Griñán se queda sin el número dos
El presidente no convenció a Velasco para que siguiera en la vicesecretaría general · En el PSOE se asume que la dimisión supone un daño · El viernes se reunirá una Ejecutiva de la que puede salir el sustituto
José Antonio Griñán no pudo convencer a su hombre de confianza en el partido, Rafael Velasco, para que siguiera en la vicesecretaría general después de que éste tomase la decisión personal de dejar todos sus cargos relacionados con la política. Aunque la dirección socialista informó el martes que Griñán le había aceptado la dimisión como diputado autonómico por la provincia de Córdoba, pero no como número dos del PSOE, la cruda realidad se hizo abrió paso ayer: Rafael Velasco lo abandona todo.
El dimitido explicó su situación personal durante más de tres horas a Griñán, a la secretaria de Organización, Susana Díaz, y al portavoz parlamentario, Mario Jiménez, en una reunión que los cuatro mantuvieron el martes en la sede del PSOE andaluz. Las informaciones que indicaban que la esposa del ex vicesecretario impartía en su academia cursos de formación de parados financiados por la Junta habían afectado a la salud de ésta, ya que estaba afrontando un embarazo de riesgo precedido de problemas mayores. El lunes por la noche necesitó asistencia médica. Fue el hecho definitivo.
Susana Díaz, la secretaria de Organización del PSOE y la mujer que, de momento, se ha convertido en la persona de mayor importancia en este partido tras José Antonio Griñán, fue especialmente dura ayer al juzgar el papel del PP y de "los profesionales de la destrucción personal". "Han destrozado -dijo- su vida familiar, y han puesto en riesgo la vida de su mujer y de su futuro hijo".
Pero la salida de Rafael Velasco de la dirección a la que llegó el pasado mes de marzo deja un importante hueco en el PSOE que va a obligar a Griñán a reconsiderar el papel de cada uno de los miembros de la Ejecutiva que le acompañaron en el congreso del que salió elegido secretario general en sustitución de Manuel Chaves. Fuentes de la dirección socialista admitieron ayer desde el Parlamento que este hecho les puede hacer "daño" y, aunque comprenden la situación personal del ex vicesecretario, lo juzgan como "un error" que ha convertido un asunto regional en un tema de proyección nacional.
Velasco no era sólo el vicesecretario general y el hombre que había asumido la secretaría de Relaciones Institucionales (un número dos y el cuatro, a la vez, en la escala del partido), sino la persona de confianza que recogía los encargos más delicados, tales como las negociaciones con todo lo relacionado con las cajas de ahorros. A su vez, Velasco ejercía en cierto modo de nexo de unión entre la dirección de Griñán y la anterior de Manuel Chaves y Luis Pizarro, porque no en vano fueron los que le auparon a puestos relevantes de la dirección.
En rueda de prensa, Susana Díaz negó ayer en dos ocasiones que el PSOE hubiera entrado en crisis, y mantuvo que las competencias de Velasco las asumirían "los 42 hombres y mujeres" de la dirección socialista. Si no se producen otros pasos, Susana Díaz se convertirá por escalafón en la persona fuerte en el partido, mientras Rosa Torres, la presidenta, asumiría un papel de representación institucional. Díaz insistió en que la Ejecutiva que salió del pasado congreso era "polifónica", que es lo que Griñán había demandado; es decir, que fueran varias voces las que hablasen desde el partido. Lo cierto es que en estos meses sólo han figurado Rafael Velasco y la propia Susana Díaz, mientras que el resto de los miembros han carecido de la suficiente proyección pública.
La dirección socialista va a celebrar una reunión mañana viernes para resolver este asunto de un modo u otro: cómo ocupar este hueco. Para ello, ya están sondeando a los secretarios provinciales, que se sumarán a esta importante reunión. Al día de hoy, no se puede descartar que el PSOE convoque un comité director para elegir un vicesecretario en sustitución de Velasco, aunque este cargo no es obligatorio en el organigrama socialista. Susana Díaz mantuvo ayer que las funciones se repartirían según los Estatutos del PSOE, pero al ser interrogada en varias ocasiones por este asunto, llegó a decir un "ya veremos".
Los cargos de vicesecretario general sólo lo han ocupado personas muy destacadas en el PSOE andaluz, y de hecho, Rafael Velasco accedió al cargo a sus 37 años porque antes del congreso extraordinario, el secretario provincial de Cádiz, Francisco González Cabaña, podía convertirse en uno de los cargos más destacados de la Ejecutiva. En previsión de la entrada de Cabaña, a Velasco se le elevó el rango a vicesecretario general, y ahí se quedó a pesar de la espantada del secretario provincial de Cádiz en pleno congreso que, finalmente, renunció a la secretaría de Política Institucional en pleno congreso.
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