Griñán no será un presidente de transición y se presentará en 2012
La salida de Chaves y la vacante en la Consejería de Economía obligarán a un cambio de Gobierno en Andalucía que se aprovechará para fortalecer el gabinete, por lo que no se descartan algunos cambios más.
José Antonio Griñán no será un presidente de transición. La hoja de ruta que el núcleo duro del PSOE andaluz ha preparado durante las dos últimas semanas no pasa por la convocatoria de un congreso extraordinario del partido ni por la consideración de buscar un nuevo candidato para el año 2012, fecha de las próximas elecciones autonómicas. Griñán sustituirá a Manuel Chaves y ejercerá como presidente con todos los poderes, lo que incluiría algún cambio de consejeros en el gabinete con el objetivo de afrontar la crisis con un equipo mucho más sólido. Una fuente de la dirección socialista aclaró ayer a este medio que la solución buscada a la salida de Manuel Chaves no es transitoria, aunque poco más se ha sabido de cómo se producirá y es que en el PSOE, tanto el andaluz como el nacional, se guardó ayer un absoluto mutismo sobre los cambios de Gobierno, toda vez que a Rodríguez Zapatero se le ha venido abajo la cronografía que había preparado para esta crisis.
El malestar del presidente por la publicación de la noticia antes de que él lo tuviera previsto es evidente: los cambios gubernamentales han eclipsado su mediática ruta por Europa, que incluía su participación en el G-20, la foto con Obama y la cita en Estambul de la Alianza de las Civilizaciones. Como colofón a la gira, los nuevos ministros debían tomar posesión mañana miércoles, de tal modo que la operación se vendería como un nuevo impulso contra la crisis económica y un fortalecimiento frente a las elecciones europeas.
La inclusión de Chaves en el nuevo Ejecutivo se produjo a petición de Rodríguez Zapatero. Fue el líder socialista quien convenció al presidente andaluz de que debía marchar a Madrid para contribuir a la solidez que Rodríguez Zapatero quiere imprimir a su nuevo equipo. A partir de entonces, no más de tres personas en Andalucía –Chaves, el propio Griñán y el vicesecretario general Luis Pizarro– comenzaron a trabajar en el asunto con una máxima: el sustituto no sería impuesta por Madrid. El viceconsejero primero del Gobierno de la Junta, Gaspar Zarrías, se sumó en una segunda fase. Pocos sabían en el PSOE andaluz que los cambios de Gobierno afectarían de modo tan directa a la Junta.
Griñán tendrá que recomponer el actual Gobierno andaluz por la salida de Chaves y por la vacante de Economía, pero no hay que descartar más cambios. Una fuente socialista explicó ayer a este medio que el actual equipo, que fue escogido por Chaves antes del verano de 2008, “no es un equipo para afrontar la crisis”, de ahí que sean posibles algunos relevos de consejeros. En el PSOE se valora especialmente la sólida preparación económica de Griñán para estos tiempos de crisis. En el equipo actual del vicepresidente económico hay personas con suficiente formación y experiencia para sustituirlo en la Consejería, caso de la viceconsejera Carmen Martínez Aguayo, o el secretario general, Antonio Ávila.
Una de las incógnitas del nuevo equipo andaluz es la permanencia del vicepresidente primero, Gaspar Zarrías, que desde 1990, cuando Chaves llegó a la Presidencia de la Junta, ha sido uno de sus colaboradores más cercanos. Zarrías ha sido el hombre fuerte de Manuel Chaves en el Gobierno, el que coordinaba a todos los consejeros y al que ningún asunto de la Junta le era ajeno. Su dedicación ha sido plena, de ahí que, si se produce su salida, ésta se realizará de una manera bastante honrosa. Tampoco se debe dar por acabada la vida política de Zarrías por mucho que su nombre se le relacionase con otra vía alternativa de sustitución a Manuel Chaves, la que no ha tenido éxito.
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