Griñán dejará el Gobierno a Susana Díaz en septiembre
El presidente de la Junta le explicará esta decisión este miércoles a su comité director y a los secretarios provinciales. La consejera, de 39 años, podrá ser elegida secretaria general del PSOE en un congreso extraordinario. Griñán ha presidido tres gobiernos desde su llegada a la Junta y tuvo una fuerte pugna con el chavismo.
Ya es ya, y el presidente quería marchase ya, así que la sucesión será en septiembre. Una vez transcurrida unas primarias en un tiempo récord y después de que su favorita, Susana Díaz, saliese elegida sin candidato alternativo alguno al no reunir los contrincantes los avales necesarios, Griñán ha decidido acelerar su marcha. Griñán, de 67 años, fue elegido presidente por el Parlamento andaluz después la dimisión de Manuel Chaves en el año 2009; tras las elecciones autonómicas de 2012, pudo gobernar con IU, pero no logró ganarlas. Lo hizo el PP. Le sucederá la consejera de Presidencia, Susana Díaz, de 39 años, la ganadora de unas primarias exprés que ahora revelan por qué se hicieron tan rápido: había una hoja de ruta para la sucesión. Ha sido la operación Susana, una sucesión veraniega, a toda prisa, perfectamente milimetrada por el partido y el círculo de Griñán. El presidente ha estado poco más de un año en el Ejecutivo desde que fuera investido por el Parlamento.
El comité director del PSOE andaluz de esta tarde será el escenario en el que el presidente de la Junta explique cuándo dejará el cargo, toda vez que, elegida su sucesora, su intención personal es abandonarlo cuanto antes. Griñán mantuvo ayer por la tarde una reunión en la sede socialista de Ferraz, en Madrid, en la que se vio con Alfredo Pérez Rubalcaba. El presidente no cumplirá con lo que afirmó en el Debate del estado de la comunidad el 26 de junio pasado, cuando dijo que agotaría la legislatura. "He intentado potenciar las fortalezas económicas en un tiempo de crisis sin perder nuestro compromiso histórico con la igualdad de oportunidades. Lo he hecho y lo seguiré haciendo durante esta legislatura", aseguró el presidente en la sesión en la que anunció que no volvería a ser candidato de la Junta. En menos de un mes, se han sucedido los dos anuncios. Primero, no ser candidato; segundo, dimitir ya. Además de en el Parlamento, Griñán había explicado en varias ocasiones y en privado que no dimitiría del cargo, sino que, en cualquier caso, convocaría elecciones anticipadas. No será así.
Susana Díaz necesitará contar con los votos del PSOE y de IU para ser elegida en la sesión de investidura. Con IU no tendría mayores problemas siempre que mantuviese el programa de Gobierno, según han explicado fuentes de la federación de izquierda. A las ganas personales por marcharse, que Griñán no ha ocultado, al menos, en privado, se sumaría el calendario de la instrucción de los ERE. Mañana declara el ex interventor de la Junta Manuel Gómez ante la juez Mercedes Alaya, y el 17 de septiembre, su viceconsejero de Presidencia y antiguo colaborador en Economía, Antonio Lozano.
El presidente, también secretario general del PSOE, ha convocado a sus secretarios provinciales antes del comité director. Será allí cuando les expliqué cuál es su posición. Poco antes de esta reunión, también se reunirá la Ejecutiva andaluza socialista. Una vez que Griñán dimita, lo que podría suceder a finales de agosto, el presidente del parlamento, Manuel Gracia, tendría 15 días de plazo máximo para la convocatoria de la sesión de investidura de la nueva presidenta. En este período, el jefe de la Cámara andaluza, Manuel Gracia, debería abrir un proceso de consultas, y convocar el pleno donde Susana Díaz debería explicar cuál es su programa de Gobierno. Una fuente del Gobierno explicó a este diario hace unas semanas que Díaz estaba preparada para todo, pero ¿para tampoco tiempo?
A nadie le debería extrañar que Griñán iba a dejar el cargo antes de finalizar la legislatura, pero es la rapidez lo que llama la atención. El calendario de la instrucción de los ERE tendría buena parte de las respuestas. Griñán no desea que la juez Alaya solicite un suplicatorio al Tribunal Supremo estando él en el Gobierno, y Manuel Gómez, el ex interventor de la Junta, podría darle a la instructora lo que ella desea. Una declaración de Gómez en contra de Griñán no tendría por qué llevar a su imputación ni mucho menos a su procesamiento, pero el presidente entiende que, si ese momento llega, él no va a estar en el Ejecutivo andaluz. Lo normal es que Griñán siga de parlamentario o dimita para ser elegido senador por designación autonómica. Mantendría su aforamiento, pero su decisión ya no influiría en el Ejecutivo andaluz, lo que supondría una alivio para IU. A Izquierda Unida se le haría muy difícil explicar que gobierna con un presidente imputado. No obstante, todo esto son probabilidades dentro de la extraña instrucción del caso de los ERE, donde las posibles imputaciones no es que se sepan antes, sino que provocarían reacciones políticas.
En el ánimo del presidente ha pesado el último auto de la juez Alaya. Fue entonces cuando la Junta recurrió las 20 últimas imputaciones, y la instructora señaló al Gobierno como una extraña acusación que defendía a algunos de los imputados. Alaya le afeó que la Junta subrayarse su deseo de esclarecer el caso mientras actuaba, según ella, de forma errónea.
Una vez que Griñán deje la Presidencia, es posible que haya un congreso extraordinario del PSOE para elegir un nuevo secretario general, cargo que ocupa el presidente en el PSOE. Susana Díaz cuenta con casi el 80% del apoyo del partido para ser elegida secretaria general. Todas las direcciones provinciales le apoyan. Una vez situada en el Gobierno, debería formar un gabinete a su medida, del que es posible que salga el consejero de Agricultura y su contrincante, Luis Planas. Y. eso, si no lo hace antes.
Desde que Griñán llegó al cargo, ha tenido tres Gobiernos, y mantuvo una fuerte pugna con el chavismo que se resolvió en un congreso extraordinario donde Chaves le dejó la secretaría General. De las tres elecciones en las que ha sido líder del PSOE, su partido no ha ganado ninguna, aunque la última le sirvió para gobernar gracias a que el PP no alcanzó la mayoría absoluta.
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