año", afirma Ángel, que nunca se metió en política. Ángel tiene muchas más historias: "Durante los años de la clandestinidad aquí estaban todos. Se reunían en el campito de El Sordo Blanco, que era el padre de los hermanos Blanco, José Luis y Coco, otros dos históricos. Yo era el encargado de llevarles los bocadillos y las cocacolas, pero la guardia civil siempre estaba a la entrada del pueblo, por lo que tenía que dar un rodeo con el ciclomotor por toda la carretera de Benalup y llegaba allí y estaban con Alfonso (Perales) y Luis (Pizarro) los Chaves, los Guerra, los González... todos los que luego fueron algo". "Por cierto, ¿Griñán ha venido aquí alguna vez?". Ángel pone cara de extrañeza: "¿Griñán? No, Griñán nunca estuvo aquí".

En un vericueto del pueblo hay una fachada de una casa, aparentemente abandonada, con un azulejo. Es el homenaje a Diego Valle, el visionario que en 1887 constituyó la primera agrupación del PSOE en la provincia de Cádiz. Lo hizo en un pueblo de jornaleros que con el tiempo se impregnaría de anarquismo. Esta casa pertenece ahora "a un inglés", nos dicen los vecinos. "¿Y el inglés?" "¿El inglés? Vino al principio, hace unos cinco años, pero luego nunca más se supo. Hubo un tiempo en que venían muchos ingleses para comprar casas, pero hace mucho que ya no vienen". Enfrente, una casa se cae a pedazos y las tejas amenazan a los viandantes del pasadizo. "Esta casa va a pegar un día un perchazo, tiene ciento y pico años...", ilustra alguien que pasa por allí.

Alcalá de los Gazules aparece en muchos imaginarios como el punto central de algo parecido a una logia, el axon que tenía descargar toda sinapsis del socialismo andaluz para que funcionara el sistema nervioso de la organización. Lo resumía una chirigota ilegal en los 80 que llevaba por nombre 'Autopista hacia Benalup' cuando cantaban con la música de La Puerta de Alcalá aquello de "mírala, mírala, mírala, todos son de Alcalá". Hacia referencia al poder que habían acumulado en el aparato los asiduos de la finca del Sordo Blanco, una influencia que se ha perpetuado durante décadas y que parecía que saltaría de generación con la llegada de la joven Bibiana Aído, hija de Francisco Aído, el que fue el primer alcalde democrático de Alcalá, al gobierno de Rodríguez Zapatero. Desde el pasado lunes, nadie de Alcalá cuenta con un instrumento de altos vuelos en el partido. ¿El fin de una época? No todo es tan sencillo. El clan no es monolítico. José Luis Blanco ahora es un hombre cercano a Griñán y Francisco y Bibiana Aído se encuentran muy alejados de Pizarro.

Javier Pizarro es el hijo de Luis y mano derecha del actual alcalde socialista, Arsenio Cordero. Ambos se encuentran aplastados. No tiene que ver con el terremoto político del lunes, sino con el terremoto de cada martes. Comen pipas en el salón de plenos para relajarse. Su terremoto de cada martes está relacionado con las audiencias semanales. Cada uno se ha repartido a treintaypico vecinos. Las demandas son las de todos los martes: no hay para pagar la luz, tengo que ir al hospital y no tengo los 15 euros para el autobús, no tengo dinero para las medicinas de los niños, no me llega para la hipoteca... La cola baja por las estrechas escaleras del salón de plenos y llega al vestíbulo. Alcalá de los Gazules es un pueblo con 5.800 habitantes y 900 parados. Unos 400 de ellos regresaron al pueblo con la onda expansiva del estallido del ladrillo. No menos de 200 viven de la ayuda social. Es quizá el pueblo con menos paro de la comarca, pero eso no consuela. "Esto es la política real. Esta es la universidad de la política", reflexiona Cordero.

En un paseo por el pueblo, Arsenio y Javier van señalando el legado de Luis Pizarro en el pueblo: "Yo sé -afirma Arsenio Cordero- que hay mucha gente que dice que Luis y Alfonso se fueron a hacer gran política y se olvidaron del pueblo, pero yo te puedo demostrar que no es así. La pasada semana Luis vino aquí a poner la primera piedra de la nueva residencia de ancianos, con más de 120 plazas (y señala un edifico hueco en el que trabajan un buen número de obreros en la plaza del Ayuntamiento), hizo posible la nueva jefatura de la Policía Local (y muestra la placa que acredita con el nombre de Luis Pizarro la inauguración), consiguió los fondos para el segundo polígono, hizo posible la obra de la travesía, el soterramiento de los contenedores... Luis no ha estado nunca lejos de su pueblo".

En el bar Dominguito, Cristóbal sirve botellines de cerveza y Javier hace un poco de historia cuando se le pregunta si su padre, "que parece tan callado en público, cuenta batallas en privado". "Sí, sí, claro que las cuenta, sobre todo de los años de la clandestinidad..." La historia es la de un pequeño grupo de jóvenes, con Alfonso, Pepe Blanco y Luis a la cabeza, que juegan al ajedrez y maman de Juan Perales, el Viejo Coronel, un luchador de la Guerra Civil que salvó la vida varias veces de milagro, las ideas anarquistas que impregnaron al pueblo en los años 30. Es también la historia de Antonio, un electricista que llega de Sevilla para trabajar en la construcción de una barriada y cuenta a estos jóvenes inflamados de revolución la existencia de un socialismo real llamado socialdemocracia y que hay un tipo en Alemania que se llama Willy Brandt que está cambiando las cosas. Cuando el electricista abandona el pueblo, Luis y Alfonso ya conocen a Felipe y Guerra y ya tienen claro lo que quieren hacer. Es la hora de volar. Así nace el clan de los Gazules, la célula socialista que reinventó el PSOE en Cádiz y que protagonizó el 'mírala, mírala, mírala, todos son de Alcalá'.

No todos comparten esta visión legendaria del grupo que mayor influencia tendría sobre el socialismo andaluz durante más de dos décadas. Los parroquianos del bar se muestran escépticos cuando se han marchado Arsenio y Javier: "La política es para quien quiera y sepa vivir de ella", filosofa uno. Otro va más allá y es tajante al asegurar que "su trabajo debería ser resolver nuestros problemas, no suicidarse ellos con los suyos". Sorprende el análisis político a la hora del reposo del botellín: "Aquí lo que ha pasado -explica doctoralmente un trabajador de la cercana obra de la residencia de ancianos- es que Griñán ha querido pegarle una patada a Chaves en el culo de Pizarro vía Gabriel. Vamos, que no sabía Griñán que si se cargaba a Gabriel, conociendo cómo es Luis, no iba a sonar el portazo. Griñán creía que todo el mundo iba a decir que ahora manda él. Pero la gente no dice eso. En Madrid no han dicho eso, no, no, han dicho mira qué cosa ha pasado en Andalucía. Será por lo de los Eres..." Y seguiría si no fuera porque en la televisión pasan a las noticias deportivas, que sí que provocan un acalorado debate, al punto que uno de los parroquianos lanza un aspaviento y exclama: "¡¡Este Mourinho va a reventar a Cristiano para toda la temporada!!".

Chaves nombró a Luis Pizarro, su fontanero de toda la vida, consejero pocos días antes de la fiesta de San Jorge, que se celebra a finales de abril en Alcalá. Los escoltas se pusieron a su disposición de cara el fin de semana: "¿Escoltas yo? ¿En mi pueblo?". El lunes Javier llamó a su padre nada más conocer su dimisión. "¿Cómo estás?" "Magnífico. Y vosotros a trabajar, que hay elecciones". La primera medida de la agrupación socialista de Alcalá de los Gazules fue nombrar al cesado Gabriel Almagro coordinador de campaña. La segunda fue decirle a la imprenta que cambiaran el cartel de San Jorge. Debajo del nombre del pregonero, Luis Pizarro, habría que cambiar el cargo de consejero por el de parlamentario. "Pregonero de San Jorge. Pocas cosas le hacen tanta ilusión", aventura Arsenio Cordero.

El próximo sábado, como cada sábado, cuenta Ángel, Luis se pondrá su sombrero de paja y se sentará en la terraza del bar Pizarro, el lugar en el que nunca comió Griñán. Hay quien dice que el clan de Alcalá es pasado, aunque posiblemente lo fuera hace mucho tiempo, cuando todo se resquebrajó entre ellos. Susana Díaz, secretaria de Organización del PSOE, despachó el lunes esta larga historia con un simple "se ha solucionado en dos horas".

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