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Griñán insta a Zoido a que aporte una sola prueba que le coloque en la trama de los ERE

Mario Jiménez insinúa una connivencia entre el líder de la oposición y Alaya El PP asegura que el presidente es "la pieza" que le falta a la juez

Juan M. Marqués Perales Sevilla

04 de abril 2013 - 05:04

José Antonio Griñán, el presidente de la Junta desde 2009, es el responsable del caso de los ERE, es quien "cebó" el sistema que derivó en el fraude. No sólo es el "cajero" del dinero que fluyó hacia los encarcelados, sino también "el banquero". En definitiva, es "la pieza clave del puzzle" que le falta a la juez Mercedes Alaya para componer toda la red. Ésta es la tesis del PP. La que mantuvo ayer, como anteayer y desde hace algunos meses, su líder andaluz, Juan Ignacio Zoido, y a la que Griñán contestó en el Parlamento con una sola petición: "aporte una prueba", una sola prueba de ello. Su forma de hacer oposición es "miserable", le vino a decir Griñán, que, incluso, aceptó que el PP quisiese buscar rédito político del caso de los ERE. "Pero no mienta", siguió.

Al final, el presidente de la Junta, que salió airoso de una comparecencia que él mismo había solicitado, aludió a la condición de juez de Zoido para que las graves acusaciones que lanzó contra su persona se sustentasen en un hecho probatorio. No obstante, si lo que ayer se esperaba en el Parlamento era una autocrítica de Griñán hacia su actuación, la de su Gobierno o hacia los anteriores en los que participó, en los de Manuel Chaves, sólo fue la misma que ya se le oyó en un comité director de su partido. Pidió disculpas, y aseguró que la comisión de investigación parlamentaria sobre los ERE tuvo un "mal desenlace" y "acabó mal".

Esa comisión, cuyos resultados han sido superados ya por las investigaciones de la juez Alaya, sólo consideró responsable político al ex director general de Trabajo Francisco Javier Guerrero, ya que tanto PP como PSOE votaron juntos, aunque por razones distintas, contra las principales propuestas de relato del caso que redactó su presidente, Ignacio García, de IU.

La comparecencia de Griñán ante el Parlamento duró algo más de dos horas, los partidos no pudieron contrarreplicar al presidente, pero, visto lo sucedido, tampoco hizo mucha falta. Las posiciones fueron inamovibles; los argumentos, mil veces escuchados, y el debate no aportó nuevos datos. Sí, sin embargo, el contexto, aireado por el PSOE en un día propicio: mientras la intervención de Mariano Rajoy ante la dirección de su partido era vista a través de una televisión de plasma a la vez que seguía sin citar el nombre de Bárcenas, Griñán comparecía ante el Parlamento andaluz y los partidos tuvieron la oportunidad de rebatirle en un debate que se extendió desde algo después de las 18:00 hasta las 20:30.

Juan Ignacio Zoido citó las "doce razones" por las que mantiene que Griñán es el responsable de la trama de los ERE, y entre éstas figura que, como anterior consejero de Economía y Hacienda, autorizó las modificaciones presupuestarias que necesitaba la partida 31L, con la que se financiaban las ayudas de la Junta a los trabajadores afectados por los ERE. Ciertamente, nada nuevo que el PP no hubiese proclamado ya; al igual que las propias respuestas de Griñán. Sobre esto último, el presidente explicó que cada modificación era aprobada con el visto bueno de la Intervención y con los convenientes expedientes.

La sesión sí aportó dos novedades colaterales: el apoyo de IU a Griñán, al Gobierno de coalición y las acusaciones del número dos del PSOE andaluz, Mario Jiménez, sobre el supuesto entendimiento entre Juan Ignacio Zoido, juez de profesión, y la instructora del caso de los ERE, Mercedes Alaya. Fue en forma de preguntas, pero las insinuaciones fueron bastante claras. Jiménez mantuvo que Zoido adelantaba las actuaciones de la juez, sus detenciones, citaciones y que el calendario judicial de Alaya era sospechoso, ya que sus actos han venido coincidiendo con las últimas campañas electorales. "Demasiadas casualidades, demasiadas casualidades", le dijo Mario Jiménez a Zoido, a quien acusó de querer "ser juez y parte".

Pero Mario Jiménez, que en ocasiones se paseó por el histrionismo, asegurando que el asesor parlamentario de Zoido es Chiquito de la Calzada, o repitiendo la manida frase "que no te enteras Contreras", fue a más, y le preguntó a Zoido si alguien del PP conoce la parte secreta del sumario de la juez Alaya. "¿Tiene, usted, la parte del sumario que esta bajo secreto?", le interrogó. Aún más. Mario Jiménez esgrimió un informe de la Policía Nacional en la que señalaba a los responsables del caso, y éstos eran el ex director general de Trabajo Francisco Javier Guerrero, el intermediario Juan Lanzas y responsables de las intermediarias Vitalia y Uniter. "Esto -señaló Jiménez- es Heracles. Tres años después".

La juez Alaya empleó al principio de su investigación a un equipo de la Policía Nacional, que redactó ese informe, y que, de algún modo, avalaría la tesis de que el caso de los ERE se concentraba en la Consejería de Empleo y en los intermediarios. Y fue la operación Heracles, desarrollada por la Guardia Civil, ya que la juez Alaya cambió de Policía Judicial, la que puso de manifiesto hace tres semanas la implicación de los señalados por ese informe en los principales actos delictivos.

En su intervención, el presidente Griñán se mantuvo bastante respetuoso con las actuaciones de la juez, aunque admitió que ha habido discrepancias, pero sí aconsejó, de modo general, que se siguiese "el rastro del dinero". Es decir, que antes de seguir escalando en la "pirámide" política de la que habló Alaya en uno de sus autos, persiguiese a quienes organizaron la trama y distrajeron el dinero de los fondos públicos.

El portavoz de IU, José Antonio Castro, prestó todo su apoyo a Griñán. "Este grupo parlamentario confía en usted", indicó el de IU, que animó a Zoido a "no perder el tiempo", intentando resquebrajar el pacto de Gobierno con el PSOE. "Un pasado podrido no puede pudrir al presente", sentenció Castro con una frase que deja constancias de todas las dudas de las actuaciones de anteriores gobiernos socialistas sobre el caso de los ERE, pero que salva al presente Ejecutivo. Castro, como Jiménez, cargó contra Zoido, a quien acusó de querer basar toda su oposición en este caso. "Usted está muy a gustito con este revival de los ERE y no sabe vivir políticamente sin la juez Alaya", le dijo al jefe de la oposición.

Después de que la comisión de investigación del caso prolongase sus trabajos durante más de tres meses, y por la que pasaron, entre otros, el presidente de la Junta, un ex presidente, nueve consejeros y hasta dos ex ministros; después de la comparecencia de Griñán ante la Cámara, el Parlamento parece haber agotado ya todos sus recursos para esclarecer este caso o señalar las responsabilidades políticas. Todo queda en manos de la instrucción penal.

Y del juicio posterior.

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