Griñán ultima un profundo cambio de Gobierno con menos consejerías
El presidente de la Junta acometerá su cambio de Gobierno de modo inminente: habrá de tres a cuatro consejerías menos · La posibilidad de hacerlo en julio se ha desechado
JOSÉ Antonio Griñán ultima la remodelación de su gabinete. La gestación de su segundo Gobierno va llegando a su fin, saldrá de cuentas en los próximos días, y habrá una reducción de tres a cuatro consejerías. La idea de retrasar la crisis gubernamental hasta el mes de julio ha sido desechada. Eso es, al menos, lo que opinan algunas fuentes socialistas, que colocan la crisis en torno a la Semana Santa. Sin embargo, en las últimas horas se ha impuesto la certeza de que los cambios se producirán de manera inminente, hasta el punto de que no se puede descartar el día de mañana o algún otro de la semana entrante. Las modificaciones no sólo supondrán el cambio de nombres de algunos de los titulares de las consejerías, sino que habrá una reestructuración del organigrama del Gobierno en el que la actual consejera de Educación, Mar Moreno, pasará a tener mayor peso.
La Ejecutiva del PSOE ha sido convocada para mañana por la tarde. Es normal que la dirección socialista se reúna los lunes, aunque por la mañana. La denominada interparlamentaria, que reúne a senadores, congresistas y parlamentarios socialistas, también se verá con Griñán el próximo miércoles. El presidente del Gobierno andaluz debe informar a la Ejecutiva de las modificaciones de su Gabinete; es una comparecencia casi obligada, aunque no recogida en los estatutos de su partido. Sí lo es, sin embargo, el otro cambio pendiente y que también debe acometer pronto: la renovación de la dirección del Grupo Parlamentario Socialista, en el que se incluye el portavoz en la Cámara, y para el que siguen sonando el secretario de Huelva, Mario Jiménez, y el ex consejero Paulino Plata.
Hay una razón de peso para que los cambios se adelanten: el actual Ejecutivo ha entrado en una suerte de interinidad; los consejeros "están -en palabras de Javier Arenas- en espera de destino", y no hay entrevista al presidente en la que no se le pregunte por la crisis futura, y ésta es una incógnita que le perseguirá hasta que no termine de despejarla.
La insistencia de las preguntas sobre la crisis -la última, el pasado viernes en los Desayunos de TVE- ha llegado a tal extremo que el presidente está utilizando de modo recurrente la siguiente expresión: "Como todavía no he llegado al río, no voy a cruzar este puente".
Pero este afán por intentar averiguar cómo será su nuevo Gobierno tiene sus consecuencias reales; es como la profecía autocumplida, o lo que se ha venido en llamar la presión mediática, la misma que se invocó para atajar la bicefalia que mantuvieron hasta el pasado sábado Manuel Chaves y el presidente de la Junta.
Una vez que Griñán ha salido triunfante de su congreso, con una Ejecutiva hecha a su medida y con la satisfacción de que los secretarios provinciales trabajaron en la dirección que él solicitó, ahora tocan otros dos cambios para controlar toda la maquinaria socialista. El primero, la modificación del grupo parlamentario y el segundo, la del propio Gobierno, que conllevará la reducción de tres a cuatro consejerías (de ser así, de las 15 actuales a 12 u 11), lo que suma, además de una disminución de sus titulares, la de 12 delegados provinciales toda Andalucía. Pero, además, de la citada presión mediática, hay otros dos motivos de peso para reventar la crisis: visualizar el cambio y dar un ejemplo de austeridad.
José Antonio Griñán se despidió ayer de Rodríguez Zapatero, con una lista de tareas donde los principales asuntos pendientes han quedado superados. El más importante es el de la deuda histórica, que se cierra después de 30 años de negociaciones y cerrazones con los gobiernos centrales. La estancia de dos días de Rodríguez Zapatero debe ser entendida, también, como un apoyo al presidente Griñán una vez elegido secretario general del PSOE.
El presidente comienza a tener huecos en su agenda a partir de mañana lunes. Tanto para el cambio del Gobierno como para el de la dirección de grupo parlamentario se baraja un plazo que va de mañana a la Semana Santa. Incluso, los días posteriores, cuando está previsto que Griñán se reúna con el grupo parlamentario.
El problema de los días de pasos, palios y capirotes es que el Jueves Santo se echa la baraja en Andalucía, y la mayoría opta por marcharse de vacaciones. El presidente también está para unos días de asueto después de tanto congreso, visitas y negociaciones. Y si hay un temor que comienza a instalarse en el PSOE es el de revivir una Semana Santa tan movida como la pasada, cuando el Domingo de Ramos se filtró la salida de Manuel Chaves y la formación del nuevo Gobierno duró, prácticamente, hasta la víspera de la Feria de Abril de Sevilla.
Las quinielas sobre la reducción de las consejerías son tan extensas como las permutaciones de las 15 cifras, aunque la salida de Rosa Torres (Cultura) para dedicarse a la presidencia del PSOE o de Juan Espadas (Vivienda) para candidato a la Alcaldía de Sevilla le resolvería parte del trabajo si uniera Cultura con Educación o Vivienda volviera a Obras Públicas. Hay quien apuesta -y esto sólo son especulaciones- por una Consejería de Hacienda reducida, por una Consejería de Gobernación con las competencias de administraciones públicas o con una Educación que asuma universidades y formación. O por una consejera portavoz, desde Rosa Aguilar a María Jesús Montero. Pero en eso la razón acompaña a Griñán: si todavía no ha llegado al río, para qué hablar de cómo cruzará el puente. Sí parece claro que algunos de los consejeros o consejeras que salgan puedan presentarse a las elecciones municipales.
Algunos griñanistas extremos -fervorosos rupturistas con la época chaviana- desean que alguna provincia se quede sin consejeros, de tal modo que se visualice el fin del sistema de cuotas territoriales y la victoria de la meritocracia como fin último de este partido fundado por un tipógrafo que nunca soñó, sin embargo, con ser un catedrático de Semiótica. Una idea, sin duda, que sería abrazada por Javier Arenas, a quien le dejarían otra provincia para abonarla con ese fertilizante tan potente que es el agravio.
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