A Griñán no le importa que le llamen presidenta
Política de género El PSOE pide el voto femenino en las elecciones europeas
En un acto con mujeres del PSOE dice sentirse "contenta" y usa el femenino para reforzar su compromiso con la igualdad
"Hoy vamos a usar el femenino nada más. Estoy muy contenta. No os riáis. Siempre se ha utilizado el masculino para llamaros a vosotras y no me importa que se utilice el femenino para llamarme a mí". Muchas risas y más aplausos. Esa fue la reacción de un público ya entregado de antemano; eran más de un centenar de mujeres socialistas las que arropaban ayer al presidente andaluz, José Antonio Griñán, en un acto enmarcado en la campaña de las elecciones europeas y en el que el mensaje era claro: el voto al PSOE es garantía de igualdad.
Bajo un sol de justicia, Griñán arrancó así un discurso improvisado en el que quiso mostrarse como una más para probar su alto grado de compromiso contra la discriminación de la mujer. Un combate que definió largo en el tiempo y duro, hasta su más grave consecuencia que es la violencia de género, en el que las protagonistas han sido y son ellas, mientras los hombres "sólo son compañeros de viaje". No podía ser de otra forma, porque como él mismo reconoció: "No he vivido ni he sufrido lo que vosotras, a las que os excluían de los estudios y del trabajo".
Al no poder competir en esta particular igualdad de condiciones, lo único que le quedó al presidente autonómico era mostrar su nivel de implicación en esta causa. Como pruebas: un Gobierno al borde de incumplir la paridad, con 9 mujeres y seis hombres, o unos Presupuestos con perspectiva de género.
Por estos y otros avances, y por los que aseguró que vendrán de la mano del PSOE, pidió el voto para sus siglas. Las únicas que, a su juicio, pueden ser garantes de los mismos derechos para todos y todas, frente a un PP que, por boca del ex presidente José María Aznar, aboga por que "las familias deben asumir determinados servicios". "En realidad lo que quiere decir es que recaigan en las mujeres", apostilló Griñán, que situó en esta frase la clave de próxima decisión en las urnas: entre la izquierda y la derecha, entre la igualdad y la discriminación. Más contundente fue su compañera Verónica Pérez. Para convencer pintó a nivel andaluz un PP "machista", con un presidente, Javier Arenas, "misógino", por su constante ataque a la ministra del ramo, Bibiana Aído, por su error de ser "mujer, socialista y andaluza".
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